Festejo de gol.

610 21 1
                                    

Mientras hacía mi rutina de calentamiento, la podía observar de lejos batallar con su cámara; a la vez sentía bastante pena porque yo fui quien se la descompuse, pero ella no me dejó reparar el daño, solo se puso a la defensiva. No podía dejar de mirarla, de verdad podía una mujer ser tan bonita y a la vez tan, como decirlo ¿enojarse tan rápido?

En algún momento se sintió observada, ya que en cuanto volví a enfocar mi vista en ella, choqué con su mirada puesta en mi, viendo hacia donde me encontraba yo haciendo estiramientos, no supe que hacer, así que le sonreí y su respuesta fue girar los ojos en blanco. No pude evitar soltar una leve risa.

-¡Hey Piza!-escuché una voz seguido de un balón golpeando mi cara.
-¡No mames Chucky!-me quejé sobando donde me habían dado el golpe.
-Quien te manda andar en la pendeja-gritó riendo.
-¡Avisa Wey!-volví a enfocarme en ella, quien estaba riendo a carcajadas, le hice una mueca sacándole la lengua, para después regresar a los vestidores y prepararnos para el juego.

Narración personal.

De vuelta en mi lugar ya con todas mis cosas y mi cámara rota por culpa de ese tipo, sentí una mirada fija en mi; al darme cuenta de quien era, resople enojada, a lo que él se dio cuenta, y cínicamente me sonrió, opté por solo ignorarlo. ¿Cómo puede ser tan descarado? Luego de hacerme esto se atreve a sonreír conmigo, me hizo enojar aún mas; cuando el karma me ayudó, uno de sus compañeros le grito tirándole el balón, y como este no prestaba atención, la bola fue directo a su cara; no podía evitar reírme, por más que intentaba tranquilizarme, este me vio haciéndome una mueca y sacándome la lengua, que maduro.

Por fin pude ver como se retiraban hacia los vestidores. Fije mi mirada en él y de verdad que este chico sí que era muy guapo, y esa sonrisa que tanto me molestó, era demasiado tierna; sin darme cuenta una sonrisa se formó en mi rostro y comencé a burlarme de mi, por esa tontería.

-¿Cómo se odia a una persona así de lindo?-susurré.
-Oye vos, ¿por qué tanta sonrisa?-se acercó a mi Nahuel con el balón entre las manos.
-Nada papá, todo está bien-le sonreí.
-Desde hace un rato te veo con ese pibe del otro equipo, vos debes enfocarte en el estudio y trabajo, los pibes déjalos para después-caminó de espaldas en dirección a los vestidores.
-Claro, lo que usted ordene general-levanté la voz e hice seña de militar saludando, él soltó una carcajada y se dispuso a correr.

Al cabo de un rato, salieron de nueva cuenta al campo, pero esta vez ya listos para comenzar el juego, con el sonido local, y atrás de mí la porra del equipo de casa, comencé con mi trabajo, sacar todas las posibles y mejores fotos del encuentro, había ocasiones que sentía la mirada sobre mi del susodicho, que por cierto ni su nombre conozco.
Y sí efectivamente, confirmé mis sospechas, cada que volteaba a ver a donde se encontraba él, me topaba con su mirada y su sonrisa.

En cuanto el árbitro pitó el final de la primera mitad, tomé mis cosas yendo del otro lado, tenía que moverme de lugar hacía la otra portería, tomé mi camino por las partes laterales de la cancha, sin prestar atención alrededor, pero a mitad de trayecto se acercó conmigo el mismo chico hablándome.

-¿Dígame señor que necesita?-le contesté sin mirarlo y siguiendo mi camino.
-Quería hablar contigo, ¿no sé si se pudiera?-este me seguía el paso pero él dentro de la cancha.
-No tenemos nada que hablar-entre al túnel por donde ellos salen-y si me permites, necesito continuar con mi trabajo, unos no tenemos la suerte de ganar una fortuna.
-Dios, que batallar contigo-se puso delante de mi, deteniendo mi paso-por favor, déjame recompensar el daño que te hice.
-Gracias pero no, no necesito tu limosna, yo sola me las arreglo-lo quité de mi camino, yendo a los lockers, para hacerme loca y evitarlo, espere por unos cinco minutos aproximadamente y regresé de nuevo a mi lugar.

"¿Qué pedo con el chavo que te está siguiendo?" -recibí un mensaje de mi amiga, solo respondí que era alguien equis.

El segundo tiempo comenzaba, el partido estaba tranquilo, pero a los pocos minutos antes de terminar el juego, el equipo visitante anota el gol del empate, y sí, para mi mala suerte la anotación fue de ese chico, y para terminar de amolar, en la portería donde yo estaba ubicada.

A los pocos segundos de que se hiciera la anotación, lo vi corriendo hacia donde yo me encontraba comenzando un festejo un tanto extraño, mientras yo tenía la obligación de seguir tomando fotos-Dios, ¿por qué a mi?-parecía que lo hacia propósito, bailaba frente a mi, sus compañeros se acercaron a él y lo abrazaron, felicitándolo al terminar su festejo, me miro y lanzó un beso, a lo que mis compañeros comenzaron hacer burla.

A los pocos segundos de que se hiciera la anotación, lo vi corriendo hacia donde yo me encontraba comenzando un festejo un tanto extraño, mientras yo tenía la obligación de seguir tomando fotos-Dios, ¿por qué a mi?-parecía que lo hacia propósito, ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


-Que arrogante-grité y este solo guiño un ojo riendo.

Al término del juego, comencé a recoger mis cosas lo más rápido que podía, ya que no quería verlo para nada, cosa que fue imposible, ya que el llego corriendo hasta donde yo me encontraba.

-Hola-me saludo sonriendo-¿te gustó mi baile?
-¿Me gustó? Mm.. Me gustó más cuando te cometieron esa falta-le sonreí falsamente-¿puedo saber que necesitas? ¿Por qué tanto acoso?
-Por favor, déjame reparar el daño, no voy aceptar un no por respuesta-hizo un leve puchero y no pude evitar sonreír ante eso.
-¿Así me dejarás en paz?
-Sii-me sonrió emocionado mostrando su dentadura.
-Está bien-suspiré-te espero donde chocamos en media hora.
La sonrisa se le iluminó de par en par, y juro que lo vi dar un pequeño salto.y
-Gracias, de verdad, no te vas arrepentir-entró corriendo a los vestidores y no pude evitar sonreír.

-Vos, que te dije hace rato-llegó Nahuel a un lado mío.
-¿Ya andas de pícara con el enemigo?-se burló Antonio.
-Paren a sus bobadas-los regañe intentando no reír.
-Es buen muchacho el Pizarro, te conviene-gritó Antonio caminando junto al vestidor visitante.
-Ni lo penses-recalcó el argentino-aún sos una nena.
-Adiós par de inútiles-me despedí entrando a dejar mis cosas a la oficina, para empezar arreglarme para el encuentro con el susodicho.

Hat•trickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora