Capítulo 5.

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Faltaba una semana para entrar a la universidad y decidí ir a ver a James para hablar sobre lo que sentía, comenzaba a tener una relación más cercana con Jerome, así que decidí darle una oportunidad.

Cuando llegué a su casa llamé a la puerta, pero nadie abrió, toqué otra vez y seguía sin obtener respuesta. Estuve a punto de irme, pero empecé a escuchar sonidos muy extraños dentro de la casa. Inmediatamente pensé que estaban robando. Entonces rápidamente llamé a la policía y me aventuré, rodeé la casa y vi que la puerta trasera estaba abierta. Entré a la casa sigilosamente, me asomé por todos los cuartos de la planta baja y no había nadie. Tomé una sombrilla que se encontraba a un lado de las escaleras para defenderme en caso de que lo necesitara y subí al segundo piso. Noté que los sonidos provenían de la habitación de james. Traté de abrir la puerta, pero estaba cerrada, entonces recargué mi oído para ver si escuchaba algo.

-Oh si, ¿te gusta? – escuché la voz de una mujer.

- ¡Hola! ¿Quién eres? la policía está en camino. – grité, la voz se calló y pasaron unos segundos sin recibir respuesta alguna.

- ¿Ho-hola? ¿Noah? ¿Qué haces a-...? – preguntó alguien por detrás de la puerta y salió de repente del cuarto.

Me asustó un poco por lo rápido que salió, así que por instinto lo amenacé con la sombrilla y James inmediatamente se colocó en posición de defensa. Rápidamente me di cuenta de que era él así que la dejé caer al suelo. Estaba semidesnudo.

- ¡Santo cielo! pensé que había ladrones. – me sentí aliviado al ver que era él. - No sé qué le diré a los oficiales cuando lleguen, mierda.

- ¿Qué? ¿Cómo que oficiales? – me preguntó un poco perdido.

-Lo siento, es que vine a hablar contigo. Entonces llamé a la puerta un par de veces, pero nadie respondió. Estuve a punto de irme, pero en eso escuché unos ruidos y pensé que había ladrones así que llamé a la policía. En cuestión de minutos estarán aquí. Prometo que yo daré la cara, lo juro. – le expliqué muy rápido.

-No pasa nada. Yo hablaré con ellos. – soltó una pequeña carcajada nerviosa y nos quedamos en silencio.

-Te noto extraño, ¿pasa algo? – lo analicé y lo noté sospechoso.

-No nada, es solo que estaba amm... estaba... - se quedó sin palabras.

- ¿Estabassss...? – le insistí.

- ¡Masturbándome! – exclamó.

- ¿Masturbándote? ¿Por eso estás nervioso? - me sorprendí con su respuesta.

-Claro, es un momento un tanto intimo – colocó su mano en su nuca.

-No es como que nunca te haya visto en situaciones intimas – le dije con una cara burlona y el solo rodó los ojos.

–Entonces si estabas haciendo eso ¿por qué escuché la voz de una fémina diciendo "te gusta"? – cada vez sospechaba más de él.

-Pues estaba viendo porno, tú sabes que no puedo hacerlo sin tener alguna inspiración – cruzó sus brazos.

-Bueno, tiene sentido supongo. Como sea, ven entremos a la habitación, tengo que hablar de algo contigo. – lo tomé de su brazo y lo jalé.

- ¡No espera! ¿no crees que puedas venir mañana? Es que mi cuarto está muy desordenado porque estoy arreglándolo y ya sabes, cosas por todo el piso, desorden. – hacía movimientos extraños.

- ¿Pero si me acabas de decir que estabas ocupado en otra cosa? – seguí cuestionándolo.

-Es que estaba muy estresado y pues tomé un descanso, eso es todo. – seguía excusándose.

Al sentir tu piel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora