Lárgate de mi vida.

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En camino al aeropuerto, íbamos hablando por medio de videollamada con nuestros amigos, quienes ansiosos nos esperaban en Monterrey.

-Me la cuidas wey eh-decía Rodolfo mientras me abrazaba besando mi cabeza.
-Sabes que si, siempre-le respondió Jürgen sonriendo.
-Ya, ya, nosotros también la cuidamos, pero ya devuélvela-interrumpieron Dani y Ale al unísono, por medio del video chat.
-En vez de que pelen por nosotros-Eduardo se unió junto Antonio.
-Ay Dios, que clase de amigos me tocaron-todos reímos.

Pasajeros con destino a Monterrey, favor de abordar por la puerta que indica su boleto.

-Te amo mi vida-susurró cerca de mis labios.
-Te amo bastante mi goleador-le dejé un pequeño beso separándome de él.
-Ya te extraño.
-Ya te extraño más-dije y tomé dirección al túnel que me llevaba al avión.
-Ya par de cursis-interrumpió Antonio riendo.
-Ya cuélgales-gritó Rodolfo en tono de broma.

-Entonces, ¿no podrán acompañarme mañana? Que pésimas-pregunté mientras me acomodaba en mi asiento.
-No bella, tenemos cita para fotos del club.
-Cierto, siempre lo hacen para estas fechas.
-Yo te acompaño flaca-se sentó Jürgen a un lado mío.
-¿Y no irás a las fotos?-pregunto curiosa.
-Las fotos son de las parejas, no de los jugadores; entonces, estoy libre.
-Siempre eres mi salvación-bese su mejilla-No como mis amigas-dije en tono irónico.
-Ay ya drama queen-me respondió Dani riendo.
-Los vemos allá-ellos asintieron y nos despedimos.

Tuve que volver a viajar a Monterrey, más pendientes del trabajo, recoger mi título y checar todo lo relacionado con mi bebé.
Al llegar a mi casa, encontré varias patrullas al rededor.
Entre asustada, pues no sabía lo que sucedía.

-¿Pero no se robaron nada?-le pregunté al oficial que se encontraba ahí.
-No señorita, pero no es seguro que pase aquí la noche, pueden volver a terminar lo que hicieron-me indicó.
-Yo me encargo de ella oficial, no se preocupe.
-Como quiera, tendrán seguridad afuera, por cualquier cosa-asentimos y salió de la casa. Subí a guardar mis cosas y al bajar Jürgen colgaba una llamada.
-¿A quien le hablaste?-pregunte curiosa.
-La directiva va a mandar a más gente para que cuiden bien de la casa.
-No es necesario flaco, ya el oficial dejo gente a cargo, ademas tú te vas a quedar aquí. ¿Que otra seguridad voy a necesitar?-sonreí mirándolo.
-No confió mucho en la policía, para mí tú seguridad es primero y no voy a cambiar de opinión-respondió firmemente.
-Lo que ordene general-hice seña de saludo militar-¿Tienes hambre?, para preparar algo-le pregunté.
-Si, pero yo lo hago, tú anda a descansar.
-No, para nada, yo te ayudo.
-Que no, es más ve a darte un baño que apestas-se río y entro a la cocina.
-Oyeee-le grité riendo y subí a darme una ducha, al terminar, volví a bajar con el.

-Ven a sentarte-me indicó mientras servía la mesa.
-Huele muy rico-me acerque a donde ya estaba servido, probando un bocado-y sabe aún mejor.

Terminamos de cenar, Jürgen subió a bañarse, mientras yo hablaba con Rodolfo contándole lo que sucedió, se alarmó y quiso venir conmigo, lo intente tranquilizar haciéndole saber la seguridad que había al rededores, no estuvo muy de acuerdo en quedarse en Guadalajara que digamos, pero al menos eso me hizo saber.
Subimos a mi habitación, para ver una película, y elegimos mal, ya que de tan pésima que era, nos quedamos dormidos en menos de 15 minutos.

-Jürgen, despierta-lo moví un poco-escuché un ruido.
-¿Qué?-se levantó de inmediato y se asomó por la ventana-la seguridad sigue ahí.
-Te digo que escuche ruido abajo.
-Bajare a ver, tú quédate cerca de la ventana y les gritas si es algo más-asentí, tardo más en bajar que en regresar.
-Son los del club, entraron a tomar agua, y a cambiar de posición-me tranquilizó-me voy a recostar en el sofá-camino hacia el pequeño mueble que estaba en mi habitación.
-No para nada, me siento más segura con alguien al lado mío.
-No, si Rodolfo sabe, se va a molestar.
-Él tiene que entender, y sabe que desde mi embarazo no puedo dormir sola, cuando él no está Lucia se queda conmigo.
-No te quiero meter en problemas.
-No lo harás-le sonreí para tratar de convencerlo.

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