Capitulo tres.

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—Dos minutos, qué pasa oso ¿Estás perdiendo práctica?— le dije a Hoseok después de amarrar a los rehenes a un árbol a las afueras de la ciudad. Habíamos tardado más de lo necesario en el último atraco, aunque fue limpio.

Ni un solo herido.

—Estoy pesado, necesito hacer ejercicio. Hey, tu abrigo— me dijo mirando a la cajera.

—Está haciendo frío, puedo comprarme otro— dije haciéndole señas para que subiéramos al auto.

—No puedes con tu genio jefe, eres demasiado blando con las personas— me dijo sonriendo.

—No soy blando, es sólo que... mi problema es con los bancos no con los cajeros — le refuté.

—No puedes ver a alguien en peligro o sufriendo porque te sale tu yo protector— se rió de mí.

—No somos bárbaros, creo que podemos hacer esto con clase— le dije haciéndole una señal a Jungkook para salir de allí.

Nos repartimos el botín. Cincuenta mil dólares en total, éramos sólo cuatro, no quise que ninguno de los que sacamos de prisión entrara a la banda, no eran asaltantes, algunos estaban allí por deudas.

Yo era el jefe, tenía derecho al doble de lo que le tocó a cada uno, así que me llevé veinte mil, suficiente para vivir a cuerpo de rey por un mes.

Tal vez debía poner mis ahorros en un banco. ¡Era un buen chiste!

— ¿Vamos a gastar un poco en el nuevo club de Suho?— preguntó Hoseok.

—Lo único que quieres es volver a revolcarte con Irene— le dije molesto.

—No, quiero explorar nuevos rumbos, ojala encuentre gemelos, ya sabes dos meses en prisión, no se alivian tan fácilmente— se rió.

—Yo también ando en busca de alguien— dijo Namjoon.

—Pero vamos a otro lado, no quiero ir a ese club— me quejé.

—Tiene miedo de Hyuna— se rió Hoseok.

—No es miedo, es que ya no sé qué excusa darle— dije desesperado.

—No sé de qué tienes miedo Yoonie ¿Puedes enfrentarte a toda la policía de Chicago y no puedes con Hyuna? Se te van a hinchar si sigues con eso de la castidad— se burló nuevamente.

—No le temo a Hyuna ni al sexo. Pero me gustaría encontrar alguien especial, no quiero ser uno más en su vida— me defendí.

—Te entiendo— dijo Namjoon. –A mí también me gustaría tener un compañero, que me esperara, que me amara..— a veces él se ponía así de melancólico.

— ¿Amor? Eso es una utopía chicos. La vida es para disfrutarla— se reía con ganas Hoseok.

Salí de la casa a regañadientes, me había comprado un traje fino para pasar desapercibido entre la gente ilustre del club. Y un nuevo abrigo a juego.

Llegamos al tan voceado lugar y nos sentamos a mirar. Realmente era como Suho nos dijo, habían mujeres y chicos muy hermosos, la mayoría rubios, al parecer estaban de moda los cabellos dorados.

Hoseok ni siquiera terminó de entrar, ya que Irene lo estaba esperando y se marcharon a otro lugar. Nos sentamos en una mesa a beber.

Mi vista se fijó en una cabellera castaña. Me quedé cómo tonto mirando fijamente hacia ese lugar hasta que, de alguna forma, Hyuna me encontró.

— ¡Yoongi, viniste! Tengo un privado arriba ¿quieres subir?— me dijo.

¿Alguna vez le habrían explicado que a los hombres nos gusta cazar y no ser cazados?

ENEMIGOS PÚBLICOS. [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora