T R E S

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Howard le había dicho a María la situación de Tony, le beneficiaría a los tres.

Howard no quería ver como su hijo tenía que seguir reglas de un alfa a tan temprana edad, María quedaría destrozada al ver como su hijo tendría su primer celo con alguien mucho mayor y Tony no estaba listo aún para estar con su alfa... Tony tenía que vivir, tenía que sentir la emoción de ser un niño, jugar con sus amigos y poder brincar en el pasto sin que un maldito alfa se lo prohíba para "cuidar su reputación".

Howard no quería ver eso... No en su querido Tony.

Habían decidido que sería Alemania donde viviría Tony, en un colegio abierto y multi-cultural, de Lunes a Viernes y con talleres extras los Sábados, Tony estaría viviendo con Jarvis.

En vacaciones de Verano María y Howard se irían a Alemania. para pasar ese tiempo con su adorado hijo.

Todo estaba listo, habían despertado un lindo Viernes en el cual María y Tony se irían a pasar el día como si fuera el mejor, irían a un parque de diversiones, irían por un dulce en una cafetería, harían muchas cosas divertidas para hacer ese el mejor día de Tony en Alaska... Sería el último después de Todo...

Howard besó la frente de María y Anthony, los llevó al carro, él no podría ir por temas de trabajo.

Cuando el carro avanzó con Jarvis de conductor, Howard suspiró.

—Hola Steve...— saludó, pudo oler el aroma de Steve a muchos kilómetros...

Nadie lo sabía, pero Howard había sido militar hasta que conoció a María y dimitió con la llegada de Tony. Tenía la mejor nariz de ahí.

Se oyeron unos huesos tronar, después Howard volteó y miró como Steve sacaba una ropa de su mochila y se la ponía, era una ropa especial que Howard había creado hace mucho.

—Supongo que vienes por el prototipo— habló demandante, mordió su labio y espero a que el chico hablara.

Lo había visto, había visto el nombre de "Anthony" en su abdomen, y había sido como un golpe al corazón.

—Así es, señor— dijo Steve sin ninguna emoción para expresar.

Howard se sintió enfermar al ver cómo Steve acariciaba el nombre en su abdomen.

No quería aceptarlo... Pero sabía que en algún momento su niño crecería... Solo que no estaba listo para ver eso.

Ambos entraron a la casa, fueron al estudio de Howard para mostrarle detalladamente cómo funcionaría su escudo.

—También podría poner un imán especial que yo mismo crearé con ayuda del Vibranium, así no hay probabilidad de que tú escudo de pierda, no estará pesado, algo que podrás cargar con facilidad y...

Era hora de decirlo.

—Steve... Estoy trabajando con S.H.I.E.L.D...— paró un segundo, tomó aire y siguió con lo que estaba diciendo—. El punto es que estamos creando un suero, un suero especial capaz de ayudarnos para mejorar al mundo... Pero necesitabamos a alguien de suma confianza...

—¿Qué quiere decir, señor Stark?— preguntó Steve firme, tratando de deducir lo que Howard trataba de darle a entender.

—Queremos que seas nuestro sujeto con el cuál traeremos a la vida al súper soldado...—

[...]

Tony empezó a beber su delicioso chocolate caliente en la tacita de niño que tenía, tomó una rosquilla y la partió en dos, entregándole la otra mitad a Jarvis. El mayordomo rió y aceptó el dulce que el niño le ofrecía.

María había ido al baño mientras Jarvis y Tony la esperaban en la cafetería, después de eso irían a comprar ropa y juguetes.

Se oyó como un Omega chilló bajo, Tony volteó rápidamente hasta el lugar y vió a un alfa abofeteado al Omega. Tony abrió los ojos con sorpresa, más aún cuando la gente empezó a hablar mal del Omega... ¿Por qué? Se preguntó el niño.

Bajó de su asiento sin que Jarvis se diera cuenta, fue hasta el Omega que aún se encontraba en el piso y le extendió su dona.

—Te daré mi dona si dejas de llorar— pidió el pequeño con pequeñas lágrimas en sus ojitos al imaginar que su papi haría eso con su mami, sabía que no pasaría jamás en su vida porque ellos se querían mucho, pero aún así el pequeño niño se había asustado.

El Omega en el piso sonrió un poco, se limpió las lágrimas y dejó un beso en la frente del niño.

—Gracias pequeño— no había tomado la dona, porque el Alfa había gruñido y el Omega había tenido que correr para alcanzarlo.

Volteó hacia Jarvis... Y vió a su mami, corrió hacia ella y la abrazó con fuerza.

—Mami— dijo Tony con una sonrisa, mientras su mami lamía las pequeñas lágrimas de su hijo y Tony reía por las cosquillitas—. Me haces cosquillas, mami— dijo divertido...

Pero aún así María se sentía triste.

Le dolía saber que su hijo algún día estaría así... Tal vez.

Miró a Jarvis algo asustada.

El beta le sonrió a la señora para tranquilizarla, avisándoles que tenían que irse para comprar los juguetes de Tony.

Ese día en la noche tendrían que decirle al pequeño que tendría que irse a Alemania

[...]

Steve se despidió de Howard con un saludo militar, guardó su ropa en su mochila y tronó sus huesos a la vez que empezaba a convertirse en un gran lobo blanco, aulló y empezó a correr demasiado rápido.

Howard suspiró, tenía que ver a su Omega, a su Omega y a su lindo cachorro en ese momento.

El auto se detuvo frente de la casa, Tony bajó junto a su mami y Howard abrazó a su pequeña familia.

Besó los labios de su esposa y besó la frente de su hermoso hijo, había pedido una deliciosa pizza y había rentado una divertida película para ver.

Tony rió aún más fuerte y empezó a buscar algo en la casa, al principio eso desconcertó a los papás y a Jarvis, pero con las palabras de Tony se asustaron.

—Papá, ¿Qué huele tan bien?—.

Protector [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora