Ochako, a caído en las garras de un demonio que quiere destrozar todo de ella, llevándola a su infierno en donde él disfrutara su agonía, pero lastimosamente para el blondo, la tierna e "indefensa" niña no lo permitirá, no se romperá y sonreirá ante...
Una joven castaña corría escalera abajo con una enorme sonrisa. Vestía un lindo vestido blanco suelto con pequeños puntos dorados en su falda y su pelo corto recogido en una pequeña trenza, una imagen preciosa para la vista de cualquiera.
— ¡MAMÁ, PAPÁ! ya me voy, algo que me tengan que decir — se aproxima a sus padres dando pequeños saltitos mientras suaves risas deja escapar.
— Nada mi amor solo queda decirte cuídate.
— Te visitaremos todos los fines de semana, no olvides dormir 8 horas diarias esas horas no se recuperan, come sanamente, haz muchos amigos y sobre todo ¡LLEGA VIRGEN AL ALTAR! ME ESCUCHASTE SOBRE TODO LO ÚLTIMO QUE ES LO MÁS IMPORTANTE.
Todo el mundo o bueno la mayoría pensaría que es su madre la que estaría diciendo aquello pero no, es su padre que está haciendo tremendo drama, con los ojos lloroso y mocos saliendo de su nariz abrazando a su hija fundiéndola en un fuerte abrazo de oso.
— Si te pasa algo llámanos, si te duele algo llámanos y si sacas la mejor o la peor nota llámanos y por último si respiras llámanos — expresaba su padre deshaciendo el abrazo.
— No crees que estas exagerando, papá — inclina su cabeza hacia un lado y mira a su madre para que detenga esto e irse de la casa pronto, su madre entiende y se aproxima a su esposo.
— Bueno, bueno, bueno ¿no te ibas, Ochako? — sostiene a su marido y le sonríe a ambos — Que te vaya bien.
La castaña sonríe en forma de despedida y abre la puerta de su casa para dirigirse a su nuevo hogar la Universidad e internado U.A, mira el cielo y suspira, para ella todo era irreal y mágico.
FLASHBACK
Después de esa lamentable e inmoral hecho, "Catástrofe en Detroit" como lo anunciaban las noticias o como olvidar el nombre que le otorgaron "La huérfana de Detroit", gracias al cielo su cara no apareció en ninguna de las noticias y en ningún periódico, agradecía con todas sus fuerzas que en ese entonces era menor de edad.
Dos días después de ese desastroso suceso la castaña fue adoptada por una maravillosa pareja, que a la vista de cualquiera podían ser los padres de la pequeña. La mujer tenía un parecido enorme a Ochako pero lástima que sus ojos sean de un cristalino azul y que no podía concebir hijos y el hombre siempre con una radiante sonrisa casi igual que la de ella pero está mostraba un poco de cansancio. Los señores Fukui, alegres y luchadores adoptaron a esa hermosa criatura y no por lastima sino por admiración, ya que la pequeña mantenía una sonrisa a pesar de todo.
"En este mundo aquellos que sonríen son los más fuertes de todos"— comentaba y pequeñas risitas soltaba mientras giraba y se iba a jugar con los otros niños.
"PERO QUE ENCANTADORA"— pensaba la pareja mientras se intercambiaban miradas seguidas de cómplices sonrisas, ya sabían que querían en su vida y era esa pequeña.
— ¡Queremos adoptarla! — gritaron entusiasmados los dos al mismo tiempo, se miraron y soltaron sonoras carcajadas con sus mejillas encendidas — Pero antes queremos hablar con ella, claro si es ¿posible?
— ¡CLARO! por favor, vayan donde su futura niña — le decía la directora, señalando a Ochako con una enorme sonrisa.
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