P.O.V. Alex.
Es gracioso ver a Jason celoso, desde que lo conozco lo ha sido con las chicas y conmigo, pero es que en estos momentos está muy a la defensiva con el señor Smith.
—De acuerdo, como ustedes quieran, por favor acompáñenme a mi oficina —nos pide Austin y comienza a caminar hasta llegar a unas escaleras, al subir nos encontramos con dos pasillos. Nos dirigimos al de la izquierda hasta llegar al final donde hay una puerta doble y unos guardias en ellas. Al ver llegar, abren las puertas y entramos. La oficina es muy elegante, hay un escritorio como en toda oficina, unos sillones y una estantería de libros.
—¿Le gustan los libros, Señor Smith? —le pregunto aun viendo la cantidad de libros que tiene.
—Sí, mucho, y llámame Austin, por favor —me dice con una sonrisa, a lo cual yo se la devuelvo. Siento que me miran, pero sé de quién es esa mirada y no quiero que monten una escena, así que no le prestó atención.
—Bueno, empecemos. Recuerden que la noche es joven y yo quiero disfrutarla —nos dice Amanda mientras se sienta en el mueble que hay en la oficina. Aria imita su acción, igual que yo. Los chicos se quedaron parados detrás de nosotras y Austin se sienta en un sillón al frente de nosotras.
—Bueno díganme, ¿cuáles son sus ofertas? —nos pregunta Austin mirándonos a los ojos.
—Bueno, primero que nada, asociarnos, segundo, sé que ha tenido uno que otros problemas con el transporte de drogas y queríamos ayudarlo con eso, si usted nos ayudas con unos de tus medios de transporte de armas —le digo—. Además de que tiene que recordar que nosotras controlamos la mafia de todo el país, la única parte que no la controlamos es Miami, y como no queremos conflictos le ofrecemos hacernos socios, como ya había dicho. Nosotras te ayudamos y usted a nosotras, ¿le parece?
—Me parece bien, y ustedes me han caído bien, así que trato —nos dice mientras estira su mano, a lo que las tres la estrechamos—. Bueno para celebrar esta asociación, los invito a que jueguen en lo que quieran y todo va para mí cuenta, también lo que consuman.
—Muchas gracias por la invitación —le dice Amanda con una sonrisa—. Cuando quieras visitar los Ángeles nos dices para llevarte a uno de nuestros clubs.
—Con mucho gusto, intentaré de ir lo más pronto posible —nos dice Austin con una sonrisa—, síganme.
Salimos de la oficina y nos dirigimos a una barra donde los chicos empezaron a pedir diferentes bebidas, excepto las chicas y yo que pedimos unas gaseosas. Nosotras no bebemos a menudo, solo en ocasiones que son debidas lo hacemos o si tenemos algo de estrés y nos queremos deshacer de él, sé que no es lo más adecuado, pero todos en algún momento lo hemos hecho.
Phillips, Liam y Thomas se fueron a hacer unas cuantas apuestas en los juegos, los demás estamos sentados en la barra hablando.
—Aria y Alex, ¿me pueden acompañar allá? —nos dice Amanda mientras nos ve a los ojos, con esa mirada de "es urgente." A lo que nosotras asentimos y no dirigimos a uno de los baños de mujeres que estaba cerca.
—¿Qué es lo que pasa? —le pregunta Aria con el ceño fruncido cuando entramos al baño.
—Es obvio que se dieron cuenta que Jason está celoso —asentimos—, y se dieron cuenta que Austin se le quedó viendo a Alex de una forma que a Jason no le gustó —nos informa Amanda.
—Yo no lo noté —les digo.
—Yo sí —nos dice Aria analizando la situación.
—Jason estaba a punto de explotar, o sea, le va a dar una paliza y saben que él no se detiene hasta ver sangre —nos dice Amanda algo preocupada, y no la culpo, Jason a veces es muy celoso, y ahora que sé que gusta de mí es mucho peor porque el problema está empezando por mi culpa.
—Tenemos que hacer algo, no podemos dejar que esto llegue a un punto que no podríamos hacer nada —digo con la respiración agitada— estoy muy preocupada, no puedo dejar que Jason se meta en problemas en éstos momentos.
—Tranquilízate, Alex, no va a pasar nada, tenemos que sacar Jason de aquí al igual que a ti —dice Aria señalándome—. Vamos a decir que tenemos cosas que hacer y nos vamos como si nada a la casa, vamos hablar muy seriamente con Jason.
—Ok —decimos Amanda y yo al unísono. Aria asiente, salimos del baño y nos dirigimos a la barra. Encontrándonos con todos los chicos reunidos esperándonos.
—Chicos, tenemos que irnos —les digo a lo que se me quedan viendo con el ceño fruncido.
—¿Por qué se van tan temprano? —nos pregunta Austin.
—Tenemos unos asuntos pendientes, otro día nos quedamos más tiempo —le dice Amanda amablemente. Cada uno se despide y nos dirigimos a la limusina para irnos a casa. Ya dentro empieza nuestro trayecto hacia la casa, en el transcurso todos vamos en silencio, cada uno en sus pensamientos.
Cuando llegamos a la casa todos nos bajamos de la limusina y nos dirigimos a la sala de la casa, al estar todos ya en la sala, Aria, Amanda y yo nos le quedamos viendo con mala cara a Jason.
—¿Qué? —nos dice Jason con el ceño fruncido.
—¿En serio es lo único que vas a decir? —decimos las chicas y yo a coro. Jason no entiende de que hablábamos, perfecto.
—¿Nos puedes explicar que fue lo que pasó en el casino de Austin? Porque nos dimos cuenta que lo querías matar y por eso nos vinimos antes —le dice Aria.
Al decir lo último, todos los presentes se quedan viendo con la boca abierta. Jason por otro lado se cruza de brazos y dice.
—No me digan que no vieron como ese idiota se insinuaba a Alex, ¿o son ciegas? —esa estúpida pregunta hace que la sangre me hierva. Trato de controlarme, pero ya no puedo más.
—¡Por Dios, Jason! ¿Tú me viste hacerle caso? No, no le hice caso, no hay puto día que tus malditos celos no nos dejen en paz —le digo furiosa, ya no aguanto sus ataques de celos—. Si no te controlas, la relación que estaba pensando que se podría formar entre tú y yo no existirá. ¡¿Me has oído?! ¡¡¡NO EXISTIRÁ!!!
Subo las escaleras corriendo, pero con cuidado para no lastimarme. Necesito calmarme, no quiero cometer una locura. Al llegar arriba me dirijo a mi habitación.
Al llegar, entro y cierro la puerta con seguro, me quito el vestido, los tacones, mi ropa interior y me dirijo al baño. Ahí me meto en la ducha y me doy un baño de agua fría para quitarme este calor que pasa por todo mi cuerpo. Después de 20 minutos en la ducha salgo y me seco, me dirijo al armario y busco mi ropa interior de color negro con encaje, en estos momentos estoy muy cansada, por eso decido quedarme así, de todos modos, la puerta está cerrada.
Me dirijo a mi cama, me acuesto y tanto es mi cansancio que me dejo caer a los brazos de Morfeo inmediatamente.
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Reputación [Collins#1] (Corregida)
Ficção AdolescenteA veces una reputación te puede seguir por toda tu vida. Nosotras tuvimos que heredar la reputación de nuestros padres. ¿Quién iba a pensar que las chicas más populares e inteligentes iban a ser las hijas de los reyes de la mafia de Estados Unidos? ...