Durante la noche, justo en su luna de miel. Eduardo le hacía lo mejor que podía en el amor a Sara, comenzaron con unos hermosos besos en el cuello, mientras que Eduardo estaba encima de ella al mismo tiempo que la estaba penetrando por el órgano femenino de su mujer.Al hacer el mismo mecanismo típico del hombre, Sara gemía constantemente, de lo excitada que estaba con su hombre. En esta hermosa noche en su nueva casa, en su nuevo futuro, de aquí hasta la muerte y hasta la vida eterna, pero en estos momentos estaban haciéndolo lo mejor que podían sus cuerpos ( por lo menos Eduardo) y disfrutando lo mejor posible de su luna de miel, sin lugar a dudas.
—¡Tranquilo! ¡Hazlo con mas calma!
Dijo mientras estaba siendo penetrada por Eduardo y en ese momento. Eduardo decide cambiar de posición y dejar que Sara ¨ lo domine en la cama ¨ .
Entonces fue en ese preciso momento en que cambiaron de posición. Sara se puso arriba de Eduardo, acomodando el aparato reproductor de Eduardo y viceversa , haciendo un movimiento de arriba hacia abajo, la cama como era tan vieja, no paraba de hacer muchos crujidos de lo vieja que estaba.
<<Pero aguantaba>> —dijo Eduardo en su mente.
Decía Eduardo sin dejar la concentración que tenía al frente. Tomó con sus enormes y fuertes manos y apretó los enormes senos de Sara y Sara dió unos gritos un poco más fuertes, pero no paraba de hacer el mismo movimiento (bastante malo para su primera vez), de arriba y abajo.
En ese momento, Eduardo pensó en todos los momentos en esas vidas inolvidables con aquella putilla, cuando se acostaba con ella, tanto en la prepa, en su casa, en su auto lo recordaba al momento de estar con Sara. En recordar también sus enormes curvas, pero esta vez era diferente, esta vez lo hacía por amor y no por placer, seguía apretando los senos de Sara sin dejar de parar, Eduardo se acercó a uno de sus pezones y empezó a lamer con mucho despacio y ternura.
Sara arqueó su columna vertebral y dio otro gemido leve y excitante para los oídos de Eduardo, seguían haciendo el mismo movimiento por un par de horas, hasta que llegó el amanecer. Ya habían terminado su larga y a venturosa velada de recién casados, se besaban sin parar y empezaron a platicar de su primera vez.
—¿Cuántas veces te corriste amor? —dijo Sara.
—Una vez mi amor, la verdad no sé si fue adentro de ti —dijo Eduardo.
—Pues no se amor. Yo solo me corrí una vez en tu pene, será mejor alistarnos mi vida, porque hoy va hacer un largo y cansado día, como en nuestra a venturosa noche, ¿no crees?.
—Pues si amor, ¿Qué más da? No importa — terminó Eduardo.
Se alistó Eduardo. Bajó a las escaleras se topó nuevamente por lo que es la sala, llevaba un saco gris, debajo de ese saco tenía una camisa de botones de color blanco, pantalones de vestir grises y zapatos completamente nuevos de color negro. Salió por la puerta principal se dirigió a su Pontiac Trans Am y se fue. (Condujo sin prisa para evitar toda clase de accidentes). Tan pronto como pudo a su entrevista para un nuevo empleo en una oficina, o mejor dicho, de su empresa en la que iba a ingresar.
Cuando llegó a la empresa. Se percató por la puerta principal de la oficina, (color negra). Que la empresa era de dos pisos, blanca, con un enorme letrero de metal soldado en el centro de arriba que decía, ¨distribuidora de productos líquidos sa de cv ¨. Entró sin ningún tipo de nervio , lo atendieron rápidamente haciéndole millones de preguntas, titulación, curriculum, etc. Sobre su carrera en estos instantes. Eduardo no pensó mas que en volver a casa y hacerle el amor a su nueva y hermosa esposa.
<<¡Al fin y cabo estábamos recién casados!>> —pensó entusiasmado Eduardo.
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3:33
HorrorEduardo y Sara estaban ahí. Con un matrimonio nuevo y un futuro por delante en su nueva casa en Valle Bravo. Sin embargo no tienen ni idea de lo que les espera; su nuevo futuro, lejos de las comodidades de su pasado. No sería tan lindo y lleno de co...