Flores de Diamante

Capítulo 13

Flores de Diamante

Capítulo 13

Debido a la dura noche que el francés y la inglesa habían pasado, ambos se despertaron tarde al día siguiente, realmente necesitaban esas horas de sueño.

Eli para poder evadirse del tema de Eva, y Arno… Bueno, él también sufría por el tema de Evangeline, sobre todo porque no podía dejar de preguntarse cómo era que Jacob no se había dado cuenta del problema.

Arno se había despertado un poco antes que Eli, y todo ese rato que estuvo despierto lo pasó mirando a la rubia, la cicatriz que atravesaba su ojo le llamaba especialmente la atención, pero le resultaba un rasgo muy característico de ella, era como una marca personal que solo ella tenía.

-Buenos días, mon amour. -Arno besó la mejilla de la rubia.- ¿Has logrado descansar?

-Sí, afortunadamente sí. -Respondió ella con una media sonrisa.

Arno sonrió ampliamente, le llenaba de gozo que Elizabeth hubiera podido descansar bien. Dejando un beso en la frente de ella, se levantó de la cama y fue al baño para ducharse.

Eli aprovechó esto y salió al salón para fumarse un cigarrillo mientras hacía el desayuno, muy variado por cierto. Cuando Arno salió del baño, desayunaron, y el francés se alegró por la actitud de su amada, quien ya no estaba absorta en sus pensamientos con la mirada perdida, sino que estaba realmente con él.

-Escucha mi princesa, ¿te apetece hablar con ella? -Arno sonrió apoyando su mejilla en su mano, mirando el rostro de la chica, sobre todo aquellos ojos que tanto la caracterizaban.

-¡¿Puedo?! -Exclamó ella no creyendo las palabras de él.

-Sé que estás que revientas si no sabes nada, y la verdad, yo estoy igual. -Admitió él.

-¡Te quiero Arno! -La inglesa se lanzó a los brazos del francés besando sus labios para luego ir corriendo hacia el cuarto a marcar el número de su hermana.

-¿Diga? -una dulce voz adormilada sonó al otro lado de la línea, Evangeline había sido despertada por su hermana mayor, cosa que provocó que la inglesa recordara exactamente lo mismo, pero cuando estaban en aquel horrible sitio.

-¿Eva? ¿Te desperté? -sonrió tiernamente al escucharla. 

-¿Eli? ¿Pero cómo? Bueno, es igual.-rió la gitana.-Pero sí, es una hora menos aquí… ¿Recuerdas? ¿Qué haces llamándome? ¿No es peligroso?

-Arno me ha dejado, así que supongo que no. -una sonrisa afloró en su rostro al tiempo en que sus ojos se posaban en los del francés. -¿Cómo van las cosas por allí?

-Pues de momento muy bien.-se notaba a la pequeña muy emocionada y feliz. -Hablé con Jake acerca de lo de Lena, y pues, ¡fue todo genial! -Exclamó, se escuchó un gruñido lejano, quizá Jacob estaba despertando.

-¿Con quién hablas? -Efectivamente, Jacob había despertado, y su voz sonaba gruñona, como de poco amigos. Eli y Eva lo achacaron a que así sonaba recién levantado, pero estaban profundamente equivocadas.

-Con Eli, Arno le ha dejado llamarme. -explicó contenta.

-Ese gabacho… -Susurró el inglés de forma despectiva. -Ve acabando, tenemos que hablar.