Capítulo XVIII | Bienvenida

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P.O.V. Amanda.

«Despertó.» Me lo repito una y otra vez, mientras corro por el pasillo con Aria para llegar a la habitación de Alex.

Cuando llegamos, abrimos la puerta y una sonriente Alex nos saluda.

Nos acercamos a Alex con una sonrisa. Mira a cada uno de los presentes y dice.

—No tienen nada que preocuparse, estoy bien —ve las caras de preocupación de cada uno.

Jason se acerca al otro lado de la camilla y le sonríe a Alex, ésta le devuelve la sonrisa.

En un abrir y cerrar de ojos, Jason tiene sus labios sobre los de Alex, dejando a todos, incluida Alex sorprendidos. Aria y yo nos damos miradas cómplices y no reímos, haciendo que toda la atención se fuera hacia nosotras.

—Alex y Jason necesitan un poco de privacidad, ¿no? —digo con un toque de picardía.

Cuando Jason se separa. Toda la atención vuelve a ellos. Alex está sonrojada.

—¿Me pueden explicar que acaba de pasar? —pregunta Andrew con su visita puesta en Jason.

—Padre, yo le explico... —empieza a decir Alex, pero Jason la interrumpe.

—Señor Andrew, Alex y yo estamos saliendo —dice serio, pero sé que está llorando del miedo.

—¿Es verdad eso Alexandra? —esta vez la pregunta es para Alex.

—Sí padre —responde con la vista fija en éste.

—¡Y por no me lo dijeron antes! —exclama Andrew.

Andrew nunca fue un hombre de esos celosos obsesivo. En realidad, ha sido súper calmado con lo que tiene que ver con chicos. El primer novio de Alex, lo recibió con un abrazo y que era bienvenido a la familia, algo que nos sorprendió a todos. Porque esperábamos otra reacción.

—Es que no hace mucho fue que me pidió ser su novia —le informa Alex a su padre.

—Bueno, pensé que no habían tenido tiempo para decírmelo, y también pensé que si lo tenían, me iba a molestar con ustedes por no decirme —le dice Andrew a la bella parejita.

Todos reímos por lo que dijo Andrew. Por un momento todo se queda en silencio, hasta que habla mi tía Hannah.

—Viste, te lo dije, ahora pagar —le dice a Andrew y pone su mano al frente de éste. Él suspira, saca su billetera y le paga.

—¿Papá, por qué le diste dinero a mi mamá? —les pregunta Alex a sus padres con el ceño fruncido.

—Lo que pasa hija es que tu padre y yo hicimos una apuesta. Qué consistía en que si ibas a terminar siendo novia de Jason o no. Y ya sabes quién ganó —le responde Hannah a su hija.

—Es la primera vez que escuchó eso —digo entre risas. Todos reímos por la apuesta que hicieron mis tíos.

[•••]

Pasamos toda la tarde con Alex. Hasta la noche que nos tuvimos que ir. Mi tía Hannah se quedó con Alex. Al llegar a casa todos nos dispersamos. En estos momentos estoy con Thomas en mi habitación.

—¿Te sientes mejor? —me pregunta, mientras se acerca a la cama y se sienta al frente de mí.

—Sí, sé que Alex estará bien, ella es fuerte —le respondo.

—Claro, como tú —me dice y besa mis labios.

Adoro sus besos, me hacen sentir cómoda. Pongo mis brazos alrededor de su cuello. Él me toma de la pierna y me pone en su regazo. Empieza a bajar sus besos, de la mandíbula al cuello.

Pongo mis manos en sus mejillas y lo apartó, lo miro a los ojos y en estos hay pura lujuria.

—Lo siento —se disculpa.

—Descuida ya me ha pasado —le digo, aunque creo que no debí decir eso por la expresión de su cara.

—¿Cómo que ya te ha pasado? —me pregunta fruncido el ceño.

"¿Por qué que a los hombres no se le puede decir algo sin que después te quieran interrogar?"

—No has sido el único novio que he tenido —le respondo.

—¿Entonces has hecho esto con tus otros novios? ¿Has avanzado a más de esto? —me pregunta.

«Espera, ¿qué? Piensa que me he acostado con alguno de mis ex novios.»

—Sí piensas que me he acostado con alguno de mis ex novios, estás muy equivocado. Yo no soy una zorra que se la da al primero que ve —digo y me levanto de su regazo y me cruzo de brazos.

Estoy molesta por lo que ha dicho. A él no le tiene que importar si me he acostado o no con alguno de mis ex. En realidad, a nadie le tiene que importar. Yo soy la única a la que tiene que importarle.

—No te molestes conmigo, solo preguntaba. No fue mi intención hacerte molestar —me dice.

—De acuerdo, te pasaré esta. Pero si hay una próxima, primero analiza tu pregunta y luego habla —le digo.

—No habrá próxima —me regala una sonrisa. Y yo pongo los ojos en blanco.

[•••]

Ya han pasado cuatro días desde lo que le pasó a Alex. Y hoy le dan de alta.

Estoy emocionada. En estos momentos estamos arreglando todo para la bienvenida a casa.

—¡Apúrense chicos, que Alex llega a las seis y con las cinco y media! —grita Aria muy estresada.

Mis tíos Andrew y Víctor son los que fueron al hospital.

Cuando todo ya estaba listo, se escucha como abren la puerta principal. Cada uno de los presentes se pone en posición.

—¡Bienvenida a casa! —gritamos todos cuando Alex aparece en la sala.

—Gracias, no era necesario, pero igual gracias —nos dice mientras se sienta.

Alex tiene un cabestrillo para mantener su brazo inmóvil. Lo bueno es que va a poder seguir asistiendo a clase y no se le va a dificultar escribir porque ella es izquierda.

—¿Preparada para asistir mañana a el instituto? —le pregunta Jason a Alex.

—Yo nací preparada —todos reímos por su respuesta.

Y así pasamos la tarde entre risas. Cuando el reloj marco las diez los chicos se fueron a sus casas y las chicas y yo a nuestras habitaciones.

Al llegar a la mía me doy una ducha, me pongo el pijama y me acuesto. Dejándome llevar por el sueño.

[•••]

Las chicas y yo estamos en el auto rumbo al instituto.

El trayecto es silencio. Al llegar a la entrada vimos que los chicos nos estaban esperando.

Saludamos a cada uno. Alex saludo a Jason con un beso al igual que yo con Thomas.

Nos disponemos a hablar en el pasillo a esperar que suene la campana.

Me río por un chiste que dice Liam. Veo que Alex pone su mano en el brazo y hace una mueca de dolor.

—¿Qué pasa Alex? —al decir esto todos voltean a ver a la nombrada.

—Me duele el brazo y me siento como débil.

No pudimos preguntarle más, porque cerro los ojos y se fue de un lado. Por suerte Jason la pudo sostener antes que cayera al suelo del lado de su brazo lastimado.

—Hay que llevarla al hospital —dice Thomas.

Todo el mundo viendo, pero sin decir un "yo ayudo". Aria cuando ve esto dice.

—¡Son todos unos imbéciles en vez de ayudar se quedan ahí parados viendo! ¡No esperen nuestra ayuda cuando necesites de alguien!

Después de esto. Salimos corriendo hacía los autos para ir al hospital.

«Es que no hay un día que no pase nada.»

Reputación  [Collins#1] (Corregida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora