4. ¿Te acuerdas de mí?

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Patrick estaba contentísimo. Había recorrido el instituto con Mónica, enseñándole al detalle cada clase y cada pasillo. En ese momento, Patrick le estaba enseñando la sala de laboratorio en la que realizarían muchas prácticas y experimentos a lo largo del curso.

- ¿Qué te gustaría estudiar?- le preguntó Mónica.

-Quiero ser veterinario- le respondió éste.

Mónica le sonrió con ternura.

- ¿En serio? ¡Me parece increíble que a los chicos os gusten los animales!

Patrick pensó que Mónica sería el tipo de chica que amaba a los niños y a los animales que desearía ser médica o profesora algún día. A pesar de todo, decidió preguntarle para eliminar todas su dudas.

- ¿Y qué hay de ti?

-Me gustaría ser pianista.

Esta respuesta sorprendió a Patrick de manera desmesurada. Si había algo para que Mónica fuera todavía más perfecta y rozara el cielo de la perfección, era simplemente eso.

Mónica era pianista. Que supiera y entendiera de música, le parecía algo muy profesional, y, al mismo tiempo, enternecedor.

Mientras recorrían el pasillo de Bachillerato, ambos iban contándose detalles de sus vidas.

Mónica le contó como había tomado la decisión de cambiarse de colegio y cómo había elegido Jersey School, entre tantas otras opciones. Sus padres querían que además de sus conocimientos musicales, manejara también las matemáticas y la química. Por eso, decidieron llevarla a ese instituto. Porque era uno de los que tenía mejor profesorado en el ámbito de ciencias.

Luego, empezaron a hablar del verano. Tantos y tantos sitios que habían visitado, hasta que se dieron cuenta de una curiosa coincidencia.

- Pasé parte del verano en San Diego, alojado en la casita de mi tío.

Al oír el nombre de aquel pueblecito al lado del mar, Mónica pegó un respingo nerviosa, intentando decirle algo en cuanto acabara de hablar.

-¡Yo también estuve allí! San Diego es un pueblo que tiene su encanto. El mar, la arena, las casitas en la orilla, las gaviotas volando...

Patrick ladeó un poco la cabeza observando al detalle como los labios de esa chica se movían a la vez que hablaba. Se moría por probar su sabor.

-En realidad, no se si me recordarás, pero yo a ti sí- le dijo a la chica asustado por lo que respondería después- Yo era el pescador de la playa. ¿Te acuerdas de mí? Aquel que te observaba cada día que salías a navegar con tu pequeña barquita. Siempre te vigilaba. Me enamoré de ti.

¡Ya está! Lo había soltado. Patrick. El chico más tímido de todo el instituto se acababa de declarar y ni él mismo se lo podía creer.

-Sí. Te recuerdo perfectamente. Ahora ya sé porque me sonabas tanto sin saber por qué.

© Siempre recordaré tu estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora