Capítulo 9.

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Tenía más ganas que nunca de salir de ahí. Irme y no volver. Decidí darme una ducha y aclarar mis ideas. Calum me dio a entender que le gustaba, no creo que le chuparas el chocolate de la mejilla a todas tus hermanas pequeñas. Además se enfrentó a Michael. Michael. Michael...solo casi un mes y es siempre él. No sé por qué se comportó así. Cuando salgo se la ducha está oscuro. Me encerré en la habitación de mi padre y no salí en todo el día. Creo que los chicos se han ido a algún sitio. Me da igual. Me pongo los pantalones de pijama cortos y una camiseta blanca. Liz estába al lado de Robert y mi padre estaba viendo la tele en un sillón. Creo que esta noche nos ponemos en marcha hacia Orlando. No hay nada interesante, así que me vuelvo a la habitación y me quedo dormida.

Me despierto hambrienta. Mi padre está durmiendo a mi lado. Pobrecito,no quiso despertarme para que volviera a mi cama. Voy a la cocina por algo de comer. Robert está al volante. Así que intento no hacer ruido. Cojo unas galletas y voy dirección para mi litera. Oigo un ruido y me paro en seco. Miro para todos lados pero no veo nada, está muy oscuro.

-____- Me acerco de donde proviene el susurro. Bufo. Es Michael.

-¿Qué quieres?- Hablo lo más flojo posible.

-Acércate- Me acerco hasta quedar muy cerca de él.

-¿Qué?

-Entra.

-¿Qué?- Repito yo. Suelta un bufido y me agarra de la muñeca. Acabo dentro de su litera. Corre la cortina. Aunque parezca increible hay sitio para los dos. Me quedo lo más aparta de él que puedo, y no me acuesto. Encojo el cuello para no darme en la cabeza.

-¿Qué cojones quieres? ¿De qué coño vas? En serio no te entiendo.

-Shh, calla. Túmbate.

-No.- Se me queda mirando fijamente. Serio. Me recuesto un poco. Lejos de él.

-No muerdo.-Me dice.

-Me da igual. Dime qué quieres.

-No puedo dormir.

-¿Y eso a mi qué?- Intento salir otra vez pero me lo impide.

-Quédate- Mira a otro lado cuando me lo dice.

-¿Estás de broma?- No puedo creerme que esté diciendo eso. Este chico no tiene vergüenza. Me coge y me acuesta a su lado. Se da la vuelta y quedamos frente a frente. No sé por qué no se lo impido.

-Michael no soy un juguete.

-Lo sé. Siento lo de esta mañana. Tenía resaca- Cuando dijo eso se me cayó el alma a los piés. De verdad no le gustaba. Creía que se había puesto celoso pero no era así. Agacho un poco la cabeza.

-¿Te quedas? - No contesté. Sólo me dí la vuelta y cerré los ojos. Sí era un juguete. Mike podía hacer conmigo lo que quisiera.

5 SECONDS OF SUMMER. Always will be you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora