Capitulo 17: Seguia, seguia y seguia caminando. Capitulo 18: Cristina.

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Capitulo 17:

Seguía, seguía y seguía como una rata prisionera en una jaula llena de veneno, como si estuviese buscando comida para saciar su monstruoso estomago y que tarde o temprano cayera en una ratonera, un (clashhh). Así de sencillo todo eso, cae en la ratonera, el dueño  del domicilio escucharía que el animal andrajoso cayó en la trampa y se dirigió hacía a la cocina tomó un vaso de vidrio en el fregadero, se sirvió agua con hielo del garrafón y se encaminó en el área donde sucedió el autentico y desagradable desenlace.

Pero en este caso el seguía caminando, y de alguna forma u otra no había de ninguna manera de que cambiase de rumbo  a cualquiera; pero no, Eduardo seguía y seguía caminando, veía completamente atónito lleno de terror al ver como pasaban las personas  en su ambiente, en su alrededor. Como veía a personas muertas caminado de lado suyo, animales con pulpos no identificados, a personas con pieles completamente negras demasiado negras que al presenciarlas en plena resplandeciente tarde era aún mucho peor que verlas en la mismísima luna. Y seguía y seguía caminado rumbo hacía la casa donde nuevamente tenía asuntitos pendientes con el hombre extraño de la gabardina y su mujer, (según Eduardo).


Capitulo 18:

Después de caminar bastantes horas por la acera de este maravilloso y tranquilo barrio por fin llegó a su casa, pero esta tenía cada vez  un aspecto diferente, un aspecto macabro  que cada vez los materiales eran putrefactos, los arboles que estaban anteriormente vivos relucientes y coloridos ahora estaban completamente muertos.

Y en cuanto llegó, escuchó una cosa solo una cosa que hacía que la mente de Eduardo se confundiese mas de lo que ya esta. Por raro que parezca mis queridos lectores la puerta estaba abierta, solo emanaba sin cesar fluidos de oxígeno que a la vez respiraba Eduardo y notó un olor putrefacto mas de lo peor, como la mierda o cosas de ese estilo desagradable para el ser humano que ni si quiera yo mismo me lo hubiera podido imaginar en mi puta vida. Y era tan nostálgico tanto que luego Eduardo presenció algo que se llama la <<muerte>>. Así es.

La muerte así que tomó lo que le quedaba y nuevamente decidió entrar para seguir jugando con esa monstruosidad, con esos seres que querían algo pero el no podía saberlo al menos de que entrase a la casa  y lo descubriese en este mismo momento, pero...... ¿que será? .

—De seguro quieren que me convierta en su esclavo recopilando almas inocentes que se atrevan a rentar esta maldita propiedad, gente humilde, honrada, y joven — dijo con desgano Eduardo, mientras daba un paso mas hacía esa horrible vivienda.

Así que no pasó sin más. Hasta que se estaba adentrando hacía la puerta principal de la casa y vió que uno de los arboles empezó a tener vida, empezó a mover una de sus ramas como si fuese una persona normal común y corriente como si fuese una persona educada que extendió su mano para saludar de manera cordial hacía una persona desconocida y de que esta muy encantada (o encantado) de conocer a la otra persona.

Una de sus ramas se hizo casi liquida pero no solida y tomó bruscamente  ambas pantorrillas de Eduardo y lo dejó boca arriba colgando como si fuese una presa fácil y pronto sería documentado  de como abrirlo en canal. Típico de esos programuchos que dan en la televisión a las a las 16:18 pm  en History Chanel.

Estaba ahí tratando de librase de las garras de ese desgraciado árbol podrido sin frutos, y entonces estaba el hombre extraño de la gabardina en la cara de Eduardo y ambos se miraron atónitos como si fuesen Dos gatos en busca de una pelea sangrienta, en el que habría un ganador y un perdedor.  Y entonces empezaron las conversaciones.

—¿Como te ha ido hijo?— Inició el hombre extraño de la gabardina.

—¡Calla hijo de la gran puta!— Dijo Eduardo.

De repente el hombre extraño de la gabardina se transformo, en un ser que Eduardo nunca se esperaría, en un ser que a pesar de que no era real  sabía lo que había pasado y por que es  que paso todos estos desastres y de como es de que Eduardo estaba nuevamente en problemas otra vez, sin nadie mas que le apoyase en su lió enorme.

Era la cara del padre.

Y entonces se empezó a tornar todo oscuro y malévolo.

—Hola de nuevo hijo— inició el padre.

—¡¿Pero qué carajos?!— respondió Eduardo.

—¿Que es lo que sucede ?, ¿a caso no te acuerdas de mí?— respondió el padre con mucho sarcasmo.

Entonces se tornó nuevamente la cara del ser extraño   a   una cucaracha con unas tenazas enormes cómo antenas como las de un  un Ford Mustang que estaba matando brutalmente a una universidad  que este mismo caso estaba un poco lejos de Valle Bravo.

Pero eso no era lo único, ¿verdad? También tenía una enorme dentadura con dientes afilados y puntiagudos como los de un dinosaurio, y de repente se torno a un calamar que a pesar de que esta imitación no daba miedo aun así esta imitación era demasiado real tan real que hasta tenía instintos de supervivencia instintos como los de cualquier animal al tener un contacto fijo de terror al intercambiar miradas. Los del ser humano con los del animal.

Y esta animación evidentemente reaccionó con un instinto y un ataque al de un animal en defensa contra su propia amenaza, Eduardo.

Y le empezó a poner todos los tentáculos cómo pudo por toda la cara, por todos lados hasta que le tapó la cara,y el craneo por completo y soló Eduardo presenciaba nuevamente eso, la  oscuridad. Como la casa, como su propia alma en pena, que no mas no podía morir a pesar de que Eduardo lo deseara con  mucha saña.

Y soló escuchó un pensamiento, pero no era el del hombre extraño de la gabardina, ni la del padre Carlos, y ni la de su mujer, si no mejor dicho la de él mismo, (pero le daba igual si el hombre extraño de la gabardina escuchase sus pensamientos). Directamente pensó.

<<¡Cristina!, joder será la única y ultima manera!>>.

Y nuevamente Eduardo vió la luz resplandeciente y calenturiento del mes de junio.

Estaba en el piso acostado enfrente de una casa algo vieja pero Eduardo la recordaba a la perfección completamente a la perfección, algo que realmente le  sorprendía por que estaba un poco mas lejos de Valle Bravo, pero sin embargo reconocía la casa así que dijo...

—Bueno aquí estamos de nuevo..... putilla— dijo.

3:33Donde viven las historias. Descúbrelo ahora