Flores de Diamante
Capítulo 17
-Lo voy a matar… -Una rencorosa y dolida Elizabeth apretó el teléfono de Arno en su mano. -¡Lo voy a matar! -Acto seguido lanzó el aparato a la cama, rabiosa.
Arno la miró con miedo; su expresión, su voz e incluso su mirada irradiaba odio y maldad.-Eli… -Intentó apaciguar el francés a la bestia.
-¡Cállate! Me dijiste que le cantarías las cuarenta a tu maldito amigo, ¡y mira lo que ha pasado! Me da igual que no quieras, pero ahora mismo me voy a Londres a matar a ese bastardo hijo de puta y traer de vuelta a Eva a mi lado. -Espetó ella sacando su maleta de debajo de la cama.
-Oh no, tu no vas a ninguna parte señorita. -Ahora era Arno quien estaba más serio que nadie. -Me da igual lo cabreada que estés, pero no puedes abandonar el país, ¿tienes idea de la que me caería encima si te lo permito?
-Me la suda, Arno. Ahora mismo lo que más me importa es mi hermana, ¿de acuerdo? -Escupió, rompiendo a llorar. -¡Maldita sea! -Gruñó quitando las saladas gotas.
-Eli, por favor, tranquilízate. -Dijo Arno cogiendo a la rubia de los hombros, dolido por las palabras de ella. -Mantén la cabeza fría, por favor. Cuando te reúnas con Jacob y Eva podrás pegarle una soberana paliza, ¿vale? Pero no puedes abandonar Francia bajo ningún concepto.
Elizabeth agachó la cabeza, rompiendo en llanto, no pudiendo contenerse. Arno la atrajo hacia él y la estrechó fuertemente entre sus brazos.
-¡Esto me está matando Arno! -Chilló ella. -¡La necesito! ¡Cada puto minuto sin ella es una tortura! -Su voz era desgarradora, podía poner triste muy fácilmente a todo aquel que escuchara su llanto.
-¿Y yo no te importo? -el joven acariciaba el mentón de su querida inglesa. -¿Tu chico no te ayuda a que no estés sola?
-¡No es lo mismo! ¡No mezcles cosas por favor! -Suplicó, empezando a sentirse culpable.
-¡Claro que me importas, pedazo de idiota! ¡Es solo que no es el mismo afecto! ¡Claro que haces que no me sienta sola, pero ella es mi hermana, y aunque te duela, ella ha estado más tiempo en mi vida que tu! -Elizabeth habló sin tapujos, sin filtro alguno, con total sinceridad. Arno sintió una pequeña punzada en el corazón.
-Sé que vuestro lazo es mil veces más fuerte que el nuestro, pero no es que se haya ido de tu vida, simplemente ella está haciendo ahora su vida, y sé que piensa mucho en ti. -El francés, destrozado, acariciaba las mejillas de la rubia, limpiando sus lágrimas con los pulgares.
-¡Lo que ella está viviendo no es una vida en condiciones! ¡Jacob y Lena la maltratan, por mucho que te cueste aceptarlo porque es tu amigo! ¡No está a gusto!
-Es solo una mala racha Eli, Jacob no le haría eso a Eva, no tras ver su mirada cuando ve a tu hermana y escuchar cómo se maldice a sí mismo cuando mete la pata y le hace daño. Eli, Jacob quiere a tu hermana, tanto como yo te quiero a tí. De eso estoy muy seguro. -Explicó Arno al tiempo que conducía a la chica a la cama, dispuesto a estrecharla tanto tiempo como fuera necesario.
Elizabeth enmudeció, limitándose a aferrarse fuertemente a la camisa del francés, como una pequeña niña atemorizada. La habitación quedó en completo silencio, y solo los sollozos de la rubia osaban romper aquel silencio.
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Flores de Diamante
FanfictionTras la separación de Elizabeth y Evangeline, las chicas conocen los países de sus protectores, descubriendo así nuevas cosas y nuevos sentimientos. Sin embargo, la amenaza que supone la mafia controlada por Andreas aún sigue sobre la Hermandad, dis...