• Capitulo 3 •

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Había hablado con mi madre sobre lo que me había sucedido la noche anterior, aquella rubia era misteriosa.

No es que tenga una excelente comunicación con mi madre pero tenía que hablar con alguien, mi padre estaba trabajando y con él no es fácil de tratar.

Sonia, mi hermana estudia en la tarde y regresa por la noche.
¿Qué va entender lo que pienso o el miedo que me esta dando? Sonia tiene miedo a todo o probablemente se burle de mi. Nuestros padres dicen que soy la que más se arriesga a cualquier cosa, al menos decido enfrentarlo con miedo o no.

—¿Qué crees que debo hacer? —dije al finalizar la pequeña charla.

—Hija, no tengo idea, puede tratarse de solo un sueño, lo imaginaste y ya —dijo mi madre quitándome la manzana que había tomado—. Es para Sonia. —me señaló

—Déjame comer algo... —bufé.

—Solo grita fuerte cuando suceda algo extraño, llama a tu papá o a mi —dijo tomando mis manos entre las suyas.

—Gracias pero sinceramente no sé qué es lo que pase, no fue un sueño... acabas de ver el collar mamá.

Sentía desesperada. Ella no estaba entendiendo ¿Pensaba que estaba montando una farsa con este tipo de cosas?

—Tal vez te lo regalaron o lo compraste por ahí hace tiempo y no lo recuerdes —se encogió de hombros y me sentí fatal—. Solo llamanos, debo terminar de cocinar ve a comprar naranjas para un jugo. —ordenó.

Pronto llegaría mi hermana molestosa y mi padre cansado por su trabajo.

Estoy pensando en buscar trabajo. Ya terminé mis estudios del colegio, tengo que entrar a la Universidad. Aún estoy indecisa de que carrera escoger. Tengo buenas notas, solo qué no se que escoger.

Me gustaría Diseño gráfico pero también Medicina. ¡Es algo díficil! No puedo escoger estudiar ambas. Solo que si podría es estudiar una primero y despúes la otra pero ¿y el trabajo?

Estaba bien vestida al menos para salir a la calle solo busqué unos zapatos.

El ambiente era el mismo. Tal como ayer en esa tarde en el parque. Escalofrío fue lo que mi cuerpo sintió. ¿Por qué?

Recordar aquello me hace sentir náuseas.

Negué con la cabeza tratando de dispersar los tontos pensamientos o de verdad terminaré volviéndome loca.

Llegué a una pequeña tienda cerca de casa, pedí las naranjas y unas barritas de chocolate para mi, pagué y salí inmediatamente.

Las piernas me temblaban.
Entré a casa y allí estaba mi pesadilla.

—¿Vamos a tomar jugo? Dime que sí ¡No importa lo que sea, quiero algo bueno, dulce si es posible!

Sonia daba vueltas como una niña de esas pequeñas adorables pero esta es todo lo contrario. Esta es la tipo inquieta, la que nunca se calla, no puedo tener tranquilidad ¡Quiero tranquilidad! No la odio, no, solo que se calme un poco.

—¡Papá Sonia está saltando como loca, calmenla por favor!

Sonia me fulminó con la mirada. A sí me mataría.

—Qué te pasa, cálmate cariño —hablé de lo más elegante que pude y mi padre al verme sonrió

—Anda ven ¿no me vas a saludar?

Me dirigí frente al él para darle un abrazo de oso. Aunque el oso parecía él por la fuerza y entusiasmo que tiene para abrazar y ahogar a los demás.

—P-papá me ahogas —reí soltandome de su abrazo y él también rió.

Juntos los tres nos dirigimos a la cocina, mi padre por una vaso de agua, Sonia para ver el jugo y acabar con un vaso lleno. Lo preparé y al final ella terminó con su jugo. Merendamos mientras mamá contaba sobre lo que había sucedido en el transcurso del día...

La hora de dormir llegó y ésta vez la miedosa parecía yo en vez de Sonia. Le conté lo sucedido anoche, ella sugirió dejar el collar en mi mesita de noche y que yo durmiera con ella en su habitación.

Que no diera vueltas en el asunto.

No me negué a quedarme en su habitación. Al menos esta noche podría ser tranquila.
Dormimos juntas en la misma cama, ella abrazándome, aferrándose a mi brazo.

No protesto. Ella a pesar de querer arruinar mis días con sus gritos o favores siempre es tierna, cariñosa y comprensiva conmigo cuando se trata de algo serio. 14 años tiene sus ventajas pero en ciertas circunstacias para ella es desventaja. 






Sentía la necesidad de ir al baño. Había olvidado lo de la noche anterior por instantes de apuros por ir al baño. Habían dos baños en toda la casa. Uno que quedaba junto a la cocina y la otra al fondo del pasillo del segundo piso, aquel baño lo compartía con Sonia.

Entré rápidamente encendiendo la luz y lo que necesitaba terminé en minutos. Unos golpes en la puerta me asustaron, por mi mente cruzó que tal vez Sonia se había despertado también.

—Espera, ya salgo —dije lavándome las manos, no escuché respuesta alguna.

Me sequé las manos, apagué las luces pues me dirigía sin la luz, abrí la puerta y salí.  Esperen un momento ¿Alguién había tocado la puerta?

—¿S-Sonia? —llamé preocupada.

No se si preocupada por el hecho de que no es Sonia o de que algo más suceda. Tal vez mi cerebro me jugó algo con esos golpes.

—¿Hermana? —volví a intentar.

No era nada bonito ni chistoso que juegue así, la reprendería si estaba jugando conmigo.

Caminé por el pasillo, regresando a la habitación de mi hermana. Algo no andaba bien, mi corazón latía rápido y mis piernas temblaban, mis manos sudaban.

Si mis ojos no fallan, la misma mujer de anoche estaba sentada sobre la cama de mi hermana acariciando la mejilla de Sonia y sonriendo. ¡No de nuevo. Por favor!

—¿Ella es la tal Sonia a quien llamas? —una voz masculina y no tan gruesa se escuchó tras mi espalda haciendo que la rubia de anoche fije su mirada en él. Y yo de un respingo.

En ese momento quise desaparecer. Mi corazón se saldría o dejaría de latir para ese entonces.

No podía girarme para verle el rostro en medio de la obscuridad, la luz de la luna entraba por la ventana y era poca, dudaba que pudiera ver su rostro. Seguía sintiendo su presencia tras de mi.

Su aroma llegaba a mis nasales, un olor fresco que no sabía como describirlo. Tenía miedo de que algo sucediera. No con mi hermana aquí.


A Través de un Sueño. HueningKai ↾TXT↿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora