1. Primer encuentro.

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Sam.

-Así que ¿Cómo llevas la noche Sammy Sam Sam?

-¿Y todavía preguntas? Lo llevo mal Darrell, no preguntes más y cierra la boca-le gruñí de mala manera a mi mejor amigo.

-Oh vamos, no puede ser tan malo.

¡¿Qué no podía ser tan malo?!
¿Pero qué carajos pensaba ese hombre?
Había perdido la apuesta y ahora estaba aquí, en una fiesta de algún club de mala muerte con muchos hombres que parecían desayunar gatitos, hombres grandes y espantosamente intimidantes, pero eso no era todo, porque si así fuera la noche no sería tan asquerosa ¿Cierto?

El problema no era la fiesta o el ambiente tan desenfrenado que había, tampoco los hombres intimidantes que me hacían palidecer de miedo cada que uno me miraba o el estar a cincuenta kilómetros de mi ciudad, el problema era que tenía que coquetear y tontear con alguno de ellos pero ¿Cómo te acercas a los hombres que te ven como un bocadillo y no de manera sexual? No tenía oportunidad de salir sin un ojo morado si era optimista.

¿Había olvidado mencionar que era heterosexual y probablemente el único hombre con cero capacidades de coqueteo en su sistema?
Porque lo era, o algo así.

Una cosa quedaba clara, nunca debí haber apostado con mi mejor amigo y mucho menos en algo tan estúpido como esto ¿en que estaba pensado? ¿Acaso la cordura había abandonado mi ser la noche del sábado pasado cuando decidí dejar mi suerte a un juego de fútbol? Pues de no ser así yo no estaría aquí preparándome mentalmente para coquetear con ¡HOMBRES!

-Necesito alcohol, mucho más, muchísimo más alcohol-susurré para mi mientras me alejaba de Darrell con dirección a la barra.

-Tienes hasta la cuatro Sam.

Yo era un hombre de palabra pero en estos momentos lo único que quería era llorar de impotencia mientras me escapaba de esta fiesta de excesos y conducía de regreso a mi pequeña ciudad.

Odiaba a Darrell casi tanto como lo amaba. Antes de entrar a la fiesta me había mirado y con un tono serio que pocas veces veía en él me dijo "Si no quieres nos vamos, pero Sam necesitas intentarlo y decidir, no te juzgaré si al final del día decides que prefieres las pollas." Sí, el desgraciado básicamente me estaba forzando a tomar una decisión.

Desde hacía algunos meses y tal vez desde más atrás, Darrell y yo habíamos tenido conversaciones referentes a mi sexualidad, pues aunque las mujeres no me desagradaran, tampoco las encontraba tan interesantes como todos mis compañeros en la Universidad. Después de algunos meses habíamos llegado a la conclusión de que necesitaba besar a un hombre, uno guapo, tal vez tener sexo, para poder tener una ¿base de comparación?

No era gay, tampoco heterosexual. Vagaba en el limbo de la atracción humana sin saber por cual ir.

Mis debates internos sobre mi sexualidad no importaban, no en este momento al menos. Tenía que ponerme mis pantalones de niño grande y hacer lo que venía a hacer.
Pero primero necesitaba unos cuantos tragos, los suficientes para olvidar lo que estaba por hacer.

Bien, ese era el plan entonces, emborracharme y después sería lo que tuviera que ser.

Con mi confianza recobrada me dirigí al barman con una pequeña sonrisa y pedí algo fuerte.

Con mi confianza recobrada me dirigí al barman con una pequeña sonrisa y pedí algo fuerte

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El Club. (Gay) HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora