Mujer Contra Mujer | ifridge

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  -De grupal cantaréis "Mi Gran Noche" de Raphael- anunció Pilar.

Todos los padres de los niños se pusieron a murmurar. Los niños, casi todos de no más de 8 años, miraban extrañados pues no tenían ni idea de quién era ese tal Raphael.

Al fondo del salón de actos, en una esquina, estaba sentada una menuda chica rubia. Se le había olvidado el móvil y no tenía más remedio que tragarse todo el reparto de temas entero, porque Pilar le había dicho que su hoja y la de Aitana se la iba a entregar cuando ya hubieran acabado de dárselas a todos los niños.

-"Un Poco Loco" para Manuel Jiménez.

Un niño con el pelo negro echado para atrá fue corriendo a coger la hoja con la letra.

Todos estaban atentos a lo que la profesora iba a anunciar. Nerea también, para qué engañarse. Se iba a tener que tragar el recital entero, así que iba a estar atenta a ver si alguna canción le gustaba.

-"Sugar" de Maroon 5 para Julia y Carlos.

Pese a sus intentos de mantenerse enfocada en lo que Pilar estaba contando, su mente no podía más que pensar en una persona: Aitana. Desde el incidente el día de la reunión no había hablado con ella. Tampoco era como si hablase con ella todos los días, pero sí se arrepentía de lo que pasó y quería, al menos, que escuchase sus disculpas. Pero estaba el pequeño problemilla de que Aitana estaba siempre rodeada de sus amigos y era imposible para alguien como Nerea ir a hablar con ella. No quería volverse a enfrentar a esa panda.

Había otra cosa que rodaba por su cabeza y esa era la posibilidad de cantar con Aitana. Tenerla tan cerca, no trabarse, mostrar esa faceta tan personal y oculta de ella...

-Ya está todo repartido. Espero que estéis conformes. Cualquier tenéis mi número y pronto os informaré de los horarios de cada uno- anunció Pilar.

¿En qué momento?, pensó Nerea. Había estado tan sumida en sus pensamientos que no se había percatado del reparto de temas. Ahora sí que sí tenía que ir a Pilar y enfrentarse a su destino.

Esperó paciente en la silla a que algunos niños y padres le hablaran y preguntaran cosas. Cuando ya todos se habían ido se lenvantó y comenzó a aproximarse al escenario donde Pilar estaba sentada ordenando unos folios.

Increíblemente no estaba nerviosa. A decir verdad, se iba a morir, pero su corazón latía a ritmo normal y su estómago no se estaba retorciendo. Era un sentimiento bastante extraño, causado más que nada porque no se podía creer la situación.

-Ay, Nerea- supiró Pilar agarrando dos folios-. La verdad que ha sido difícil la elección, pero al final creo que mi primera opción ha sido la mejor.

Extendió uno de los folios a Nerea con una gran sonrisa landina dibujada en el rostro, que causó que a Nerea le afloraran todos los nervios que hasta ahora había podido ocultar.

···

-Que no.

-Que sí- replicaron Miriam y Agoney al unísono.

-Que no he dicho.

-Lo vas a hacer- dijo Miriam tirándose en la cama de Nerea.

-Vamos a ver que no, que no, que esta vez de verdad.

-Como no lo hagas te juro que voy desde Adeje nadando si hace falta y te llevo para allí- afirmó Agoney señalando a Nerea autoritariamente.

La rubia dirigió su mirada hacia su mejor amiga en busca de alguna ayuda, pero se encontró con que Miriam hizo un gesto ladeando la cabeza con el que daba la razón a Agoney. Resopló y se cruzó de brazos.