Samuel no sabe lo que quiere y no sabe que necesita, pero para Durke está claro que lo que Sam necesita es un poco de emoción y una buena follada.
Durke no es un hombre de un solo culo pero maldición si no desea que Sam sea suyo. Su propiedad.
Para...
Ayden Carson fue un pobre pequeño puto desgraciado.
Vendidos y usados como mercancía hasta romperse habían sido las vidas de Jessie y Colín mis hermanos. Pudo haber sido la mía de no ser por Durke.
Me estaba rompiendo a pedazos, mi mundo se caía poco a poco y no veía una salida, no tenía una. Moon se había encargado de destruirlas todas. Me había hecho una marioneta, un juguete sin voz ni voto dedicado al placer de sus clientes.
Una puta. La puta de oro.
Cuerpo de pecado, cara de tentación, fueron mi jodida y maldita perdición.
Los hombres amaban hacer cualquier cosa fuera de lo imaginable conmigo, les gustaban mis gritos, mi cara llorosa y mis ojos rogando por piedad. Me estaba ahogando, mi cabeza se estaba jodiendo y mi cuerpo se estaba quebrando, estaba decidido a terminar con mi miserable existencia pero eso no se me permitió.
Cierta noche,hubo un hombre que me trató con cariño y cuidado, él me regaló las primeras caricias placenteras en mi vida, se preocupó por mi, me imploró perdón llorando por haber usado mi cuerpo alegando que no había tenido otra opción. Y me prometió que regresaría por mí, que me salvaría. La esperanza no era algo que pudiera tener, así que no me permití creerle.
Me hizo una promesa en un idioma que no entendía y para mí sorpresa cumplió. Con armas de fuego y chalecos de cuero mis salvadores llegaron, derrumbando todo y quemaron hasta los cimientos mi jaula.
Incluso , tiempo después se deshicieron de mi pesadilla personal, un loco bastardo llamado Jason.
Había visto a tantos hombres, probado tantas pollas y follado con tantos bastardos sin escrúpulos que no recordaba la vida a color.
Todo era gris, monótono, aburrido y doloroso. Hasta que apareció él.
Entre aquellos demonios vestidos de cuero un hombre destacó.
Enorme ante mis ojos, imponente, un jodido ángel guardián que me dió todo, incluso sus alas en el proceso de sanarme.
Chad me entregó la libertad, la vida misma en bandeja de plata a costa de la suya.
Y era algo que no podía perdonar al hombre.
Chad nunca pudo entender que no me importaba el infierno si era con él a mi lado.
Esta vez estaba dispuesto a luchar con él y por él. Pelearia incluso contra el mismo hombre que amaba para tener de vuelta lo que desde un principio me pertenecía: Mi felicidad con envoltura en un hombre de 1.90 con problemas de ira.
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Gracias por los 100K, no hay palabras que expresen como me siento, solo puedo decir gracias. ❤️ Perdón por no subir capitulo.
No estaba segura de publicar esto por que:
1. Son spoilers. 2. Podría ser parte prólogo de la tan pedida historia de Chad y Ayden. 3. NO estoy segura de que realmente vaya a escribirla.
Es algo pequeño pero es algo para ustedes como forma de agradecimiento por aguantarme jajaja.
