Habían pasado una semana, después de nuestro viaje a Turín.En cuánto volvimos a México, hable con Rodolfo acerca de lo qué pasó en esa ciudad.
Por obvias razones se enojó bastante, tanto así que quiso volver allá y partirle la cara a Paulo, mientras que conmigo, solo dejo de hablarme.
No le insistí mucho, pues quise darle tiempo y espacio para que pensara las cosas.
Hoy se cumple una semana de que sucedió eso, y hasta el momento, no he sabido nada de él.-¿Ya sabes la nueva?-suelta de golpe Nahuel y Antonio, entrando a toda prisa a mi lugar de trabajo.
-¿Perdón?-los mire extrañada-¿De que hablan?
-Que uno de tus enamorados viene aquí-tomaron cada uno una silla y se sentaron frente a mi, riendo cómplices, como si acabaran de hacer una travesura.
-Si, el próximo fin viene Rodolfo-dije mirando la pantalla de mi computadora, sin tomarle importancia a su "noticia".
-No tonta-Nahuel golpeó el escritorio, lo cual me hizo dar un pequeño brinco del susto-la institución compró a Jürgen.
-Viene acabando este torneo-agregó Antonio.
-¿Qué?-les escupí el agua que acaba de tomar.
-Esta bien que vos te hayas sorprendido, pero ¿Por qué escupirnos?-se rió Nahuel.
-Perdón-les ofrecí una toallita para que se secaran y proseguí curiosa de su noticia-díganme, ¿Qué más saben del tema?
-Eso es todo lo que sabemos, escuchamos hablar eso al Inge-dijo Antonio.
-¿Qué voy hacer?-me recargué fastidiada en el respaldo de la silla.
-¿Qué vas hacer de qué?-ambos me miraron raro.
-¿Tú estas con Piza no? Por más que Jürgen esté enamorado de ti, ¿Tú amas a Rodolfo?-me miro fijamente Antonio, a lo que solo asentí sonriendo.
-Vaya, vos si que estas perdida por ese pibe-comentó Nahuel girando los ojos en blanco-¿Al menos ya se dignó hablarte?
-No-suspire-no he sabido nada de él, desde hace una semana.
-Voy hablar seriamente con él-sentenció Antonio-sabemos que hiciste mal, pero por Dios, es Paulo Dybala-fingió cara de enamorado.
-¿Te lo presento?-le preguntó gracioso el argentino-pero si, ponele las cosas en claro, no va estar jugando con vos.
-No hagan nada-me levanté tomando mis cosas, saliendo de la oficina, con ellos tras de mi-si lo amo demasiado, y me estoy muriendo por estar con él, pero no lo quiero presionar.
-No es necesario que me presiones-escuche su voz tras de mi-aquí estoy.
-¿Rodolfo?-sonriendo lo abracé por el cuello con fuerza-¿Qué haces aquí?
-Vine hablar contigo-se separó de mí viéndome completamente serio.
-Nosotros nos vamos, para dejarlos hablar tranquilos-Antonio y Nahuel lo saludaron y se despidieron de nosotros añadiendo-cualquier cosa nos llamas-asentí viéndolos alejarse.
-¿Quieres ir a comer?
-No, ¿Podemos entrar?-accedí cabizbaja, y entramos de nuevo a mi oficina.Algo dentro de mi me decía que este era el final, las cosas eran demasiado buenas para ser verdad; yo y mi estúpida calentura.
-¿Y bien?-lo miré algo preocupada, el aún tenía una enorme seriedad en su rostro, con las manos dentro de los bolsillos, sentado frente a mi-dime..
-No sé-suspiró y se quedó callado unos minutos, de pronto se levantó de la silla de golpe-ya he pasado por todo esto anteriormente, y te lo dejé bien claro, que no perdono esas cosas-pausó sacando todo el aire que tenía dentro de sus pulmones, llevó su mano a su cabello despeinándolo-por otro lado, en verdad apreció que hayas sido honesta conmigo, pero no creo podamos continuar con esto así.
-Esta bien-musité levemente, sentía que todo se iba a la basura por mi culpa, me sentía pésimo, quería salir corriendo y llorar, pero no quería que me viera de esa manera-te entiendo-trague saliva y suspire para alejar las ganas de llorar-entiendo lo que necesitas, y no me opondré, si es lo que decidiste lo respetare.
-No me estás entendiendo-se acercó a mi y me tomó de la mano-quiero estar contigo toda la vida, esto qué pasó me hizo darme cuenta que no puedo vivir mi vida sin ti; sí, necesite unos días para aclarar mi mente, pero en esos días, lo único que quería hacer era llamarte, correr para estar contigo, pero debía pensar bien las cosas. El saber que alguien más estaba interesado en ti, y que ese alguien era Paulo, me puso como loco, no quería, no quiero que estés con nadie más que conmigo.
-No te estoy entendiendo nada de lo que me dices-lo mire con el ceño fruncido.
-Entonces vamos, acompáñame-salimos de mi oficina y subimos al coche, el condujo todo el camino en silencio, hasta que llegamos a una casa que yo no conocía.
-¿Donde estamos?-él salió del coche sin decir nada, y me ayudo a bajar del mismo, saco unas llaves de su chaqueta abriendo la puerta, para entrar a la casa.
-Es tu nueva casa-me giré sorprendida a verlo.
-¿Qué dices? ¿Mi casa?
-Bueno nuestra-me tomo de ambas manos mirándome fijamente-quiero que vivas aquí, y cada que tenga oportunidad venir a estar contigo en este lugar.
-Yo estaría encantada de vivir contigo-besé su mejilla-pero sabes que no son mis costumbres, aún estoy muy chapada a la antigua-tomada de su mano caminamos hasta el sofá, y nos sentamos en el-mis padres pondrían el grito en el cielo, si me voy a vivir contigo.
-No me dejas terminar-rió levemente-pero primero vamos a comer algo, y te sigo contando-asentí y salimos de la casa.Llegamos a un restaurante y comimos algo, hablamos solo de que ya iba a terminar mis estudios para posteriormente graduarme, y de que su destino por ahora, seguía siendo en Pachuca.
Terminamos y nos dirigimos de nueva cuenta a la casa, me pidió que entrara primero, que al terminar la llamada me alcanzaba, tome las llaves de su mano y abrí la puerta, encontrándome con muchísimas rosas por toda la sala.rpizarrot • hace un momento
"Creo que si le gustó su sorpresa"
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Lleve por impulso mis manos directo a mi rostro tapándola por completo con mis palmas, no podía evitar sonreír y derramar algunas lagrimas de la emoción que sentía en este momento, sentí sus brazos rodear mi cintura dejando un pequeño beso en mi cuello.-¿Te gusta lo que ves?-susurró sobre mi oído.
-Sí-sonreí girando para quedar frente a él, crucé mis brazos alrededor de su cuello y lo atraje hacia mi, capturando sus labios.
-Tengo otra sorpresa-tomó una venda y me tapo los ojos para salir hacia el patio.Me guío tomada de su mano, colocándome de pie sobre una superficie y me quede ahí unos segundos sin moverme, escuchaba ruidos y pasos.
Volví a sentir sus manos tomando las mías, y el comienzo de una canción ..
Sabes una cosa - Luis Miguel
-Puedes destapar tus ojos-quite de a poco la venda, y vi una hermosa decoración al rededor del árbol de mi patio trasero. Un Rodolfo frente a mi sonriendo ampliamente mientras nos miramos directo a los ojos.
-¿Amor?-sonreía viéndolo fijamente, la voz se me entrecortaba, y mis ojos se estaban aguando.
-No necesito más tiempo, espacio, lugares, no necesito conocer más gente para saber qué eres tú con quien quiero estar para siempre, eres el amor, la mujer de mi vida, quiero vivir, envejecer y morir a tu lado-buscó en el bolsillo de su chaqueta, sacando una cajita, y arrodillándose frente a mi."Me harías el honor de ser mi esposa..
¿Quieres casarte conmigo?"
rpizarrot • hace un momento.
"Dijo que SÍ"
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