10 - El Boggart de Arlette

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-Arlette-

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-Arlette-

Oscuridad. Todo a mi paso es oscuridad. Camino por el largo pasillo sin fin hasta descubrir una puerta. Suena el chirrido de la madera al crujir de la vieja puerta. Una gran sala rodeada de niebla rodea toda la estancia, está toda vacía.

Con lentos pasos camino hacia el centro de la habitación. Escucho un sonido metálico golpear el suelo. Mi cuerpo se gira y miro hacia abajo encontrándome con un anillo. Lleva una piedra grisácea con grietas a su alrededor pero al centro hay un símbolo, no puedo reconocerlo, el anillo está rodeado por plata. Dentro de la preciosa piedra de diamante se encuentra una oscuridad que nunca antes había sentido.

Me agacho y estiro mi brazo para cogerlo. Mis dedos rozan la sortija y esta gira a una velocidad inimaginable. Mientras da vueltas se escuchan voces en mi cabeza, flashes de otra vida, oscuridad, muerte, dolor.

Cojo el anillo y me lo coloco en el dedo. Escucho un grito a mis espaldas. Me giro lentamente y sólo distingo dos ojos grises que me miran con tristeza. Intento acercarme pero mi cuerpo me impide el movimiento. Lentamente voy cerrando los ojos hasta quedar en un profundo sueño del que sé que tardaré en despertar.

—¡Arlette!

Doy un salto hacia delante. Me limpio el leve sudor que hay en mi frente y me levanto de la cama.

—¿Por qué gritas Lucrettia?—le pregunto rascándome la cabeza.

—¡Por Salazar! Has estado gritando un buen rato y te recuerdo que tenemos clase. Será mejor que no llegues tarde, no quiero que quiten puntos a nuestra casa por tu culpa.

Ignorando sus comentarios me voy hacia el baño para hacer mis necesidades y arreglarme. Al bajar ni siquiera voy al gran comedor, me dirijo hacia el aula de defensa contra las artes oscuras. Por el camino me encuentro a Max que ni se molesta en mirarme. Desde aquel día no me dirige la palabra y no lo entiendo.

Entro en el aula y saludo al profesor Dumbledore que está organizando unos papeles. No hay mesas, están todas arrinconadas a un lado de la clase, solo hay un enorme armario al centro del aula.

—Disculpe profesor, ¿Qué se supone que debemos hacer con el armario?—le pregunto.

—Calma jovencita, el tiempo lo descubre todo.—seguido de esto me guiña un ojo—¿quiere un caramelo de limón?

Sonrío.

—No, gracias.

En solo minutos los alumnos entran en la clase y se sorprenden al igual que me ha pasado a mí. Defensa contra las artes oscuras la compartimos con Gryffindor por lo que Venus y yo nos sentamos juntas siempre, pero al no haber mesas todos nos quedamos de pie alrededor del profesor.

—¡Buenos días! Hoy os enseñaré a defenderos de un boggart con el hechizo Riddikulus. ¿Alguien sabe qué es un boggart?

Todos nos quedamos callados mirando al profesor hasta que alguien levanta la mano.

Aᥣmᥲs Coᥒᥱᥴtᥲdᥲs · Tom Rιddᥣᥱ [1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora