Capítulo 07

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Una semana después 

—  ¿Por qué tengo que llevar esto?- pregunta la castaña mirando su atrevida vestimenta —¿No es muy revelador?

La confunsión y la pureza de la chica se hacen presentes transformando el ambiente en uno cálido y agradable.

— Kyaaaaa, no me canso de decir lo adorable que eres- la rubia pellizca una de las mejillas de la contraria mientras la observa — ¿Por qué dices eso? Te queda hermoso y revela tu sensual cuerpo, deberías de estar orgullosa de eso. Además ¿Qué tiene de malo?

— Es transparente y revela mi ropa interior que por cierto esa es otra ¿Por qué tan erótico? ¡Me siento desnuda!— se tapa la cara completamente roja con las manos mientras se encoge.

— Es porque es un Babydoll- habla despreocupadamente Melissa.

—Pero con esto se me hará imposible dormir — coge la parte final del Babydoll y se balancea de un lado a otro como si fuera una falda — Tendré frió sin importar las colchas que tenga.

— ¿Quién dijo que es para dormir? y tranquila que el calor del momento te acobijará

— Entonces ¿para qué es esto?- expresa confundida Uraraka mientras observa expectante la respuesta de Melissa.

— Para seducir.

"La oscuridad es muy placentera cuando juegas cosas prohibidas por eso el Diablo gobierna la oscuridad

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"La oscuridad es muy placentera cuando juegas cosas prohibidas por eso el Diablo gobierna la oscuridad."

La noche reina en el firmamento, el sol se ocultó ya hace mucho y los demonios se levantan para jugar con los pequeños e inofensivos humanos.

El Diablo sentado en su trono esperando a que su juguete hiciera su gran aparición. Deseoso que llegara la chica para suplir su hambruna carnal y ¿por qué no? disfrutar de ella.

La puerta se abre temerosamente dejando ver a la castaña con su escasa ropa, se dirige lentamente hacia él temblando como un conejo.

La euforia de Katsuki se acrecienta más y más en cada paso que da Uraraka.
Cuando los dos están a escasos centímetros, la lujuria de Bakugou estaba a punto de explotar.
Verla allí con es ropa indicándole que la haga suya, que cada célula de su cuerpo le pertenece solo a él, la manera en la que tiembla y como se le dificulta respirar le parecen encantadores.
Le encanta ver una presa con miedo palpable y con el corazón en la boca.

— Desvístete — demanda con una voz ronca el rubio mientras se levanta en dirección a la enorme cama de la habitación — Ven aquí.

Ochako, no hace más que seguir sus órdenes mientras lentamente baja las tiras de la prenda.

"No lo desobedezcas o va a ser peor, si lo planteamos como una analogía su ira es un león hambriento y tu desobediencia un pedazo de carne. Une la información y veras que no es bonito el final"

Su mirarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora