Este es el capitulo mas largo que he escrito hasta ahora, muchas gracias por todas sus lecturas y poco todo el apoyo que he estado teniendo. espero que este largo capitulo les guste tanto como a mi me gustó escribirlo.
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El Hospital Central de la cuidad se encontraba solo a unos kilómetros del cementerio y de manera automática, como si me controlara otra persona, conduje hacia él. No me había percatado en el momento en que subí a mi auto, no recuerdo el momento exacto en el que me separe de la multitud de policías, periodistas y personas curiosas para montarme en mi auto y conducirlo siguiendo a la ambulancia hasta el destino, mi cerebro despertó en el momento que apague el auto en el estacionamiento del Hospital y vi la camilla ser bajada de la ambulancia con Cat en ella.
Con pasos acelerados me voy acercando hasta la entrada del hospital, escucho levemente, por encima del ruido del tráfico y de las personas hablando, las voces de los paramédicos. Las palabras "Pulso Débil" se entierra como un cuchillo en mi pecho, abriéndome una herida que será marcada con una cicatriz que jamás será borrada. Sigo mi camino, detrás de todas las personas que están entendiendo a Cat, hasta llegar al pasillo donde varias enfermeras de turno nos interceptan y nos impiden el paso.
El padre de Cat se vuelve histérico, vociferando un sinfín de insultos, cegado por su desesperación y desconocimiento de la salud de su única hija con su esposa a un lado de él llorando mientras se aferra a su abrigo manchado de tierra. Ya me quedo un poco más atrás, camuflajeandome, siento las manos de alguien posarse en mis hombros y, en cierta forma, sosteniéndome aunque no le presto mucha atención. Luego de unos veinte minutos de una acalorada discusión que tuvo el padre de Cat, con una enfermera mayor y regordeta con cara de no ser su primer familiar histérico, se retiran hasta un pasillo un poco estrecho con dirección contraria de donde se llevaron a la morena. Veo como toman asiento en unas pequeñas sillas metálicas, frías como un congelador pero las más cercanas a la dirección de donde se llevaron a Cat.
Yo me quedo parada en el medio del pasillo, con la mirada fija en las puertas dobles que llevaron a la morena para estabilizarla, mis manos me pican y todo mi cuerpo me grita que puedo tener un ataque en estos momentos, las palabras del paramédico que se repiten una y otra vez en mi cabeza, sin tener planes de salir de ella y con toda la intensión de ser mis nuevas torturadoras. Los diez segundos que pude verla fueron eternos, como si hubiesen sido horas, su piel morena con ese tono grisáceo que me produce nauseas manchada con la tierra que había estado quitando de su cuerpo. Un pequeño escalofrió me recorre al pensar que hubiese ocurrido si no logramos encontrarla, el pensamiento me quita el aliento por un momento. Sus uñas quebradizas, quizás por luchar y defenderse de cualquier cosa que quisieran hacerle, su pómulo morado con tonalidades verdosas que amarillas causada por un golpe de unos días atrás. Cierro mis puños con fuerza al imaginarme todo lo que pudo pasar y todo por querer envolverse en toda mi mierda.
Aun siento las manos en mis hombros, me volteo para ver a Steven que se queda detrás de mí sin decir palabra alguna. No me da palabras de aliento, tampoco me obliga a sentarme, solo se queda allí conmigo, dándome mi tiempo, como siempre lo hace.
Vuelvo mi mirada hacia el pasillo y luego obligo a mis pies a dirigirme a las incomodas silla frías de metal, Steven toma asiento a mi lado al mismo tiempo que las puertas del Hospital son abiertas y una avalancha de personas se arremolinan a mi alrededor, las voces me aturden, me confunden y me marean haciendo que tape mis oídos con mis manos para opacar todo el ruido. Mi cuerpo se siente atrapado, desesperado por un poco de oxígeno para no ser prisionero de otro ataque de pánico. Dos grandes mano tapan las mías y me llevan hacia un pecho, donde inmediatamente, mi cuerpo se relaja. No necesito saber de quién se trata, su aroma es inconfundible para mi cuerpo que lo reconoce al segundo que mi cabeza descansa en su pecho.
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Te quiero solo para mi
Fiksi Remaja¿Mi vida siempre fue perfecta? Porque desde que tengo uso de razón no la veo de esa forma ¿Siempre tuve uso de razón? El círculo negro en el que he estado envuelta me está adsorbiendo cada vez más y no sé qué hacer. Fingir que nada pasa se vuelve ca...