Aᥣmᥲs Coᥒᥱᥴtᥲdᥲs · Tom Rιddᥣᥱ [1] ✔

20 - Horrocruxes

-Arlette-

Camino descalza por la senda del siniestro Bosque Prohibido sin dirección establecida. Mis pasos son temblorosos y mi respiración entrecortada. No sé cómo he llegado hasta aquí.

El camino se corta y me quedo parada de pie delante de un inmenso árbol decorado con luces de muchos colores. Entre las sombras se encuentra un chico de espaldas, su cabello es rubio platino, delgado y muy alto. Lo que más me sorprende es el objeto que tiene entre sus manos, es una escoba pero es muy diferente a las del castillo, es una nimbus 2001.

Me acerco a él lentamente para descubrir su rostro, pero cuando está a punto de girarse empieza a oscurecer hasta que todo queda negro.

—¡Arlette!—escucho el grito de mi compañera de habitación.

Levanto mi torso quedando sentada sobre la cama y observo el sol entrar sobre las ventanas. Al parecer todo era un sueño.

Froto mis ojos.

—¿Qué pasa?—le pregunto.

—Necesito tu ayuda.

Levanto las cejas sorprendida.

—Lucretia, pensé que nunca escucharía eso salir de ti. ¿Qué quieres?

Se sienta a mi lado un poco nerviosa.

—Sé que no he sido muy agradable contigo, pero ahora mismo necesito hablar y tú eres la única lo suficientemente sincera.

—Cuéntame.

Tras un suspiro de su parte empieza a hablar.

—Verás, desde que organizaste esa cita con Malfoy todo está siento mágico. Nunca pensé que le gustaría. Pero hace un par de días me está evitando y lo veo hablar mucho con Medusa y estoy dudando...

—Lucretia, no te preocupes. Él te quiere mucho.

Ella asiente con la cabeza mirando al suelo.

—»Es más, me chantajeó para poder obtener una cita contigo.

Cojo su mano e intento animarla.

—¿Por qué eres tan agradable conmigo después de todo lo que te he hecho y dicho?

—Porque sé que vas a cambiar.

(...)

Camino hacia la mesa y me siento a su lado. Todavía no se ha dado cuenta de mi presencia porque está sumergido en su lectura. Levanto mi mano lentamente y acaricio su pelo.

—Hola.—dice sin apartar su vista del libro.

—Hola.

Repentinamente cierra su libro y dirige su hermosa mirada hacia mí.