Ochako, a caído en las garras de un demonio que quiere destrozar todo de ella, llevándola a su infierno en donde él disfrutara su agonía, pero lastimosamente para el blondo, la tierna e "indefensa" niña no lo permitirá, no se romperá y sonreirá ante...
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La habitación está totalmente limpia sin ninguna pizca de polvo, completamente blanca y con un continuo sonido del electrocardiógrafo.
Personas van y viene para mantener a la deplorable chica que con suerte respira, está pálida fácilmente le gana al papel, no importaba cuántas transfusiones de sangre le realizaron su palidez no se iba y demorara semanas volver físicamente a la normalidad pero su mente nunca se repararía.
Y ¿Quién lo haría?
Acaba de ser protagonista de unos de los más asquerosos hechos que el ser humano le puede hacer a otro y lo más asqueroso o repulsivo de este suceso es que todavía él quería jugar con ella por más tiempo.
Lentamente la castaña abre los ojos y se ciega por la luz, frunce su ceño y el escándalo se hace presente. Muchas personas empiezan a gritar como locos la palabra "Despertó", otros simplemente se dedican a mirarla cuidadosamente.
"Lástima"
Esas miradas estaban cargadas de ese sentimiento y muchos más entre ellos compasión, ternura y por último asco, y sí, sentían asco de Ochako, era el asco que fácilmente provocaba Katsuki con todo lo que toca volviéndolo repugnante.
La castaña al ver las miradas que le lanzaban no pudo más que volverse bolita en la cama, después de años tratando de olvidar las miradas de lástima, miradas dañinas para ella, estas regresan sin piedad y volviéndose mucho más intensas provocando que diminutas lágrimas salgan de sus ojos que ágilmente borra.
El ardor se hace presente en todo su cuerpo y es en ese momento que recuerda todas las escenas que tuvo que pasar sin saber el motivo.
"Aversión"
Hacia ella, hacia él y todas esas personas que la miran, no odia a nadie, era un sentimiento muy fuerte para ella, para su promesa.
Solo asco y rechazo hacia su ser y hacia todos ellos, más no los odia, no odiaba a nadie ni siquiera a la persona que le hizo esto, simplemente no puede.
"Los ángeles no odian, ellos aman y comprenden"
— Oh, al fin despiertas. ¿Sientes dolor?— expresa una rubia de ojos zafiros, la tranquilidad que desprende su ser relaja a Ochako quitándole su nerviosismo que iba surgiendo— Ese estúpido, no sabe controlarse.
Esto último lo susurra para ella pero no pasa de desapercibido para la castaña que todavía sigue desorientada así que no toma en cuenta lo que dijo y miles de preguntas se forman en su cabeza.
¿Cuándo me cambie? ¿En dónde estoy? ¿Dónde están todos? ¿Por qué?
Esta última resuena en su cabeza ¿Por qué?, el maldito y dichoso ¿Por qué?
— ¿¡Por qué estoy aquí!? ¿¡Por qué me hacen esto!?¿¡Por qué soy yo!? ¿¡Por qué!?— exaltada grita todas sus dudas mientras se sienta en la cama y observa todo el lugar.