CAPITULO 9: SARA Y EDUARDO:

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De repente en una noche oscura, sin distracciones y sin signos de vida humana. Eduardo se encontró en su habitación en su casa con las persianas abiertas y el resplandor de la luna que entró por la ventana y una que otra ráfaga de aire friolenta. Y allí estaba Eduardo durmiendo como un bebe recién nacido, hasta que se encontró con algo que no contaba queridos lectores.

Algo completamente imposible de comprender o desmenuzar en sus neuronas o incluso en mí misma imaginación. Estaba completamente tapado hasta el cuello y Eduardo poco a poco se le empezó a desaparecer la anestesia que se llama sueño y le empezaron a temblar las piernas.

De la nada se despertó. víctima   del miedo por culpa de la escena anterior, no sabia lo que estaba pasando. entonces consciente, sudando con la respiración de una zebra en apuros en busca de su manada para que esta misma se retirase rumbo al horizonte, en donde el sol se metía poco a poco entre unas montañas.

Volteo hacía todos los ángulos que sus ojos le brindaban pero no encontró nada fuera de lo paranormal. Hasta que sus nervios le dieron la orden de este que se diese la vuelta en dirección en frente de su cama del lado izquierdo donde encontraba su puerta. Y se encontró con un cadaver sentado en la cama, inerte, de espaldas completamente y Eduardo miro el reloj digital que se encontró en el mueble donde también este se encontraba en  el televisor.

Este mismo reloj indicaba soló una hora tal y como había mencionado el padre, 3:33 Se podía lograr apreciar en el reloj de Eduardo y entonces el gran cadáver sentado en la cama de Eduardo había desaparecido por completo, y Eduardo ahí seguía,  inerte sin hacer nada de ruido como si fuese un ninja en busca de su presa. <<pero obvio que el era la presa, del terror>>.

Y entonces Eduardo  notó que en el techo de su cuarto, escurría como fuente sin aire, un líquido espeso de color negro....

<<Negro como la misma noche>> —pensó temerosamente Eduardo.

Y en un estado de visión de cámara lenta Eduardo visualizó que sale una cara completamente negra con los ojos en blanco como si estuviese poseída, << lo cual era obvio>>, y no dudó dos veces en que era el extraño hombre de la gabardina saliendo del techo de su cuarto.

Eduardo dió un brinco por completo de su cama y rápidamente sin mirar atrás correo  directamente hacía la puerta. Y en cuanto cruzó esta misma aparece Sara calaverica con la boca llena de parasitos y putrefacción y esta lo tomó por el cuello y nuevamente Eduardo se quedó sin opciones pero esta vez también se estaba quedando sin ideas.

Sara le sonríe a Eduardo y Eduardo le hace con el dedo medio la típica señal obscena que todo el mundo conoce <<o al menos eso pienso yo>>. Eduardo pensó en su mente mientras que a su vez su oxigeno se extinguía  poco a poco. Y Sara lo aventó por las escaleras y nuevamente cayó a la sala, Eduardo se levantó y se dirigió a la cocina.

Al pasar por esta notó como todo sigue normal pero en todas las ventanas con las persianas abiertas << algunas>>>, notó en segundos la luz y fugaz resplandeciente
<<la noche de Eduardo y Sara>> —dijo, perfecto para una novela de romanticismo, pensó tristemente Eduardo.

Nuevamente triste y agitado por la falta de oxigeno. Aprovechó lo poco que le quedaba y se dirigió hacía el patio y tropezó en la tierra seca y llena de sácate como si fuese un niño bobalicón jugando con su hermano pequeño a los quemados en una tarde hermosa de fin de semana.

Este da la vuelta con su vista inerte y presa del pánico y vuelve a presenciar la esencia terrorífica. Este notó como el extraño hombre de la gabardina y Sara bailan un baile de vals como si estuviesen en una celebración o boda realmente costosa y elegante a la vez. Y el extraño hombre de la gabardina le da un fuerte y apasionado beso a Sara y se lo acepta con mucha pasión y ternura. Al presenciar lo que no quería, Eduardo logró levantarse lo mejor que pudo con las pocas fuerzas que tenía y siguió presenciando la escena, el hombre misterioso y Sara parecían a una pareja perfecta como si fuesen Romeo y Julieta.

Hasta que el hombre despega sus carnosos y putrefactos labios de los de su pareja esta le empieza a recorrer una garrapata y le pasa por el orificio del ojo derecho de Sara y esta vuelve a sonreír de manera bobalicona como si estuviese posando para una foto. Eduardo no lo podía creer por lo que estaba presenciando o mejor dicho lo que estaba pasando en estos precisos segundos de huida que le quedaban a Eduardo si es que este quería salir sano y salvo y en una pieza.

Al dirigir nuevamente su vista sin rumbo <<como las zebras>> notó ya muy tarde. Se encontró con un muro enorme grueso y prácticamente Eduardo se encontraba en un callejón sin salida.

En lo que pensaba en un plan para salvarse, y cuando digo salvarse me refiero a salvar a su propia vida y no a la de su amada también presa de ese ser extraño. No encontró algún objeto con el cual pudiera defenderse de esos seres extraños y atemorizantes y a la vez amenazantes. Eduardo volteó y ve nuevamente la escena en el que se encontró con la pareja feliz.

Y sin problema alguno siguen bailando ese vals sin sentido, sin armonía, en pleno resplandor de la noche, en lo que Eduardo seguía y seguía pensando en cómo salir de este gran lió en el que se encontraba entre la espada y la pared. ¨ Estos seres extraños ¨ seguían acercándose con mas estiló de su vals hasta ver qué es lo que ocurría con nuestro personaje.

Y entonces el hombre extraño de la gabardina dijo lo siguiente.

—¡Así como me estoy follando a tu mujer así mismo te voy a follar a ti..... pero poco a poco JAJAJAJ! — afirmó de manera ruin y macabra el hombre misterioso de la gabardina.

Y así poco a poco Eduardo daba un paso hacía atrás mientras que la pareja indeseada daba un paso hacia adelante. Este llegó al limite del muro y ya no podía dar marcha atrás, y se encontraba nuevamente sin opciones y esta vez sin opciones de vida.

3:33Donde viven las historias. Descúbrelo ahora