POV NATALIA
Quería contestarle el mensaje y escribí mil y una respuestas, pero ninguna me gustaba lo suficiente para enviárselo. Quería seguir la conversación con Alba, pero no sabía cómo y ya había salido escaldada demasiadas veces como para volver a arriesgarme.
Estaba convencida que esta vez ya no la vería más, Alba había sido cordial conmigo, pero no podía forzar un encuentro más, me sentiría demasiado estúpida, así que estaba convencida que esta historia había llegado a su fin. Sonreí nostálgica, la puta rubia, con lo pequeña que era y el poco tiempo que hacía que la conocía, y la intensidad con la que había vivido estos días.
Joan, uno de los mejores amigos de Mikel, había ganado el premio revelación a artista del año y quería celebrarlo por todo lo alto esta noche y Mikel no dudó en apuntarnos sin siquiera preguntarme. Una fiesta a lo grande y bebida gratis, no sonaba nada mal. Por alguna extraña razón necesitaba desconectar todas y cada una de mis neuronas. Miré a Mikel que suspiraba agobiado delante del armario sin saber qué ponerse. Me reí, creo que era la primera vez que veía a Mikel agobiado por la ropa.
-Ponte ésa-señalé una camisa blanca, básica pero muy bonita que se había puesto en alguna ocasión especial.
Él me miró como si hubiese dicho la mayor barbaridad del planeta y negó efusivamente.
-Me ha dicho Joan que vienen de la gala de los premios y que van muy arreglados, tenemos que estar a la altura, Natalia-acabó refunfuñando enfadado.
-¿Vienen?-pregunté con curiosidad, no sabía que Joan iría acompañado.
-Sí, vienen, ha ido acompañado a la gala, claro.-me contestó con obviedad.
-¿Joan tiene novia?-pregunté para saciar mi curiosidad.
Mikel me miró enfadado y puso los ojos en blanco.
-Yo qué sé, Natalia. Será su nuevo ligue-contestó irritado yéndose al baño con una camisa que jamás había visto en las manos.-¡arréglate ya que vamos tarde!
Treinta minutos más tarde llegábamos al sitio que nos había dicho Joan. Era un edificio bastante elegante, pocas veces en mi vida había salido por un ambiente tan lujoso. Por suerte, hoy me había puesto algo bastante decente antes de salir. Entramos después de decir nuestros nombres a un hombre muy corpulento que nos miró de arriba a bajo y muy a su pesar nos dejó entrar. Nos miramos con Mikel y nos dio un ataque de risa a los dos porque jamás habíamos estado en un sitio tan pijo, no era nuestro rollo, pero la risa acabó abruptamente al levantar la vista y ver a Alba y a Joan cogidos de la mano.
Por la cara de la rubia también había sido una sorpresa para ella encontrarnos ahí y separó las manos rápidamente. Mikel se abalanzó sobre Joan que lo recibió con la sonrisa más sincera del mundo y se abrazaron dejándome a mí con el marrón de saludar a Alba. Tenía el pelo más platino que nunca y echado hacía atrás. Llevaba un traje negro escotado con lentejuelas plateadas en las solapas. En medio de ese escote se veía un pequeño tatuaje de un corazón roto que se me hizo muy irónico en ese momento. Estaba totalmente abrumadora y sexy. Después del repaso involuntario, levanté la mirada a sus ojos que con la ceja levantada me advertía de ser muy consciente de lo que provocaba en mí. Dibujó una sonrisa de suficiencia y se acercó a darme dos besos. Dos besos totalmente estudiados que dejó cerca de la comisura de mis labios para torturarme un poco más. Me había quedado sin habla e inmóvil como si fuese una marioneta a su merced. No sé si era el poder que le daba ese traje o que mi inseguridad hacía que ella se sintiese poderosa, pero creo que no podría negarme a nada que me pidiese esta noche.
Antes de separarse de mí, se acercó a mi oído.
-Estás guapísima-susurró tan suave que tuve que cerrar los ojos para saborear su voz.
La miré a los ojos fascinada por verla otra vez y encima de tan buen humor y ella volvió a sonreír divertida por mi inmovilidad y patetismo. Un carraspeo interrumpió nuestro reencuentro. Miré el causante de ese sonido y vi a Joan mirarme de forma interrogativa. Bajé la mirada avergonzada, como cuando un niño es pillado haciendo una travesura. Joan se acercó a mí y me dio dos besos. Reaccioné rápido y se los devolví.
-Enhorabuena, Joan-dije al fin.
Él sonrió y levantó el premio que tenía en la mano derecha. Alba rió y se agarró al brazo izquierdo de Joan dejándole una caricia que no me pasó desapercibida.
-No ha querido apartarse del premio ni un segundo-dijo Alba divertida.
Mikel que todavía no había saludado a Alba se acercó a ella y le dio dos besos. La cercanía de estos dos me ponía nerviosa y pude notar la tensión en las manos de Alba al abrazarse a él. ¿Le pasaría lo mismo a ella?
-¿Estáis juntos?-preguntó Mikel en un alarde de discreción.
Mi mirada fue directa a la de Alba que buscó mi mirada rápidamente.
-No, claro que no, yo no, no-la rubia parecía haber tenido un cortocircuito y Joan no paraba de reír. Un pellizco en mi tripa hizo que desviara la mirada de la escena y no acabara de escuchar su explicación.
-Voy a por algo de beber-dije sin siquiera mirar a nadie.
Oí de lejos a Mikel decirme que cogiese algo para él mientras huía. Llegué a la barra que estaba llena de gente, tardaría años en pedir. Estaba molesta, muy molesta conmigo misma. Eres la reina de las relaciones abiertas y te fastidia esta tontería. Resoplé resignada, no podía tener ni una pizca de celos. Nunca jamás había tenido celos por nadie y menos por alguien tan ajeno a mí. Los celos no son buenos. No es nada tuyo. No te molesta Natalia, sólo te ha sorprendido. Un carraspeo hizo que mi mente dejase de torturarme.
-Perdona, ¿vas a pedir?-preguntó una chica de pelo castaño.
Yo le sonreí por inercia y me disculpe por estar tan distraída.
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Tenemos que hablar // Albalia
Fanfic-Tenemos que hablar-dijo con un tono tan serio que hizo que me girase de golpe. No parecía nada bueno. Se lo noté en la cara. Analizándolo, llevábamos saliendo cuatro años y medio y últimamente habíamos entrado en una relación aburrida y monótona, q...