Ochako, a caído en las garras de un demonio que quiere destrozar todo de ella, llevándola a su infierno en donde él disfrutara su agonía, pero lastimosamente para el blondo, la tierna e "indefensa" niña no lo permitirá, no se romperá y sonreirá ante...
— No sé si lo sepas pero el Sai es elegante, minucioso y se necesita mucha dedicación porque lo único que corta o hace un daño fuerte es la punta de este, se necesita muchos movimientos para bloquear, atacar y defenderse y todo esto se debe a que es japonés y los japonés son estrictos por ende si no eres estricta con el manejo del Sai, nunca lo podrás usar. ¿Entendido? — con las manos en la cintura y caminando de derecha a izquierda en frente de Ochako con la mirada fija en el suelo — ¡Vamos a iniciar con movimientos de bloqueo.
Media hora después los únicos sonidos que resuenan en la habitación son los Sais y las respiraciones de ambas que se vuelven más pesadas y agitadas. La fuerza de Ochako se debilita con el paso de los minutos mientras que acrecienta la fuerza de Mina.
— No, está mal. — reprende la más alta — Cuando se trata de bloquear tienes que cruzar los Sais y hacer un movimiento de abajo hacia arriba. ¡Vamos de nuevo!
— Ya no puedo, necesito respirar — agotada y con todo su cuerpo temblando ligeramente hace el movimiento que su entrenadora desea pero sin fuerzas — Diablos, no me salió.
— Es porque estás agotada y lo peor de todo es que se ve, mírate pareces una bolsa de boxeo desinflada — suelta una pequeña risita, haciendo que la castaña viré los ojos — Está bien, tomemos un descanso pero conste que terminando esto se viene lo más duro.
— Sí, gracias — con cansancio y pesadez se tira al suelo, respirando fuerte y llenado sus pulmones del necesitado oxígeno moviendo frenéticamente su caja torácica.
— Ten — con una sonrisa y semblante carismático le extiende una botella de agua a su tierna alumna —Hidrátate, no quiero ver muerto feo en el primer día.
Ochako, sonríe y acepta gustosa el agua, tomándola en la posición que estaba, acostada, sin pensar en las consecuencias que tendría, pasando solo 5 segundos desde que empezó a tomarla, esta se estaba desbordando en su boca, ahogándola. Mina, la observó y no paro de reírse de la estupidez de su pupila, cayéndose al suelo con sus manos en el estómago con pequeñas lágrimas acumuladas en sus ojos, su sonrisa se extendía más y más con cada carcajada que soltaba. Contagiando a la de ojos cafés.
"Tal vez no sea tan malo vivir en el infierno y tú llenándote de mierda la cabeza."
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— ¡Es una mentira!, todo esto es una mentira, Ochako, no puede... Simplemente no puede hacerme esto — con la voz rota y lágrimas resbalando por sus mejillas un Izuku, se negaba a creer — Ella no le diría "Te amo", sin importar sus circunstancias, ella solo me lo dice a mí... y yo solo se lo digo a ella.
Destruyéndose y rompiéndose en lágrimas y suspiros, cae de golpe en el frígido suelo, lastimándose las rodillas, queriendo sentir dolor para despertar de esa espantosa pesadilla, no queriendo sentir la realidad que lo rodea.
" Entrando en el espirar del dolor, pinchándosecon las espinas de la desesperación que posee... Hundido en la melancolía. "