Sam.Recordaba haber caído rendido en los brazos de Durke pero esto definitivamente no se sentían como sus brazos, así que abrí los ojos.
No había reaccionado del todo cuando Durke salió de lo que yo suponía era una ducha si la toalla sobre sus hombros me decía algo.
Notando que estaba en la cama y los niños no estaban por ningún lado tuve el impulso de preguntar por ellos.
—¿Los niños?— mi voz era ronca.
—Jamie y el otro mocoso ya se han ido a la escuela, los gemelos están con Spike—bostecé mientras me estiraba sobre la cama, necesitando desentumir mis músculos, no había dormido en la mejor posición, eso había quedado claro cuando mi espalda tronó.
—¿El otro mocoso?
—Liver— ¿Liver? Oh, Oliver, asentí en comprensión—. Jamie es un zorro astuto, no me preguntes cómo pero logró convencer al padre del mocoso quedarse hasta el lunes— Claro que lo había hecho, era Jamie de quien hablábamos, sonreí levemente.
—¿Estás bien con ello?— tenía que preguntar, parecía que Jamie se tomaba muchas libertades en esta casa y con el presidente.
—No me molesta— se encogió de hombros—. Uno o diez mocosos, Foxx puede traer a quien quiera, siempre y cuando puedan soportar estar rodeados de motociclistas.
—Motociclistas intimidantes, grandes y toscos— sonreí imaginando al grupo de hombres haciendo ojitos por un plato de mi comida, estaba claro que no eran santos pero tenían un lado suave.
—A los que les preparas las comidas—asentí mientras reía.
—¿Qué te digo? Ellos disfrutan mi comida— una sonrisa maliciosa se formó en mis labios—. Excepto tal vez Spike, él disfruta ver mi trasero mientras cocino— las cejas de mi motociclista se arquearon y me reí más estruendosamente.
—Es un espectáculo caliente debo admitirlo puedo entender a Spike— mi risa cesó y mis mejillas se sonrojaron, podía sentir mi cara arder en vergüenza pero por una vez no quería ser el que se quedara callado.
—¿Así que me observas mientras cocino?— pregunté de una manera sugestiva —. Que acosador presidente— supe que había llegado demasiado lejos cuando sus ojos normalmente gris brillante se volvieron opacos.
—Bastante— se acercó lentamente a mi cuerpo tendido sobre la cama y se posicionó de manera en que su boca se posó en mi oído —. Disfruto muchísimo tu comida cariño, pero es un puto deleite observar tu culo moverse por la cocina.
Tragué saliva pesadamente y entré en pánico.
—¿No tienes cosas qué hacer? — me quería dar una patada en el trasero, eso no era realmente lo que quería decir pero el pánico había hecho lo suyo y había actuado por instinto.
Las facciones de Durke se volvieron hierro y se apartó de mí lentamente como si le hubiera dolido físicamente.
Dios, no quería que esto acabara tan pronto. Me dio la espalda y se encaminó a la puerta, tenía que actuar ahora, hacer algo para que se quedara conmigo un rato más.
Sonaba estúpido pero Durke estaba tan ocupado que apenas y teníamos tiempo el uno con el otro, quería otros diez minutos con él, así que hice algo estúpido e impulsado por la sensación de adrenalina.
—Iré a desayunar— respirando pesadamente me tumbé sobre mis manos y pies, alzando un poco mi trasero, no sabía si mi posición era correcta o si se veía bien, solo estaba imitando la postura que Darrell me había enseñado hace meses—. ¿Quieres que te traiga de desayunar? — si contestaba tal vez Durke saldría por la puerta así que me quede callado —. ¿Sam?
ESTÁS LEYENDO
El Club. (Gay) HIATUS
AçãoSamuel no sabe lo que quiere y no sabe que necesita, pero para Durke está claro que lo que Sam necesita es un poco de emoción y una buena follada. Durke no es un hombre de un solo culo pero maldición si no desea que Sam sea suyo. Su propiedad. Para...