Capítulo 10.

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La habitación era pequeña, a comparación de donde había pasado las últimas semanas, había solo una cama individual, un escritorio bajo una ventana que daba al pasillo, un pequeño baño y un armario pegado a la pared. Los cobertores se encontraban bien doblados sobre la cama.

James puso mi maleta sobre la cama y yo me senté en la silla del escritorio, soltando un suspiro. El lugar no me agradaba para nada, pero si quería salir de esta situación debía soportarlo.

-No está mal – murmuré paseando la vista por la recamara.

-No – musitó él, quien me imitaba.

Nos quedamos en silencio, podía sentir que James no estaba muy cómodo con el lugar. Era obvio que una clínica de rehabilitación no era cómoda para nadie y eso era lo que yo había tratado de evitar, finalmente James me comprendía y notaba que se sentía un poco culpable de llevarme a aquel lugar tan a disgusto.

La directora llegó a la habitación sosteniendo un sobre amarillo en su mano. Había una falsa sonrisa en su cara, podía notar cómo se esforzaba de más para parecer feliz, tal vez deseando estar en otro lugar en ese momento. James se levantó de la cama.

-Señor Yammouni, señorita Madison_ - nos llamó – Me alegra informarles que los resultados de los análisis hechos a Madison, dan todos negativos.

Sonreí a medias, James se alegró y fue hasta a mí para darme un cálido abrazo. Antes de entrar a la clínica debía de tener todo un historial médico, y con respecto a mi pasado deberían de hacer todas las pruebas de ITS para descartar cualquiera. Hasta eso, fui lo bastante inteligente para no dejar que ningún hombre me infectara, si es que tenían algo; fui muy cuidadosa con eso y con los embarazos.

-De verdad me alegra mucho que estés sana, Madison- dijo la directora, de quien no recordaba su nombre, y me dio la mano.

Le sonreí.

-Entonces, ¿hoy se empieza? – preguntó James.

-Así es, y mañana comienza todo. Tendrás terapias grupales e individuales. Te sugiero que asistas a todas, vas a ver que aquí encontrarás mucho apoyo. Lo más difícil, Madison, es aceptar que estas mal, y ya lo has hecho, así que solo hace falta unos cuantos empujones más – puso una mano en mi hombro mientras me sonreía y entonces me extendió un pequeño libro – Lee esto, son algunas reglas que tienes que recordar.

-¿Y podre visitarla?

-Los jueves son días de visitas – contestó la mujer.

Eso no me gustaba, estaba acostumbrada a ver a James diario y que de un de repente solo lo pudiera ver una vez a la semana no sabía si me afectaría mucho.

-Los dejaré para que se despidan, con permiso – y la mujer salió de la habitación.

-Parece un poco hipócrita – susurré.

James soltó una carcajada con mi comentario.

-Tal vez, pero tiene buenas intenciones – dijo acercándose un poco más y tomándome la mano - ¿Vas a estar bien?

-No sé, tengo miedo – hice una mueca.

Entonces el chico me abrazó, pasó sus manos por mi cintura y yo por su espalda, recargué mi cabeza en su pecho escuchando el sonido de su corazón.

-Tienes que echarle ganas, Madison - me dijo James en el oído – Yo sé que puedes salir de esta, yo sé que eres fuerte y que puedes hacerlo. Yo estaré apoyándote, estaré contigo siempre.

Aquellas palabras hicieron que mis ojos se humedecieran un poco. No quería dejarlo.

-No quiero fallarte – le dije.

The A Team {James Yammouni} | TERMINADA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora