Capítulo 10

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— Entonces...Vas a ser mi esposa, Ochako Uraraka y créeme te educaré para ser una digna Bakugou.

Con una sonrisa maliciosa y con un toque seductor, lo comenta. Provocando que la castaña tenga un ligero temblor en todo su cuerpo, sintiendo la fuerza de la gravedad y sucumbiendo ante ella, pero no llego a tocar suelo, el hombre que se proclamó ser su futuro esposo la coge y con solo 3 movimientos la tiene en sus brazos estilo princesa.

Sus miradas chocan, la candente cereza contra el meloso chocolate, una dulce mezcla adictiva que puede confundir, el éxtasis y la muerte.

Uraraka, no podía dejar de mirarlo, era de los pocos momentos en donde contemplaba al rubio y quedaba hipnotizada. Pero su hipnosis no era debido a la belleza de este, ni mucho menos por como la tenía en este momento, no, esto se debe a las palabras ya mencionadas con anterioridad.
Ella no sabía...

¿Qué implica ser una esposa?

¿Qué implica ser una esposa?

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— Así que...nada más le dijiste: "Ochako, vas a ser mi maldita esposa y te educaré para hacerlo" y ya - soltó un pelirrojo aguantando las ganas de reír, hasta que no pudo más y soltó una suave carcajada.

— Sigue riéndote, pedazo de mierda y verás que ya no podrás reír de nuevo.

— Lo siento, lo siento, pero Blasty, ¿Sientes algo hacia ella?— con duda y mirando fijamente a su amigo queriendo observar un destello de falsedad en sus palabras, después de todo, Bakugou Katsuki, no anda diciendo "Hey, maldita vas a ser mi esposa" a cualquier mujer que se le cruce en su camino, no, más bien nunca diría esas palabras y Kirishima, sabía bien que algo tenía la castaña para llamar la atención del cenizo.

— ¡Ja! ¿De qué hablas pelos de mierda?, ¿Yo gusto de ella?, eso es tan irracional de tu parte, lo único bueno que tiene esa perra, es su cuerpo - con voz ronca lo expresa, lamiéndose los labios y con una mirada ardiente de deseo y posesión — ese puto cuerpo, Kirishima, lo único que me llama la atención de ella son las inmensas ganas que le tengo, cada vez que la veo pienso en cogerla.

— Entonces solo va a ser tu esposa porque no dejas de pensar en ella como tu juguete sexual — con incomodidad y asombro suelta su mano derecha.

Katsuki, no hace nada más que gruñir como respuesta, no quería hablar porque después de todo era verdad solo la quería para sus momentos de calentura, no la miraba o deseaba para nada más.

— Pero sí es así, ¿Para qué convertirla en tu esposa? Sí, sigue siendo tu juguete, ¿Para qué darle el título de "Reina"? o peor aún el título de "Esposa".

— Para que me sirva de algo que no sea solo sexo, si la hago mi esposa entrará a los círculos sociales, podrá reunir información, algo que nadie más puede hacer ya que la "Fiesta de las rosas" solo pueden entrar las esposas de los líderes y nadie más.

— ¡Oh, ya veo! Es allí en donde entra Ochako, ella reunirá información para que tú puedas atacar a las otras mafias y ser la única que gobierne los Estados Unidos ¡Eres un genio Blasty! — con admiración y ojos brillosos su amigo se acerca al rubio — Yo de grande quiero ser como tú.

Su mirarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora