Habían pasado algunos días desde la fiesta en casa de Henry, era lunes por la tarde y me encontraba en el trabajo deambulando por los pasillos centrales cerca de las oficinas de contabilidad, aunque apenas restaban un par de horas para terminar la jornada, mi cuerpo ya había comenzado a sentir el peso del cansancio. Recuerdo perfectamente que finalizada la junta de calidad había salido corriendo directamente al baño para lavarme la cara y dar un pequeño repaso a las imperfecciones de mi cabello, no tarde mucho tiempo en darme cuenta que mi rostro pedía a gritos un par de pastillas rehabilitadoras así que las tome rápidamente de manera tan disimulada que incluso ese mismo gesto asusto a un tipo de seguridad que se encontraba mis espaldas leyendo un artículo en su callwatch, ese tipo cuyo nombre no recuerdo renuncio a su puesto una semana después.
Fue justo después de ese pequeño encuentro cuando Henry me intercepto fuera del baño antes de dar la vuelta hacia el área de diseño.
- Jim
- Henry ¿Qué pasa?
- No te vi en el desayuno.
- Si, lo siento pero salí fuera.
Algunos meses antes durante una capacitación de normativas, todo el equipo del área de diseño habíamos pactado tomar juntos el desayuno en la terraza del noveno piso, actividad que solo duro un par de semanas hasta que nos dimos cuenta que nadie tenía idea de quien había sugerido tal estupidez.
- ¿Fuiste al restaurante Griego?
- No, la verdad es que tuve algunos asuntos que atender.
- No hay problema – dijo Henry haciendo gestos de desánimo.
Intentando ser un tanto amable y a la vez discreto dije lo primero que se me vino a la mente pero la verdad tras mis palabras era simple y llanamente que las alucinaciones habían vuelto, aspecto que no tenía intención de compartir con él.
Justo la mañana después de la reunión en casa de Henry y aun con los devastadores síntomas de la resaca, tuve una especie de visión en el cuarto de Ann cuando entré a su habitación en afán de despertarla para desayunar, fue fugaz pero muy vivido, en la esquina derecha pude ver a un hombre de edad avanzada que se sostenía sobre un bastón color negro y la miraba fijamente de manera casi nostálgica, aunque intente, me fue imposible ver su rostro. Me asuste tanto que de momento sentí una fuerte presión en el pecho misma que se mantuvo por un par de minutos hasta que la abstracta imagen del viejo se desvaneció tan rápido como había aparecido.
- Bueno, pero si vendrás mañana ¿Verdad? – Dijo Henry, esta vez un tanto más animado.
- Claro, nos vemos a las 10 en el estacionamiento.
- Eso espero, bueno nos vemos Jim.
- ¿Tienes presentación de proyecto?
- Sí.
- Procura llevar café, ya sabes cuan aburridas se vuelven las juntas con el gerente de diseño.
- Lo sé, lo sé - dijo rápidamente para después salir corriendo hacia el fondo del pasillo.
Después de eso no volví a ver a Henry en todo el día.
Salí del trabajo unos minutos después de mi horario habitual por lo que decidí tomar una ruta más rápida por la autopista del este. Usualmente no transitaba por ese lugar debido a que en esa parte de la ciudad sucedían a menudo accidentes de autos causados por un pésimo mantenimiento del sistema vial. Pese todo, ese día no pensé mucho al respecto y me aventure rogando que no ocurriese nada.
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Kronosip
General FictionUna novela cyberpunk donde se mezclan conceptos filosoficos dentro de un ambiente futurista plagado de misterios y simbolismo que aluden a las ideas de eternidad y tiempo.