Tú no eres nada.

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Mi corazón se destrozó al ver esa escena, nunca pensé encontrar de esa manera a Rodolfo..

Tirado en el piso, hecho polvo, con una apariencia sucia y un poco de barba crecida y mal cuidada, con montón de colillas de cigarro, y botellas de alcohol por todos lados, Uriel mencionó que estaba mal, y se había reportado indispuesto para el club, pero nunca pensé que llegara a tanto.

Tirado en el piso, hecho polvo, con una apariencia sucia y un poco de barba crecida y mal cuidada, con montón de colillas de cigarro, y botellas de alcohol por todos lados, Uriel mencionó que estaba mal, y se había reportado indispuesto para el cl...

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-¿Qué haces?-arrebaté la botella que tenía en su mano, y el cigarrillo-Esto puede acabar con tu carrera, ¿en qué estás pensando?
-¿Qué quieres?-balbuceaba por el alcohol que había consumido.
-¿Estás borracho?, ¿así piensas solucionar las cosas?
-Ya intente por las buenas-elevó los hombros-me ayuda a olvidar que ya no me amas, y que ahora estás con mi mejor amigo.
-¿Por qué eres tan necio?-entré al baño y abrí la llave del agua fría llenado así la bañera, me acerque a él y me incliné para ayudar a levantarlo, lo intentó pero se cayó al piso, tirándome a mí encima de él

-Nunca dejaste de ser tan linda-acarició mi mejilla y para mi desgracia, pude oler todo su aliento apestando alcohol.
-No estoy con nadie.
-¿En verdad?-preguntó con un brillo en los ojos.
-Por favor-me levanté y le ofrecí mi mano-ven, ayúdame-se levantó y lo senté en la cama, quité sus prendas dejándolo solo en ropa interior.
-No abuses de mi-decía tartamudeando por los efectos del mismo alcohol-te amo, pero tengo dignidad, creo.
-Nunca cambiarás tu forma de ser, ni en momentos así-reí y besé su frente.
-No-lanzo un eructo-perdón-se disculpó por lo que había salido de él, tapando su boca y riendo-besos en la frente no me gustan-levantó los labios señalándose los mismos-bésame aquí.
-No-lo levanté de la cama y lo lleve dentro del baño, sentándolo en la orilla de la tina-apestas a muerto, así que te vas a meter ahí.

-Solo si te metes conmigo-guiñó el ojo y me lanzo un beso con la mano, mismo movimiento que lo hizo perder el equilibro y caer dentro de la bañera salpicando todo el baño con el agua-Esta helada-se quejo e intento salirse.
-Es para que se te baje esa borrachera que traes-impedí que se saliera, tome la manguera de la regadera y comencé a mojar su cabello.
-Ven conmigo-estiró sus brazos hacia mi.
-No Rodolfo, estas borracho-hizo puchero y bajo la cabeza dándome el shampoo-ahora quieres que te bañe?-él solo asintió sonriendo.

{••}

-Tú no eres así, tú no te dejas caer por nada-lo recosté en la cama, ayudándolo a cambiarse.
-Tú no eres nada, tú eres todo, y el no tenerte derrumba mi mundo-mirándome fijamente.
-Pues-me senté a un lado de él-vengó hablar de eso.
-No, ya no, no puedo soportar más dolor-llevó ambas manos a su cara.
-Bueno, entonces no te dire que te amo y quiero estar contigo toda mi vida.
-¿Qué?-quitó sus manos mientras sonreía de oreja a oreja-¿No está jugando conmigo?
-Nunca-negué sonriendo-te amo con mi vida y quiero estar contigo, a pesar de los mil obstáculos que tendremos.

-Pero me había dicho que ya no me amabas.
-Claro que te amo, no seas tonto. Podrán pasar mil años y eso nunca va a dejar de ser.
-Entonces esto te pertenece-sacó debajo de su almohada el anillo que le había regresado-claro, si aún quieres casarte conmigo.
-Claro que quiero-puse mi mano y el colocó nuevamente el anillo-solo quiero estar contigo.
-Te amo con mi vida-pasó su mano por atrás de mi nunca, mientras su otro brazo rodeaba mi cintura, haciendo que mi cuerpo se junte al suyo, cortó la poca distancia que había entre nuestros labios, haciéndolos chocar, para envolvernos en un profundo beso.

Sus besos me volvían loca, había algo en sus suaves labios que se habían convertido en una droga para mi, así que me dejé llevar por el momento, me coloque sobre su pelvis, continué besándolo, mientras él acariciaba mis brazos y espalda, me separé solo un poco para poder observarlo.

Sus besos me volvían loca, había algo en sus suaves labios que se habían convertido en una droga para mi, así que me dejé llevar por el momento, me coloque sobre su pelvis, continué besándolo, mientras él acariciaba mis brazos y espalda, me separé...

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-Dios, si que te amo con toda mi alma.
-Y tú eres lo más hermoso que tengo en mi vida-susurró y tomando mi rostro en sus manos, volvió a capturar mis labios, el beso se intensificó, bajo sus manos a mis glúteos y les dio un pequeño apretón; con mis manos acariciaba su rostro y brazos, nos separamos poco a poco para tomar aire y ambos sonreímos, cuando escuchamos alguien tocar la puerta, me acomode a un lado, y él tuvo que colocarse una almohada en su entrepierna, para que no se notara su emoción abajo.

-Otra vez no-dijo él, ambos reímos y entró Uriel.
-Vaya, creo que si eres el remedio que esté necesitaba-se coloco de rodillas en la orilla de la cama-tenía varios días que no te veía sonreír de esa manera hermano.
-Es que ella es todo lo que necesito para estar feliz-se dirigió a mi y besó mi frente.
-Esta Lucia abajo, saldremos a cenar, ¿vienen?-los dos asentimos-los esperamos abajo, no se tarden, tenemos hambre-se colocó en la puerta y nos dio una última mirada, y salió-lo digo enserio, no se tarden.
-¿Qué nos conocerá?-Rodo me dio un corto beso y nos dispusimos arreglar, ya listos bajamos las escaleras encontrándonos con una Lucia y Uriel muy sonrientes.
-Vaya amiga, si que eres una medicina milagrosa-me abrazo fuertemente.
-Una droga será, y un adicto que no la puede dejar-agregó Uriel y todos reímos.

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