19. Mermelada.

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Sam.

Durke salió del cuarto dejándome lleno de sudor y un poco de semen que el motociclista no había podido terminar de limpiar antes de salir corriendo por esa puerta así que decidí darme una ducha rápida.

Mientras el agua caía y resbalaba por mi cuerpo, mi mente decidió analizar la situación que estaba atravesando.

¿Qué rayos acababa de pasar? ¿Qué rayos estaba pasando y por qué lo estaba permitiendo?

Las cosas eran un poco extrañas, no sabía a ciencia cierta que pasaba por mí cabeza, mis pensamientos corrían tan rápido que era difícil seguirles el hilo ¿era demasiado rápido, demasiado lento, muy precipitado?
Durke… Derick era mi pareja, pero nada me aseguraba que realmente fuera lo que él quería , nadie quería a un niño de dieciocho como pareja cuando tenías todo un menú para escoger.

Mi cabeza había comenzado a pulsar un poco y suspiré, debía quitarme esos pensamientos de la cabeza y disfrutar esto tanto como pudiera.
Si las cosas iban a terminar pronto o no, yo iba a hacer de esto una maldita buena experiencia antes de correr lejos.

El agua caliente ayudó con la tensión de mis músculos y cuando terminé mi baño, busqué algo de ropa para ponerme.
Necesitaba regresar al pozo por mis cosas, el ruido de la puerta me distrajo de mis pensamientos.

—¿Podría tener unas palabras contigo? — unos golpes fuertes y seguros vinieron acompañadas de la frase. No reconocía la voz pero era un hermano, había observado el movimiento aquí y esto era una fortaleza laberinto, si no eras un hermano dudaba mucho que pudieras llegar al cuarto del presidente.

—¿Quién es? — pregunté mientras rápidamente terminé de colocar la playera en su lugar.

—Iván— mis cejas se arquearon, el hombre no había sido precisamente amistoso con Darrell o conmigo, demasiado desconfiado de nosotros como si fuéramos a robar sus motocicletas mientras dormían.

Con un poco de reserva abrí la puerta y salí del cuarto.
Nuestra plática tendría que esperar un poco, le hice una seña para que caminara conmigo por el pasillo y así lo hizo, de los pocos hermanos que había podido conocer  él era quien parecía más intimidante o tal vez me lo parecía a mí por su forma hostil de tratarme, pero Luca disfrutaba pasar tiempo con él así que no podía ser tan malo.

Lo llevé al cuarto de los gemelos que se encontraba al final del pasillo, lo suficientemente cerca de la habitación de Durke para ellos y lo suficientemente lejos para nosotros, sabía de sobra que los revoltosos podrían seguir despiertos pese a que fuera tan tarde.

—¡Mamma, Luca no quiere dormir conmigo! — gritó Landon apenas puse un pie en la habitación de color amarillo pastel decorada con dinosaurios.

—Lo pateas cada que duerme contigo— el pequeño hizo un puchero—. Anda, sube a tu cama me quedaré contigo hasta que te duermas y así no buscas excusa para abrazar a tu hermano porque tienes miedo — pellizque su pequeña nariz suavemente y las mejillas del pequeño se volvieron rojas igual que la manta de su cama.

—Yo no le tengo miedo a nada, yo soy un niño grande que va a ser motociclista y ellos no le tienen miedo a nada.

—Ahí te equivocas pequeño biker, me dan miedo las cucarachas— Iván respondió y le dedicó una sonrisa tranquila a Landon quién lo miró sorprendido.

—¿Ves corazón? Está bien tener miedo, es normal— acaricié su cara suavemente.

—¿Te quedas hasta que duerma mamma? — asentí y Landon trepó a la cama rápidamente.

Observé a Luca quién me miraba con esos ojos inteligentes y perspicazes.

—Vamos a dormir Luca, arriba, anda a la cama— el niño me dedicó una sonrisa y de un brinco trepó a su cama.

El Club. (Gay) HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora