Capítulo 2

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Flores de Diamante

Capítulo 2

Al llegar a Londres, las primeras palabras que Eva pronunció fueron:

-¿Jacob? ¿Puedes llamar a Arno y decirle que estamos ya en Londres? ¿Puedo saber si Eli está bien?-Preguntó preocupada.
Jacob miró a la francesa con un suspiro.

-No… No puedo peque, tendrás que esperar un tiempo.

-Pero, y si Eli…-Fue interrumpida por un leve grito.

-¡¿Puedes callarte ya!?-Dijo Lena harta.-¿Quién es esa tal Eli de quien tanto hablas?-Se cruzó de brazos mirándola.

-Lena.-Le regañó Evie mirándola seriamente mientras que Lena encogía sus hombros.

-Elizabeth, y es su hermana.-Miró Jacob enfadado a los ojos de la protegida de su hermana.-Y se preocupa mucho por ella.-En ese momento Lena recordó a Elizabeth con total claridad: rubia, con un ojo de cada color. El bicho raro del burdel y la niña bonita de Andreas junto con Eva. Nótese que Lena odiaba a esas dos pobres chicas.

Actuando lo mejor que pudo, Lena se relajó. Si quería acostarse con el inglés primero tenía que ser cercana a este, y la mejor manera de conseguir aquello era llevándose bien con Eva.

-Oh… Tranquila chiqui.-Sonrió “amablemente”.-No te preocupes, con el tiempo, cuando nos conozcamos, ya verás qué amigas seremos, no te prometo que no la eches de menos conmigo a mi lado, pero, al menos, no estarás triste.-Intentó animarla.

-Yo quiero a mi hermana…-Abrazó al inglés escondiéndose en su espalda.

-Eva, sé que quieres a Eli y mucho, pero… Creo que una nueva amiga no te vendrá nada mal.-Acarició su pelo.-Así te mantendrás entretenida y no pensarás en… Bueno, todo aquello que te pone mal.-Dijo Jacob con cautela.

Eva, dudosa, asintió.

-Bueno, sobran las presentaciones entre tú y yo, ¿no Eva?-Le dijo la rubia de pelo rizado mirándola a los ojos.

-Pues sí…-Rió la gitana.
-Pero hay alguien aquí a que sí que no conozco…-Volvió a la carga la rusa, elevando su mano hacia Jacob con una sonrisa en la cara.-Lena Plisetsky, un placer.

-Jacob Frye.-Sonrió estrechando la mano de la chica.

Lena se quedó mirando a los ojos a Jacob, pero él quitó la mirada rápidamente, dirigiéndola hacia Eva y cogiendo su mano para salir de allí.

Una vez fuera, Jacob y Eva subieron al típico Camaro de él, mientras que Evie y Lena subieron al Lamborghini modelo veneno de color plateado de Evie.

Al llegar a la residencia Frye, Jacob acompañó a Eva hasta su cuarto, donde dormirían juntos.

-¡Tachán! ¡Y aquí es donde dormiremos tu y yo!-La abrazó por la cintura una vez cerrada la puerta besando sus labios con un dulce beso.

Eva siguió el beso, posando sus brazos alrededor del cuello del chico.

-Wow… Es muy bonita.-Observó detalladamente el cuarto.

Lo primero que Eva vio fue el balcón al fondo a la izquierda, ¿por qué le gustaban tanto ese tipo de espacios? Ni ella misma lo sabía. Después de alegrarse por ello, observó detenidamente la habitación: una cama tamaño king size captaba la total atención de la chica, se notaba a la legua que era mullida y muy cómoda, así que, sin pensarlo dos veces, se tiró en ella. Su vista siguió recorriendo la habitación, que tenía las paredes de color verde, pero uno muy suave. Había una ventana en la pared contigua al balcón que tenía un hueco justo debajo con un sillón debajo, marrón. La cama tenía dos mesitas de noche, una a cada lado de la cama. Se dio cuenta de que, justo al lado del escritorio, en una pequeña esquina, había una mininevera. Por último, había un armario junto a una puerta que Eva supuso que conducía al baño, y también una leja encima de la cama, repleta de trofeos.

Pero, no fue hasta que la francesa dio un segundo vistazo a la habitación, que se dio cuenta de que había un montón de botellines de cerveza desperdigados por la habitación.

-Vaya… Se nota que te gusta darle a la botella.-Rió la francesa.

-Sí… Bueno.-Rió nervioso.-Me va a días, solo es en mis días malos que vuelvo muy borracho a casa.-Miró a la chica, que estaba mirándolo con tristeza.

-Conmigo no tendrás ningún día malo…-Tiró del inglés para que se tumbara en la cama con ella.-Te lo prometo.

-Eres la mejor Eva.-Dijo abrazándola y poniéndola sobre él.-Mi muñeca de porcelana…-Susurró al oído besándola en los labios.

Eva sintió un leve calor en su pecho, así que pasó sus manos por debajo de la camiseta de Jacob para quitársela. Jacob, al ver lo que quería hacer, se separó un poco de los labios de su chica, pero no mucho, lo justo para quitarse la camiseta.

De repente, la puerta se abrió de par en par, dejando ver la ancha silueta de la rubia de ojos azules, Lena, quien ahogó un grito de asombro al ver a la pareja de esa manera.

-¿Qué sucede Lena? Acaso Jacob está haciendo de las…-Evie se asombró al ver a Jacob y a Eva juntos.-¡Jacob Frye! ¡¿Qué coño haces?!

-Emmm…-Dijo levantándose de la cama, poniéndose su camiseta, mas Lena ya había visto de él lo suficiente como para calmar sus noches más “calurosas”.-Yo… A ver, Eva y yo... Estamos juntos, nada más.-Explicó.-Es mi chica.-Sonrió mirando a la francesa con una mano en la nuca.

-Jacob, ¿no te das cuenta? No puedes salir con tu protegida… Con una…-Evie fue a decir aquella palabra, pero fue interrumpida por su hermano.

-¡Ni se te ocurra decirlo! ¡Sabes de sobra que no era por gusto!-Le miró seriamente.-Eva, cielo, ve con Lena abajo, Evie y yo tenemos que hablar.-Acarició su pelo para calmar a la francesa, que estaba respirando agitadamente.

Lena miró a Jacob a los ojos y se sorprendió al ver que había un brillo en estos, ¿de verdad la amaba? No podía permitirse el lujo de que esa asquerosa gitana se acostara con Jacob antes que ella.

-Ven Eva… Vamos abajo, te prepararé algo calentito, hace frío y viene bien tomar algo caliente. Además, así te calmas y estás a gusto, ¿vale?-”Se preocupó” por ella.

-Vale…-Tartamudeó Eva saliendo de la habitación sin decir nada más.





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