Capítulo 11: Hasta que lo admitas

871 54 11
                                    

Mi corazón bombea a una velocidad inquietante, se siente extraño porque no estoy familiarizada con esta sensación, se está convirtiendo en algo nuevo para mí. No recuerdo la última vez que mi corazón estaba así de acelerado.

O que mis bragas estén así de mojadas

-¡Oh, Dios!-Exclama alguien

Me separo rápidamente de Steven y veo a Danielle en la entrada de la cocina con sus manos en la boca y una expresión divertida en el rostro.

-Que rápida eres, solecito- ríe adentrándose a la cocina, toma los platos de la encimera y luego me mira-cuando termines tu sesión de besos ¿puedes llevar los demás platos?

Sin esperar ninguna respuesta de mi parte sale de la cocina riendo. Cierro los ojos y suspiro, las manos de Steven me dan leves caricias en mi cadera, distrayéndome de la situación. Coloco mis manos en su pecho y lo empujo para separarme de él y bajarme. Poniendo los pies en la tierra puedo poner mis pensamientos en orden.

-Eso fue interesante-Ríe

-¿Te parece divertido?-lo encaro con cierta molestia

-Dijo que cuando terminemos nuestra sesión es que podemos ir-me sonríe esquivando mi pregunta

-Yo ya termine aquí-tomo los platos de la encimera

- Espera-toma mis caderas con delicadeza-entiendo que no es muy común que te vean haciendo esto y que tampoco es común para ti estas demostraciones de afectos, pero...-lame sus labios-no te cierras ¿De acuerdo?

Proceso todo lo que acaba de decir en mi cabeza, desglosando cada palabra que salió de su boca, lo esquivo sin darle alguna respuesta y salgo de la cocina. Este hombre es un completo misterio, llega sin previo aviso tumbando cualquier pared que tenga de por medio para llegar más a mí, sin preguntar ni mucho menos pedir permiso para hacer todo este desastre, es un misterio que poco a poco estoy queriendo resolver. Aunque para descubrir cada misterio siempre hay una consecuencia.

Veo a todos sentados en los muebles, alrededor de la pequeña mesa de centro, me acerco a ellos escuchando con más claridad sus conversaciones, Danielle me ve y me da una mirada divertida cuando coloco los platos en la mesa.

-¿Por qué tardaste tanto?-pregunta la morena

-Sí, solecito-rie Danielle- cuéntanos ¿Por qué tardaste tanto?

Me armo de valor y lo suelto sin más, como una tira de cera, entre más rápido mejor

-Porque me estaba en una sesión de besos en la encimera de Kristina

No tenía caso ocultarlo, la pelirroja chismosa ya lo sabía y era cuestión de tiempo que los demás lo supieran, me dejo caer en uno de los muebles individuales gozando de sus expresiones de asombro

-¿Quieren saber algún otro detalle?

La voz de Steven resuena en la sala, camina con elegancia hasta llegar a otro mueble individual y sentarse

-No debes molestarte, ojos bonitos-Adan le sonríe- ya sabemos que tú y solecito se están conociendo más a profundidad

-¿Solecito?-frunce su ceño

-Así le dice Dani-señala a la pelirroja

-Tier le queda mejor-me sonríe mirándome

-¿Y qué significa?-Se entromete Krsitina

-No estoy dispuesto a revelar esa información-contesta sin quitar su mirada de la mía

Sus ojos me mantienen prisionera, su oscura mirada me envuelve como una ola imprevista en un mar tranquilo, no se mueve ni tampoco hace ademan de acercarse a mí. Solo me mira.

Te quiero solo para miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora