Aitana se metió en el chat de WhatsApp cuando, de repente, la puerta del portal frente a ella se abrió.
Miró a la rubia que estaba tras ella, mas ella no la notó. Guardó el móvil en su bolsillo y se acercó a ella.
—¡Nerea!
La rubia, que todavía no había salido de la puerta, se sorprendió de verla. No había podido hablar con ella desde el fatídico día del baño.
—¿Dónde vas?— preguntó la morena.
—Iba a hacer unas fotocopias y comprar chuches para Halloween. ¿Y tú?
—Voy a casa de Sam a que me dé las entradas de la fiesta. Me pilla de camino, así que te iba a avisar justo ahora. Em— no sabía cómo empezar—, ¿puedo acompañarte?
—Claro— dijo encogiendo los hombros.
Empezaron la caminata en silencio. Aitana decidió contarle algo para tranquilizar a Nerea.
—No estoy embarazada— soltó de golpe.
Nerea se paró en seco y se puso delante de ella. La agarró por los hombros, obligándola a parar también. Sus ojos estaban abiertos como platos.
—¿Estás segura?— Aitana asintió sonriente—. ¿De verdad?
—Me hice ocho test de embarazo. Me gasté la paga.
—Esto es increíble— quiso abrazarla. Se contuvo.
—Pensé en llamarte para que estuvieras ahí cuando me los hacía— echaron a andar de nuevo—, pero no quería incomodarte. Aunque, creo que tienes derecho a enterarte, después de ayudarme tanto.
Nerea no supo qué decirle. Ese día fue un momento que recordaría toda su vida. Tan delicado y personal. Fue víctima del huracán Aitana.
Era una pena que creyese que ella era la que destruía todo a su paso, cuando no era más que otra víctima.
Llegaron por fin a la papelería. Se miraron unos instantes sin saber cómo despedirse.
—Bueno— se balanceaba sobre sus pies—, Sam me espera.
—Adiós, Aitana.
—Adiós, Nerea.
Tenía que encontrar la manera de agradecérselo a Nerea.
···
Se encontraba con la cabeza apoyada en el pecho de Sam, tapados hasta arriba los dos por el frío que hacía. Esta vez había logrado que usara protección. No volvería a pasar.
Cogió su teléfono y lo desbloqueó. Empezó a cotillear Instagram. Sam agarró el móvil y lo levantó un poco para ver qué hacía.
Le dio me gusta a una foto que había subido Nerea. En la descripción ponía "La segunda estrella a la derecha, todo recto hasta el amanecer". Reprimió una sonrisa. Chica Disney, pensó.
—Últimamente te juntas mucho con la dientes.
Aitana se aguantó la ganas de reprocharle. No quería pelea.
—Me ayuda a estudiar. No me pienso quedar en este curso— se ahorró la parte en la que decía que no le gustaba lo que estudiaba—. Tú podrías aplicarte el cuento.
—Ya tengo aquí a mi profesora particular— dijo antes de besarla.
Comenzó a hacerle cosquillas. Aitana se retorcía y reía como si no hubiera un mañana. Después de cinco minutos que parecieron una eternidad, paró.
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Mujer Contra Mujer | ifridge
FanfictionNerea vive en las sombras. Aitana no puede pasar desapercibida. La música es su pasión. Las unirá una canción.