Sam.
El tiempo pasaba tan lento y tan rápido mientras cuidaba de Lila que todo estaba cambiando sin que pudiera notarlo conscientemente.
Llevaba una semana metido en la rutina, sin tiempo para pensar en nada.
Por las mañanas llevaba a Jamie a la escuela, luego todo el día me la pasaba cuidando de Lila y en las noches me encerraba en el cuarto de Durke donde algunas noches dormía con el hombre y Jamire, los tres tan agotados quea apenas nuestras cabezas tocaban el colchón caíamos dormidos.
Habíamos tenido poco tiempo para hablar o definir que rayos estaba pasando con nosotros pero después de ese beso matutino no había ocurrido nada, pues cada cual estaba tan ocupado que apenas y veía al hombre por las mañanas.
Sabía que algo grande estaba pasando, lo podía sentir en la casa y con Durke, dormía poco, comía en su despacho, y no salía de ahí a menos que sus hermanos lo necesitaran, estaba comenzando a preocuparme por la salud del hombre.
Había conocido a unos cuantos hermanos, y tenido la oportunidad de ver a Darrell quien parecía adaptarse bien a nuestra actual situación siendo el coqueto descarado encantador que siempre era.
Pero aunque estuviera relativamente bien aquí, teníamos que arreglar muchísimas cosas, la más importante tal vez la Universidad, seguido de eso mi departamento y el de Darrell.
—Buenos días Diablo— saludé al hombre que recién entraba a la cocina mientras preparaba desayunos para Jamie y Durke, recibí un asentimiento de cabeza como respuesta.
Diablo era un hombre grande, como casi todos aquí pero era tan intimidante que los primeros días no podía ni levantar la mirada en su presencia, conforme pasaron los días noté que era un hombre tranquilo y bastante sensato, pasaba mucho tiempo con las motocicletas y poco con sus hermanos pero parecía que todos tenían un fuerte respeto por él.
—¡Sammy! —sonreí en dirección a Spike que venía entrando a la cocina con su habitual sonrisa descarada—. Buenos días guapo ¿ya has decidido dejar a Durke y por fin acostarte conmigo? — Diablo y los hermanos cercanos comenzaron a toser al mismo tiempo, muchos de ellos ahogándose con café que recién había servido para todos los presentes.
—Aún no, pero si cambio de opinión serás el primero en saberlo— serví un plato de hot cakes bañados en salsa maple y lo dejé frente a Spike que se encontraba sentado en la barra de enfrente, me sonrió murmurando un pequeño gracias y comenzó a comer.
Los primeros dos días casi me había ahogado con los comentarios de Spike pero Spike simplemente era Spike.
No había manera de ofenderme con sus comentarios cuando después de decirlos comía mi comida y se manchaba la barbilla con salsa maple.
Me había convertido en algo así como la barra de buffet de los hombres aquí cuando Clay le había metido el diente a mi comida pidiendo amablemente un plato, antes de saberlo yo ya tenía a todos los hombres haciendo fila por un poco de mi pasta a la boloñesa, no era el mejor cocinero del mundo pero sabía defenderme.
—Desperté al pequeño Foxx quien debería estar bajando en cualquier momento— agradecí a Spike y comencé a servir vasos de jugo.
Todos aquí llamaban a Jamie por su segundo nombre, los motociclistas decían que "era original y no era necesario un nombre de carretera con un nombre como ese."
—Me preocupa Prez... No lo he visto desde ayer por la mañana— Spike me dijo cuando dejé un vaso de jugo frente a él, asentí en comprensión a sus palabras.
—Yo tampoco lo he visto, ayer no durmió en el cuarto— tomé un trago a mi café y suspiré—. Dejo las bandejas de comida afuera de la puerta de su despacho y cuando regreso por ellas no siempre están vacías, debe comer.
ESTÁS LEYENDO
El Club. (Gay) HIATUS
AksiSamuel no sabe lo que quiere y no sabe que necesita, pero para Durke está claro que lo que Sam necesita es un poco de emoción y una buena follada. Durke no es un hombre de un solo culo pero maldición si no desea que Sam sea suyo. Su propiedad. Para...