POV ALBA
Estaba histérica, era la primera vez que, en mi galería se hacía una exposición tan importante. Había varios autores, pero uno de ellos era muy conocido y esperaba mucha gente.
El cáterin me había costado bastante pasta, pero tenía una pinta realmente buena. Todo estaba listo, sólo faltaba que empezase a venir la gente. María llevaba tiempo mirando los canapés con devoción.
-Todavía no puedes comer, Mari- susurré detrás de ella.
Ella me miró enfadada y dio un trago a la cerveza.
- ¿Vendrá Isaac?
-No lo sé, hemos acabado bien al final, pero no sé si es adecuado que venga hoy.
María me sonrió y me apretó el hombro con afecto.
-Pablo vendrá en media hora cuando salga de currar.
Pablo el novio de María, era una pasada. Era un amor de persona, un poco excéntrico para mí, pero eran la pareja perfecta, se notaba que se querían y eran el uno para el otro. Sonreí agradecida de tener unos amigos a los que respaldarme.
Empezaron a llegar los artistas de la exposición y estuve liada hasta que el local se llenó. Estaba abrumada por la cantidad de gente que había venido. Estaba siendo un éxito. En un momento dado, al haber tanta gente tuve que salir a tomar aire y fumar.
Apoyada en la pared del local, saqué un cigarro del paquete para poder relajarme, pero no encontraba el maldito mechero para poder fumármelo.
Unas manos que podría reconocer en cualquier sitio me acercaron un mechero ya prendido.
Levanté la vista hasta sus ojos algo confundida de verla. Y allí estaba ella, sonriéndome como si me conociera de toda la vida, como si no la hubiese llamado imbécil en algún momento.
- ¿Qué haces aquí? -pregunté asustada- ¿Me estás siguiendo?
Ella se rio de forma exagerada. Menuda idiota.
- ¿En serio? Me preguntas eso ¿tú a mí?
Noté las mejillas enrojecer levemente y bajé la vista al suelo. Oí como se encendía un cigarro a mi lado. ¿En serio se quiere quedar aquí conmigo? ¿Es jodidamente idiota o qué?
-No me has contestado- dije seca. Volviendo a levantar la mirada a sus ojos. ¿Puede dejar de mirarme así?
-Esto es una galería de arte, ¿no? Tú qué crees...
Pasé de su comentario y seguí fumando sin contestar esa pregunta estúpida. Nos quedamos en silencio. Estaba a punto de irme cuando su voz me paró.
-Nunca he estado con tu novio. Por si quieres saberlo.
Volví a atreverme a mirarla a los ojos y observé por si había un atisbo de burla en su voz, pero no la noté. Relajé los hombros por primera vez desde que había llegado y me sentí un poco menos incómoda para poder seguir hablando con ella.
-Siento haberte seguido, se me fue la olla-admití algo avergonzada. - Y es mi ex. - corregí sin saber porqué.
Ella sonrió de forma irónica.
-Peor me lo pones. Espero que tu relación no vuelva a interferir en mi vida. -dijo de forma seca.
Esta tía es tonta. Le pido perdón y me habla así. Volví a ponerme tensa casi al instante.
-Gilipollas- susurré tirando el cigarro y entrando a la galería.
Estuve alterada el resto de la noche por la conversación con esa imbécil, o sea, ¿qué coño le pasaba a esa tía? La vi un par de veces más mirando los cuadros, alegre con un chico de la mano. Genial, encima tenía pareja. ¿Podía haber hecho más el ridículo? Bebí un par de tragos de la copa de vino, mientras intentaba distraerme hablando con Joan, uno de los chicos que exponía.
POV NATALIA
Segunda vez que te insulta y no haces nada. ¿Qué coño te pasa? Miré el sitio en el que había estado la rubia y suspiré. Era jodidamente guapa, pero todo lo que tenía de guapa lo tenía de insoportable. Menuda paciencia tenía Isaac. Acabé mi cigarro y justo en el momento que iba a apagarlo Mikel llegó sonriendo.
- ¿Entramos?
Asentí, estaba contenta de ver una exposición nueva y aparte, tenía ganas de volver a encontrarme con Alba. Definitivamente eres tonta Natalia, no te soporta, ni tú a ella.
Estuvimos viendo los cuadros un rato, además había canapés y bebida gratis así que disfruté el doble. No pude evitar buscar a esa rubia constantemente con la mirada. Parecía la dueña del local y ahora estaba hablando con un chico bastante guapo.
-Mira, ése es mi amigo-dijo Mikel señalando al chico con el que hablaba Alba. Mierda.
-Luego vamos, que ahora parece ocupado-dije rápidamente.
Mikel observó la situación y gracias a dios le pareció bien.
Estuvimos paseando por la galería un rato más. Yo ya notaba que el alcohol me había subido un poco. El amigo de Mikel se acercó al reconocerlo y nos saludó con la mano. Se llamaba Joan y parecía majo.
Desconecté de la conversación cuando vi entrar a mi compañero de trabajo en la galería. Observé como iba directo a Alba y le daba un abrazo. ¿Estos dos no lo habían dejado? Qué pereza, seguro que era la típica relación de ahora sí, ahora no. Los ojos de Alba se clavaron en los míos y por un momento pensé que leía mi mente. Me disculpé con los chicos y fui al baño.
Me estaba lavando las manos, cuando alguien entró y nuestras miradas volvieron a cruzarse a través del espejo. Ni a través del cristal sus ojos eran menos intensos. Me daba la sensación de que había un imán que nos obligaba a mirarnos.
- ¿Qué, ya habéis vuelto? - No sé ni por qué dije eso, tenía la necesidad de entablar conversación con ella, aunque fuese para picarla.
Ella puso los ojos en blanco.
-A ti qué te importa- dijo de forma seca.
Yo sonreí, estaba aficionándome a hacerla cabrear.
-Nos vemos, Albita- dije en forma de despedida.
Salí del baño, con una sonrisa y fui a buscar a Mikel que seguía con Joan.
-Nat, Joan nos ha invitado a una fiesta después de esto- me dijo Mikel.
Normalmente no era muy de fiestas, pero hoy estaba animada.
-Sí, anda venid. La chica que organiza esto, Alba, nos ha invitado a un garito cerca de aquí que trabaja una amiga suya y dice que ponen buena música.
Sonreí maliciosamente.
- ¡Pues vamos! –
Seguimos bebiendo y charlando de arte con Joan y con los otros artistas de la galería y de vez en cuando notaba la mirada fija de Alba que desaparecía cuando la retaba con la mía.
En un momento dado, Isaac se acercó a mí para saludarme.
- ¡Hola jefa!
Nos dimos dos besos y noté la mirada de la rubia que observaba desde lejos. El alcohol y mis ganas de molestarla hicieron que me acercase al oído de Isaac que se puso rígido al notarme tan cerca, pero no me importó. Tenía otros planes.
-Me alegro de verte, guapo.
Mientras decía eso clavé mi mirada en la de Alba que me miraba intensamente y le sonreí. No sé si por la rabia o la intensidad de su mirada, pero un escalofrío invadió mi cuerpo.
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Tenemos que hablar // Albalia
Fanfiction-Tenemos que hablar-dijo con un tono tan serio que hizo que me girase de golpe. No parecía nada bueno. Se lo noté en la cara. Analizándolo, llevábamos saliendo cuatro años y medio y últimamente habíamos entrado en una relación aburrida y monótona, q...