Al ver que no tenía más opción Eduardo fue con su maravilloso coche hacía al parque pino. pero... ¿exactamente a qué iba hacía ese sitio?, bueno digamos que en este momento nuestro protagonista no tiene demasiadas opciones. ¿O si mis queridos y afortunados lectores?, en fin.El casó es que Eduardo no tardó mucho, pues llevaba algo de velocidad calculada en su tablero de su auto, (que este llevaba casi a 60 km/h).
Estacionó su auto y bajó inmediatamente de su coche, <<con las llaves en mano obvio>>. Con paso inseguro y aterrado, como si fuese un universitario al que se iba a enfrentar con el chico sin futuro de su instituto, o de su misma carrera.
Al llegar a su destino,este procede a caminar rumbo al parque pino sin sentido ni rumbo alguno, como si fuese un niño perdido en busca de su madre en un friolento mes de diciembre en noche buena. Se adentró lo mas que pudo al parque y se sentó en uno de los asientos que había repartidos por todo el parque, Eduardo no lo pensó ni una sola vez. ¿O tal vez sí?, y se sentó en uno de ellos.
Determinaba cada detalle que este parque tenía. Esfinges que estas fueron extraídas del cerro ¨la peña¨, y el ambiente y todo el enorme y verdoso jardín que se encontraba a su alrededor, realmente era enorme. Eduardo arqueó la columna vertebral y se quedó por un largo rato pensando en un plan aunque fuese estupido, pero ¿Qué mas podía hacer?.... tardó como unos quince minutos hasta que se percató de una presencia a lo lejos, una presencia realmente espeluznante y alucinante a la vez. Era Sara observándole.
Eduardo se quedó completamente quieto como un perro asustado. Y esta se queda quita sonriente, y putrefacta.
Eduardo se quedó nuevamente atónito al ver que las demás personas seguían con su rutina, paseándose en el parque pino aunque Sara seguía ahí parada sin hacer nada y las personas al parecer (o por lo que veía Eduardo). Las personas no se enteraban de ella.
Eduardo se empieza a tallar los ojos y esta desaparece completamente, hasta que aparece a lado de Eduardo y esta le da un mordisco con su poderosa y torturadora mordedura. Y esta le arranca las cuerdas vocales y toda la ropa de Eduardo empieza a teñirse de rojo y a sentir en su pecho un espeso liquido y caliente recorrerle del pecho hasta las pantorrillas hasta que dijo el hombre extraño de la gabardina.
—¡Hasta aquí llegaste, pequeño engendro de mierda! —puntualizó el hombre extraño de la gabardina.
Eduardo no hacía nada al respecto soló se tapó la gran hemorragia que este le había provocado con su poderoso mordisco, y este perdía cada vez las fuerzas para poder luchar, <<si es que se puede luchar contra el>>, y mucho menos para poder poner a trabajar sus neuronas, hasta que se quedó inerte en el suelo en plena tarde del parque pino, en el medio ambiente entre tanta gente, y esta no se percataba en lo absoluto de lo que había ocurrido.
En lo que Eduardo terminó por desangrarse. pasó un par de chicos uniformados, <<Eduardo determinó con su vista débil que eran de una edad de quince años aproximadamente>>. Y estos no notaban a Eduardo cómo se desangraba poco a poco de hecho paso todo lo contrario, estos siguieron su caminó como si nada hubiese pasado. Y ahora sí Eduardo quedó completamente inerte en el suelo, sin nadie que le pudiese ayudar, sin planes y por su puesto que sin...
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3:33
HorreurEduardo y Sara estaban ahí. Con un matrimonio nuevo y un futuro por delante en su nueva casa en Valle Bravo. Sin embargo no tienen ni idea de lo que les espera; su nuevo futuro, lejos de las comodidades de su pasado. No sería tan lindo y lleno de co...