Al sentir tu piel.

Capítulo 23.

Al llegar al hotel, quedé impresionado con la elegancia y la majestuosidad que se podía ver en ese lugar, cabe recalcar que solo era la fachada del hotel. Cuando entramos, nos quedamos como bobos mirando hacia todas direcciones ocasionando que algunos de los huéspedes que se encontraban en ese momento, se riesen un poco por nuestras reacciones. Después de unos minutos parados en media recepción como estúpidos, fuimos a pedir nuestras habitaciones.

-Buenas tardes, bienvenidos al "Hôtel Fleuri" ¿tienen reservación? - nos dio la bienvenida un recepcionista con su sensual acento francés.
-Hola, buenas tardes. Sí, tenemos reservación. – contestó Chris.
- ¿A nombre de quién está la reservación? -
-De Christopher Allen, soy yo. -
-Podría darme su identificación por favor. -
-Claro, aquí está. – sacó un poco apurado su identificación de su billetera y se la entregó amablemente al recepcionista.

Después de unos segundos de estar tecleando y haciendo clic con el mouse, le entregó de nuevo la identificación a Chris.

-Muy bien, son siete habitaciones para dos personas con vistas a la Torre Eiffel y con todo incluido, ¿correcto? - plantó la mirada en Chris esperando una respuesta.

-Sí, es correcto. -

-Perfecto, en un momento les entregaré las llaves para cada una de las habitaciones. Mientras, le daré una hoja en donde pondrá sus datos y le pido su firma justo aquí. – le entregó la hoja, se levantó de su asiento y entró a un pequeño cuarto en donde no duró mucho. - Okay, aquí tienen sus llaves, son las habitaciones del quinientos cinco, hasta el quinientos doce. - le entregó una por una a Chris.

- ¿Sería todo? -

- Así es, es todo por el momento. Sean bienvenidos y que disfruten su estancia. – ambos se estrecharon la mano e intercambiaron sonrisas.

El recepcionista le hace una señal a un empleado y él se acerca rápidamente.

-Bienvenue, mi nombre es Belmont ¿les ayudo con su equipaje? - nos preguntó amablemente y observó detenidamente a Chris de pies a cabeza de una manera extraña.
-Hola, sí por favor. - le contestó Chris.

Al parecer Chris se percató del escaneo que le hizo el chico, y volteó a verme inmediatamente, miré al chico y le lancé una mirada asesina, a lo que él solo respondió desviando la mirada.

-Ya quiero que nos tomemos una foto con la Torre Eiffel al fondo mi amor. - le dije en voz alta a Chris y le di un beso, todo para que el chico escuchara.
- ¿Cuáles son sus habitaciones? –

-Serían del quinientos cinco, al quinientos doce. –

-Muy bien, pasen ustedes, yo los guiaré a sus habitaciones. – nos dio el pase y comenzamos a seguir las direcciones que nos daba el chico.

Llegamos a un elevador y curiosamente, se subió justo al mismo tiempo que Chris y yo. Al cerrarse las puertas y que este comenzara su trayecto, noté que él no le despegaba la mirada de encima, entonces yo le hice lo mismo a él y llegó a un punto en el que parecía una batalla para ver quien parpadeaba primero hasta que llegamos al piso que nos correspondía.

Salimos del elevador y decidimos esperar a los demás, para eso, el chico se quedó detrás de nosotros, así que volteé discretamente hacia él y pude ver claramente como se estaba mordiendo el labio inferior sutilmente. Cuando estaba a punto de encararlo, justo llegaron los demás y decidí mejor guardar la calma.

El chico pidió las llaves y lentamente iba acercando su mano con la de Chris, sabía que solo quería tocarlo, pero antes de que le diera las llaves, se las arrebaté a Chris.