Mujer Contra Mujer | ifridge

18

—¿Y por qué la convalidas a mitad de curso?

Aitana se sentó junto a Amaia en los escalones del colegio. La más mayor agarró el teléfono que le dio la del flequillo.

—Al principio pensé que era una tontería, si solo queda un año. Pero es que ya no puedo más, buah, me iba a morir de un infarto. Así aprovecho y adelanto cosas.

—Amaia, todos sabemos que no vas a hacer ni el huevo.

Amaia rió y se encogió de hombros. No le dio tiempo a decirle nada más porque el profesor tocó el silbato aue daban comienzo a los tres minutos que tenían que correr.

Corrió sola, centrada en su respiración, viendo a su novio y al primo de este siendo los primeros de toda la clase. Tras la tortura, dio permiso para beber agua.

Aitana fue a una de las fuentes más lejanas y para cuando volvió estaban todos hablando y en una especie de círculo.

—¿Qué hay que hacer?— preguntó desubicada.

—Ponerse por parejas— contestó Raoul—. Tú ponte con nosotros, ¿no?

—Yo veo mejor que te pongas con Marta y Caro— respuso su novio—. Que sois las tres niñas y así no nos ralentizas. Ya sabes, tú en Educación Física no eres muy buena.

Ignoró el comentario de Sam y fijó la vista en el resto de la clase. Ahora sin Amaia eran pares, lo que significaba que, además de ella con quien se pusiera, debía de haber otra pareja de tres.

—¡Profesor! ¿Nos podemos poner de tres?— preguntó como siempre.

La voz de Nerea hizo que no prestara atención al resto de la clase y a los malos comentarios de Sam. Nerea estaba con las dos chicas que se sentaban con ella en clase, aunque le había contado que tampoco se llevaban tan bien.

Se le iluminó la bombilla y contempló a su novio a la derecha.

No lo voy a hacer, se dijo.

Volvió a mirar a Nerea.

A tomar por culo, sí que lo voy a hacer.

Nerea se sorprendió al ver cómo su mano era agarrada y bajada por otra muy conocida.

—Profe, ya no hace falta.

—¿Qué haces?— Nerea frunció el ceño, sin entender qué hacía Aitana hablándole en clase.

—Ser tu pareja.

Nerea la miró atónita, pero no tan atónita como algunos compañeros ni como Sam y Raoul. Sin embargo, Aitana, que no había soltado la mano de Nerea, les respondió con una sonrisa orgullosa.

La clase consistió en varias pruebas. Algunas por parejas y otras individuales, en las que Aitana no paraba de motivar y animar a Nerea.

Se ofrecieron voluntarias para recoger los conos y así quedarse un ratito más juntas. Cuando fueron a cambiarse de camiseta el vestuario estaba completamente vacío.

—¿Por qué te has puesto conmigo hoy?— cuestionó Nerea nada más entrar.

—Amaia ha convalidado la asignatura por la natación y estaba sola— no se dio cuenta de lo mal que había sonado eso.

Nerea bajó su mirada y tomó su camiseta de Ravenclaw. Aitana se había arriesgado a pelearse con su novio por ella, pero Nerea solo podía fijarse en que había sido la última opción de la morena, pese a que realmente no fuera así.

—¿Quedamos hoy?— propuso la morena.

—Val— paró de hablar cuando Aitana se quedó en sujetador y se empezó a poner desodorante.