Capitulo veintidos.

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YOONGI

Me sentía como un león enjaulado, iba de aquí para allá en la habitación que me había conseguido Namjoon.

Ya eran tres días sin saber de mi JiMin. Tres días en los que no había podido dormir ni comer. Había bebido más de lo necesario.

—Cálmate YoonGi, el abogado llegará pronto.

Namjoon había enviado un abogado, a nombre de Seokjin. Con lo cual nadie podía relacionarlo conmigo. Pero el tipo era uno de los que trabajaba para Jenks. Con quien tenía una conversación pendiente. Ni siquiera me había molestado en pasar por el correo para buscar el recado sobre el nuevo trabajo.

Sin JiMin nada tenía sentido.

El tipo, muy bien vestido, entró rápido. Nos miró preocupado.

—Buenos días, nadie me ha seguido, he tomado cuatro automóviles y despisté al FBI en una gasolinera, por si les importa.

Caminó y dejó su portafolio en la mesa. No contesté el saludo, no sabía si era de fiar.

–Carta para el señor Min de parte del joven Park— sacó un papel, de inmediato me levanté y se lo arrebaté, corrí a la ventana a leerlo, no parecía su letra.

"Querido YoonGi no intentes liberarme por favor.

Ve a algún lugar donde estés a salvo y espérame allí, un año no es mucho tiempo, volveremos a estar juntos"

Era todo, no había nada más. Leí aquella nota más de 10 veces.

—Un buen consejo si me lo preguntan. Lo siento, tuve que escribirlo yo mismo, pero el me lo dictó. Sus manos todavía no están bien. Y me temo que no saldrá de allí en este año y parte del próximo. El FBI pide dos años por cooperar contigo, la policía no lo ha acusado formalmente. Puedo hacer que le den la mitad de lo que el FBI quiere. Pero no creo que pueda sacarlo antes del año.

— ¿Qué?— grité. — ¿Un año? ¿Qué quiso decir con que sus manos todavía no están bien?— estaba hecho un loco, no sabía qué hacer, sólo quería romper todo a mi paso.

—Lo siento. El pidió que no se lo dijera— el abogado se levantó para irse pero le corté el paso.

— ¿Quiere seguir viviendo verdad?— lo levanté del suelo por las solapas de su costoso traje.

—Tranquilo YoonGi— Nam puso una de sus manos en mi hombro.

—Namjoon, explícale civilizadamente a este señor que debe decirme todo lo que sabe o no va a salir entero de aquí— amenacé soltándolo, caminé hacia la mesa.

—Verá licenciado, YoonGi no tiene la virtud de la paciencia y está hablando en serio. No le pido que revele lo que JiMin le haya dicho. Sólo lo que sepa extraoficialmente— el hombre me miró renuente.

—Bueno. Creo que ya es hora que ese tipo pague, no es la primera vez que se le pasa la mano con un testigo. Woo JiHo lo torturó en el primer interrogatorio. Intentó ultrajarlo. La policía llegó a tiempo, creo que el jefe de policía es amigo de el joven Park por eso lo protege de esa forma, tiene gente cuidándolo dentro de la prisión y el FBI no puede acercarse— explicó de manera serena.

Yo no me podía creer lo que escuchaba. JiHo... la primera persona que mataría mirándole a los ojos y lo disfrutaría.

— ¿Qué? Malditos federales— NamJoon se sentó, parecía furioso pero nada comparado con lo que yo sentía, en mi mente imaginaba mil y un torturas que podría utilizarlas cuando atrape a ese agente. Era hombre muerto.

—Necesito información del tal JiHo— dije sin desesperarme. No podía dar un paso en falso. Sabía que iría a buscarlo.

—JiMin me dijo que no quería venganzas— lo miré directo a los ojos. –Mañana envío con un mensajero el expediente de Woo. Min, Jenks me dio un recado para ti. Dice que el soplón es de los tuyos, no tiene nada que ver con los federales. Te esperara en dos días en el lugar señalado, no faltes.

ENEMIGOS PÚBLICOS. [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora