Capítulo 18.

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¿Cómo pasó esto? – protestó James, molesto, y miró a Macy.

Los dos se encontraban frente a mi cama, mientras yo estaba tumbada en ella sintiéndome de lo peor.

-James, es un refriado, ¿cómo lo evitamos cuando no tiene defensas? – se defendió Macy, con calma.

Lo que hacía el SIDA en mi cuerpo es que acababa con mi sistema inmunológico, es decir, mataba todas las defensas que protegían a mi cuerpo de enfermedades. Ósea que un resfriado, una enfermedad tan simple como esa, era mortal para mí.

-Pero se supone que tomamos precauciones sobre esto – James se estaba poniendo más enfadado cada vez, y no era por pesado sino que sabía lo que ocurriría ahora.

-El tratamiento que le dio el doctor debe…- Macy no pude terminar ya que mi fuerte tos la interrumpió.

-¿Estuviste siguiendo el tratamiento?

-Si – contesté con la voz ronca.

La cabeza me dolía, tosía mucho y mi nariz moqueaba. Me sentía débil y un poco mareada. James se acercó hasta donde estaba, me puso una mano en mi frente.

-Tiene fiebre – dijo mirándome con tristeza y preocupación – Debió de haberse contagiado de un virus de aquí.

-No entiendo, dijiste que iba a poder vivir una vida normal – dijo Macy preocupada.

-Lo sé – murmuró James, tomó mi mano y la apretó con fuerza, luego depositó un beso.

-¿Necesitas que traiga algo…? – preguntó la directora.

-No, creo que será mejor… llevarla al hospital.

Entonces me agarró un fuerte ataque de tos, de esos ataques que no puedes parar, se sentía horrible. Cuando al fin pude controlarme sentí un líquido salir de mi nariz. James lo notó y se acercó a mí.

-¡No! Aléjate de aquí –le dije seriamente, mi nariz sangraba y no permitiría que él me tocara – No quiero contagiarte.

-Te traerá algo para…

-No, yo voy sola – le dije, me levanté de la cama con la cabeza ligeramente hacia atrás para no derramar nada en el suelo. Me mareé un poco pero eso no me detuvo a seguir hacia el baño. Caminé lentamente, ya que me sentía muy debilitada y cuando llegué al baño tomé un trozo de papel y comencé a limpiarme la nariz.

James y Macy se habían quedado estáticos, no sabían qué hacer para ayudarme, pero prefería que mantuvieran su distancia de mi sangre.

Cuando terminé de limpiarme, me lave la cara, para que no quedara rastro de nada. Deposité los papeles sucios en el escusado y volví a lavarme las manos. Nunca había sido tan limpia, pero con mi enfermedad debía de tomar medidas para no contagiar a nadie más.

Caminé de regreso a la cama y esta vez James me ayudó, hizo que pasara el brazo sobre sus hombros y me llevó hasta la cama. Me volví a acomodar de nuevo dentro de las sabanas.

-No quiero ir al hospital – murmuré y tosí.

-Madison, tengo que llevarte, aquí no… - me miró, sus preciosos ojos me miraban con preocupación – vamos...

No había mucho que hacer ya conmigo, pero qué más daba. No me pondría a discutir con James, era mejor hacer lo que decía, dejarlo que intentara salvarme aunque yo sabía que ya no podía.

-Ok – susurré y solté un suspiro. No tenía ganas de volverme a mover.

-¿Quieres que llame al hospital? – preguntó Macy.

The A Team {James Yammouni} | TERMINADA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora