Salimos entre varios de mis amigos a buscarla pero no dio resultado, para cuando nos dimos cuenta, ya había amanecido y nada.
Fuimos a levantar un reporte por desaparición, pero como siempre, no hacen absolutamente nada, comentaron que había que esperar 48 horas como mínimo.
Volvimos a la casa, me sentía completamente desesperado de no saber de ella, quise creer que tal vez ya estaría ahí, pero fue en vano, sus cosas seguían intactas, y tampoco había rastro de ella, estaba a punto de volverme loco, el día seguía avanzando y no podía localizarla, no quería llamar a su casa y alarmar a sus padres, así que opté por otra opción. Sabía que de igual manera me iría peor con ellos, pero necesitaba saber algo de ella.-¿Que? ¿Como que no sabes dónde está cabron?-escuché a Ale meterse a la llamada que hacía con Pollo.
-Amor tranquila-intentó calmarla.
-Como chingados quieres que esté tranquila, si este hijo de perra no sabe dónde está mi niña-sonaba muy molesta.
-Perdón, se los prometo que yo no quería lastimarla-les conté lo que sucedió, pero aún así Ale seguía muy enojada.
-Por eso le dije que no fuera, pero es muy testaruda-seguía regañándome-ya sabía yo que esto le iba a suceder contigo.
-Vamos a intentar comunicarnos con ella, si hay alguna respuesta te llamamos-Pollo colgó la llamada.Ya era tarde, o temprano, ya no sabía ni qué hora era. Tome el teléfono e intente llamarla nuevamente, cuando la vi entrar a la casa, acompañada de él, de Jürgen ..
Me sorprendí mucho al ver que recurrió a él..-Amor, me tenías preocupado-me levante y me acerqué a ella, tomando su mano.
-No veo el porque, te dejé muy bien acompañado-dijo viéndome fijamente, soltando su mano, para después subir por las escaleras.
-Gracias hermano-toque el hombro de Jürgen-yo me encargo aquí.
-No viejo-me respondió-me pidió ayuda y no puedo dejarla sola-subí molesto a la habitación y la vi recogiendo sus cosas.
-No puedo dejarte ir-me acerque a ella y tome su mano-déjame hablar.
-No hay nada de que hablar Rodolfo-me soltó.
-Wow ¿Rodolfo?, nunca me habías llamado así-me senté en la orilla de la cama.
-¿Y que esperabas?-se cruzó de brazos enojada.
-Que me dejarás hablar-me puse de pie frente de ella.