Capítulo V | Misteriosos

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P.O.V. Aria.

Ya estamos entrando al Instituto, como nada raro, todos se nos quedaron viendo.

—A veces, solo a veces, me siento rara cuando todo el mundo me ve —nos comenta Amanda. Ésta cargaba unos pantalones negros con una raya blanca en los laterales del pantalón, una camisa blanca suelta, unos zapatos negros con una raya blanca y una chaqueta marrón de cuero.

—Te acostumbrarás —le digo mientras saco mis libros del casillero.

—Ok, está bien, intentaré no hacerle caso —me dice Amanda con una sonrisa, la cual devuelvo brevemente—. Alex, cuando subiste para tu habitación nuestros padres nos dijeron que tenían un trabajo para nosotras, pero que nos dirían cuando salgamos del Instituto.

—¿Por qué les gustan ser tan misteriosos? —nos pregunta Alex y pone los ojos en blanco.

—No lo sé, pero no los podemos cambiar —le respondo.

—Chicas, hoy nos vamos a sentar a la hora del almuerzo con el chico nuevo y sus "amiguitos" —nos pregunta Amanda alzando una ceja.

—No lo sé, ¿tú qué dices Aria? —me pregunta Alex.

Cuando voy a responder siento que me jalan el cabello, me doy la vuelta para ver quién es la persona que lo hizo. Al ver que la que me jaló el cabello fue la perra de Scarlett me entra una irá que, si no fuera por las chicas que me agarraron en estos momentos tuviera una bala entre ceja y ceja. Sé que es algo muy impulsivo, pero cuando estoy llena de ira no logro pensar con claridad.

Si se lo preguntan, siempre tengo mi pistola a mano, está en la espalda baja, la pongo ahí cuando tengo la chaqueta al igual que las chicas. Hoy las únicas que trajeron las pistolas fuimos Amanda y yo, así que tenemos que proteger a Alex de cualquier cosa. En este mundo en el que vivimos no sabemos cuándo pueden intentar algo contra de nosotras, con solo ser Collins ya tenemos más enemigos de que pueden imaginar.

—¿Qué te pasa, maldita perra? —le pregunto y en mi tono de voz se puede dar cuenta de que estoy llena de ira.

—A mí me respetas zorra, lo que me pasa es que siempre que llega alguien nuevo sales tú y tus zorras para hacerse "amigos" —dice haciendo comillas con los dedos.

—En realidad, si queremos ser amigas del nuevo, no como tú, que te lo quieres llevar a la cama como hiciste con medio Instituto —digo y la dejo hablando sola para irme a clase con las chicas siguiéndome.

[•••]

Ya es hora del almuerzo, estamos sentadas hablando de cualquier estupidez que se nos ocurra al momento, cuando llegan Thomas, Liam y Edmund.

—Hola chicos, ¿cómo están? —les pregunta Phillips con su hermosa sonrisa.

—Bien, ¿de qué están hablando? —pregunta Liam con una sonrisa de oreja a oreja, en estos momentos me arrepiento de no haberle hablado antes, es súper agradable.

—De estupideces, pero iba a decir que hablemos de nuestros cumpleaños, ya pronto vamos a cumplir y no hemos decidido cuál va a ser el tema —nos recuerda Amanda y es cierto, estos días hemos estado muy distraídas.

—Cierto, tenemos que elegir el tema —habla Alex.

—Disculpa por meterme, pero ¿ustedes cumplen el mismo día? —nos preguntas Edmund con curiosidad.

—Lo que pasa es que cumplimos en tres días seguidos —le respondo con una expresión neutral.

—Ah ok, ¿y cuándo cumplen años? Si se puede saber —dice Edmund. Por lo visto es más curioso de lo que pensé.

—Aria el 7 de octubre, el 8 Amanda y el 9 yo, pero siempre celebramos nuestro cumpleaños el 9 juntas —dice Alex amablemente.

—Chicas, ¿y si hacen la fiesta de disfraces? —propone Jason—. No han hecho una en años, la del año pasado fue blanco y negro.

—Es buena la idea, pero el año que cumplimos 15 fue de disfraces, por si no te acuerdas, Jason, nosotras nos disfrazamos de Ángeles y demonios —comenta Amanda recordándole a Jasón la fiesta.

—Cierto, tienes razón —coincide Jason.

—¿Y si la hacemos de antifaces? —les digo—. Nunca la hemos hecho, ¿qué les parece?

—Estamos de acuerdo contigo —me dicen las chicas al unísono.

—Todos los de esta mesa están invitados para la fiesta —les dice Amanda.

—Que honor, yo voy, ustedes chicos, ¿van? —pregunta Liam a los demás.

—Yo sí, no sé Thomas —pregunta Edmund a lo que todos en la mesa dirigimos la vista a Thomas.

—Entonces Thomas, ¿aceptas ir a nuestro cumpleaños? —le pregunta Amanda con una sonrisa cautivadora, de esas a las que los hombres no se pueden resistir.

Thomas lo piensa por un momento y responde.

—Está bien, iré.

Pasamos el resto del almuerzo hablando y esas cosas, sentí la mirada de Edmund sobre mí, pero no le hice mucho caso. Cuando el timbre sonó nos dispersamos y cada uno se fue a su clase correspondiente. A mí me tocaba literatura, es una de mis materias favoritas, me encanta que cuando estás leyendo te metes en la historia y sientes que eres parte de ella. Ésta es mi última clase. Cuando sonó el timbre de salida, empecé a sentir curiosidad por lo que nos iban a decir mi padre y mis tíos.

Al llegar al estacionamiento espere a que los chicos salieran. Cuando salieron los vi con unas caras de preocupación. Al llegar a mi lado les pregunto.

—¿Qué pasa? ¿Por qué esas caras?

—Lo que pasa es que tu padre nos acaba de llamar con un misterio y nos dijeron que nos esperaban en la mansión —me responde Phillips todavía con cara de preocupación y terror. Los chicos desde que tengo memoria les ha dado miedo mi padre y mis tíos.

—Tranquilos, no debe ser nada malo, además, desde la mañana están así, junto con mis tíos Andrew y Christopher —les explico para que se tranquilicen.

—Es mejor que nos vayamos ya, o si no se van a enojar —dice Alex para que los demás se apuren para irnos.

—De acuerdo —decimos todos al unísono.

Los chicos se van en el Lamborghini blanco de Jason y las chicas y yo nos vamos en mi Audi negro. Cuando llegamos a la mansión, estacionamos los autos, nos bajamos y entramos a la mansión, al entrar nos llevamos "una de las mejores sorpresas que hay" hay nótese el sarcasmo.

—¿Qué hacen ellos aquí, padre? —le pregunta Amanda a mi tío Christopher.

—El trabajo que les tenemos lo van a hacer con ellos, no solo con Jason y Phillips —le responde mi tío Christopher.

«No, no, ¿por qué a mí?» Pienso. Ahora resulta que los trabajos que hacemos con los chicos tenemos que hacerlos con ellos también. Que me caigan algo bien no significa que voy hacer todo con ellos.

—Sí, seremos sus nuevos compañeros, y no solo en el Instituto —nos dice Edmund con esa sonrisa de superioridad.

—Bueno, como están todos les diremos de qué se trata el trabajo —habla mi padre—. Resulta que hay una persona que nos debe una gran suma de dinero y quiero que ustedes le den un regalito, de que si no paga todo el dinero en 48 horas se las verá con nosotros, ¿están de acuerdo?

—Sí —decimos al unísono.

—Una pregunta, ¿en dónde está esa persona? —le pregunto curiosa.

—En Miami.

Reputación  [Collins#1] (Corregida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora