Capítulo V

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Tan rápido como desperté, de inmediato encendí el voil, por alguna razón esta vez tardo ms de lo habitual - seguramente las malditas actualizaciones de software – me dije a mi mismo, como odiaba ese nuevo sistema, una hora después el destino me sonreía permitiéndome al fin logearme sin problemas. Una vez conectado, lo primero que hice fue llamar a Brand, y si bien en ese momento no le di la mínima importancia, su rápida respuesta se volvió un hito meses después.

- ¿Qué hay Jim? – Me dijo con una voz muy animada.

- Hola Brand - conteste de la misma forma que él, intentando comenzar la conversación de forma amistosa - ¿Cómo has estado? Hace unos días intente marcarte pero nunca contestaste.

- Lo siento Jim quizás estaba ocupado. ¿Qué paso? ¿Necesitabas algo? ¿Todo bien?

- Eh...- titubeé – no... no... no, solo quería saber como estabas.

- Pues muy bien de echo. Gracias.

Después de esto charlamos un par de minutos más, desde luego nada relevante, una simple conversación de amigos sobre cualquier cosa, la verdad es que en ciertos momentos, todas las palabras terminaba por no tener sentido alguno. En todo momento, el maldito de Brand insistía terriblemente en esas preguntas molestas, para mí no era nada nuevo porque desde la primera vez que tuvimos acercamiento más sincero, se había convertido mi padrastro ficticio, era agradable en un principio pero con el tiempo esas cosas terminan por cansarte.

- Deja intentar entender, asististe a una cita misteriosa sin saber quién demonios te había mandado llamar, sí que eres idiota. – Dijo Brand.

- Eso no me ayuda.

- ¿Quién en su sano juicio hace esas estupideces?... bueno no es que estés completamente sano, pero hermano de verdad debiste llamar a la policía o algo así.

- No lo sé, simplemente lo hice y ya.

- Bien, y... ¿Qué ocurrió después?

- Bueno... ¿Cómo te explico? – Desde luego no tenía intención de contarle nada específico, pero estaba claro que me encontraba en un punto del cual no tendría escapatoria. Y entonces, como un milagro del renacimiento, apareció lisa intentando entrar en el chat.

- Disculpa Brand, es lisa. Espera un poco, la agregare.

- Claro – contesto. Después de eso di un gran respiro para intentar calmarme, de verdad esperaba que se olvidara del asunto,

- Chicos que tal, ¿Cómo están? –dijo lisa, de fondo se escuchaba un poco de música, Crossroad de Robert Johnson, lisa siempre amo el blues de viejo siglo.

- Todo bien

- Todo bien – ambos contestamos al unísono.

Continuamos la charla tranquilamente, lo cual fue un gran alivio porque Brand había dejado de un lado el tema. Lisa nos contaba sobre un nuevo restaurante japonés que había visitado, no era de extrañarse porque para ese entonces la comunidad asiática había invadido completamente la República, si no eras nativo definitivamente ras asiático, solo existían esas opciones, con algunas escusas por supuesto. En ese entones en algunas de mis escapadas al bar de Stan, tuve el privilegio de escuchar una pequeña riña entre un judío y una chica Geekboy del sur discutiendo sobre la forma en que la nueva China inmiscuía a su gente a través de pequeñas empresas de tecnología y por supuesto restaurantes cantoneses, después de todo algunos años después de las revueltas la invasión asiática se había transformado en un aspecto casi natural en nuestra sociedad. De acuerdo con las palabras de Lisa, el nuevo restaurante era, y cito textualmente "Geekmaravilloso", aunque los camareros por su parte eran un asco, muchos de ellos llegaban al país ilegalmente comprando Id chips en el mercado negro de Taiwán, lo cual generaba un grave problema en el momento de entablar conversaciones con esas ratas orientales. Pese a todo, según la experiencia de Lisa la comida era simplemente sublime. Pero al final, todo termino cuando lisa rompió la plata que hacía falta para sacarme de mis casillas cuando pronuncio las siguientes palabras.

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