♥︎ · · · · ━━━━❝ 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮 𝗼𝗿𝗶𝗴𝗶𝗻𝗮𝗹.
Dicen que la maldad podría consumir hasta lo más puro del ser. Bueno ¿Qué pasaría si la persona que más daño causa es quién en realidad desearía salvar tu corrompida alma? El pecado, fue la inoc...
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El gran juego al fin había llegado, con él estaban aquellos nervios a flor de piel, el partido, tenía a los jugadores exhaustos, pero ansiosos de la victoria, el marcador tenía la numeración que marcaba acerca de que los del instituto contrario ganarían y eso era algo que realmente nadie de ellos dejaría que sucediese, Jimin estaba consciente de qué sólo faltaban minutos y su jugada debía de ser certera, fuera de sí los gritos estaban presentes, la muchedumbre alentaba sus respectivos equipos y de esto dependía gran parte de su vida.
Él no era cómo los demás que tenían sus vidas resueltas en grandes empresas heredadas o apellidos de peso sobresaliente, él debía de irónicamente sudar, para conseguirlo, por eso cada pérdida era aún más peligrosa para él. Veía a todos atentos, y él hace un pase certero a Jooheon y este con gran destreza encesta, todos comenzaron a gritar y ellos respiraron levemente, antes de volver, fue hasta el contrario y le dio leves palmadas en su hombro en signo de felicitación, ya que con ese pase y acierto lograron emparejar el juego y sólo dependería de un tiro más para ganar.
Yoongi acompañado de su colegas maldijeron, debido a que en ellos no estaba el perder, menos en Min y por si fuera poco contra Jimin, dejó salir un gruñido, para que todos vuelvan a posicionarse. Los pases iban y venían, sin detenerse, bloqueos, gritos y exaltación por sobre todos.
Jimin tenía el balón entre sus manos, su mirada buscaba sólo a Jeon, sabía qué de sus ágiles manos podría depender su ganancia o la pérdida.
— Piensa rápido Park — escucha detrás suyo al estar bloqueado, la voz de Yoongi lo desconcentró, pero no lo suficiente, por lo que logra divisar al fin al menor libre, solo para terminar viendo como lo bloqueaban y los segundos corrían.
De eso dependía su futuro y no sólo eso sino también el hecho de que Min Yoongi sea derrotado y a ser sinceros mucho más que la copa, la mayor victoria suya sería sin dudas el ver como el mayor se caía en el trecho de entender que ante todo él le daría batalla fuese lo que fuese. Jimin vio un espacio y con su habilidad de escolta, fue contra el jugador, lo que no advirtió fue el hecho de que el contrincante lo terminaría empujando y ante esa acción el pitido del árbitro resonó. Todo fue lento para Jimin, quien por instinto cierra los ojos, y luego todo comenzó a expandirse cómo la tinta
— ¡Falta! — exclama el juez, apenas ve al chico caer, ante lo que con rapidez Jeon y Jooheon van instintivamente a socorrer al mayor.
— Diminnie — habla veloz Jungkook tomando su cabeza —, hey, hey del cero al diez — prosigue, poniendo el cuerpo del mayor contra su regazo, cuidando su cabeza, eso era algo muy de ellos, el nivel de dolor, peligro o lo que sea se marcaba en esa batuta.
— P... puta ahg, siete, siete joder, no lo vi — dice Jimin y su rostro reflejaba la aflicción del escozor en sus ligamentos. Jimin levanta la mirada, los murmullos y gritos no se detienen, supo que no podría jugar más, ya que el sólo mover sus extremidades ya lo molestaba en gran manera. Divisa a Yoongi, él sólo atina a mirarlo, Jungkook nota y gruñe, pero mantiene silencio. Ve a Tae correr hasta su mayor y hablarle para que los enfermeros vayan llegando con la camilla y suben al chico —. Cuando cobren la infracción sabes qué hacer, no dejes que estos hijos de puta nos ganen Kook — murmura Jimin, tomando al menor de la remera y susurrándole al oído, para ir con rapidez a los bastidores, acompañado de Tae a que lo revisaran, el juego que se había pausado levemente se retomaba.