7—Oye ¿Has considerado ir a alguna terapia de control de emociones? Eso no está bien, te hará daño, debes dejar de hacerlo. —le dije mientras mi dedo índice golpeaba su pecho. —Esos cambios de humor son algo difícil con que lidiar.
—Ada, es enserio, quédate quieta. —Me ordena mientras por cuarta vez me levanto de la cama.
—¿Por qué? —cuestiono dramáticamente
—Es tu habitación, debes dormir, estas muy ebria.
—Eso no es cierto. —la verdad es que aún no lo estoy tanto ¿o si?
—Ambos sabemos que sí. —me dedica una mirada con los ojos entrecerrados
—De a cuerdo.-Me rendí sentándome en el borde de mi cama y trate de quitarme los zapatos sin usar las manos sin tener éxito.
Robert bufó y se hinco delante de mí. Quitó mis botas y después de que yo luchara con la cremallera de mi vestido puso los ojos en blanco y me levanto de cama de un tiron. Proteste un poco cosas que ni yo misma comprendí.
—Date vuelta. —al ver que no hice caso me giro. Me tambalee pues de por si ya todo daba vueltas. Por surte le sostuvo por los brazos.
—¿Qué prendes, muchashito? —cuestione al sentir su mano bajando el zíper, pero no respondió. —No mires más de la cuenta. —le advertí antes de que la bajase por completo.
Una vez que lo hizo pensé que se alejaría pero no fue así.
Sus manos se posaron en mis hombros y acaricio mi piel por un momento antes de toman los tirantes entre sus dedos y comenzar a deslizarlos por mis brazos. Por alguna razón ese acto me pareció demasiado sexi y se me erizo la piel. Robert lo noto y rio bajo.
—¿Frio, Halévy? —No, de hecho calor ¡Mucho calor!
La tela del vestido dejo al descubierto mis sostén rosa bebé con lindo encaje y pequeñas huellas de gatitos y cuando se detuvo en mis caderas él poso sus manos en ellas para deslizarlo hacía abajo. Pude sentir como Robert bajaba también así que ahora que el vestido estaba en el suelo seguramente él tenía frente a sus ojos al lindo gato rosado que adornaba la parte trasera de mis pantis já já.
Mi respiración se detuvo cuando sentí sus dedos en mi pantorrilla y luego su trayectoria hacia arriba.
—Interesante elección de ropa interior. —su aliento choco con la piel de mi espada baja y entonces me aleje de él dando un salto a mi cama.
Lo miré desde mi nueva posición, estaba hincado sobre una de sus rodillas y sus ojos brillaban con deseo, eso me hizo sentir de nuevo mucho calor.
—Estoy lista para dormir. —le informe y el asintió antes de levantarse.
—¿Estas segura que deseas dormir? —se acerco y se coloco frente a mi.
—Eso creo. —murmuré.
—Bien. —entonces repaso sus labios con su lengua y ahí, con ese gesto que tanto me encantaba comencé a imaginar cosas impuras y poco apropiadas. Robert se levanto y dio solo unos pasos hasta la puerta cuando mis voz cobro vida propia y pronuncio su nombre.
—Robert. —él se detuvo y se giro expectante. —Vuelve aquí. —le ordene, su ceja se levanto con confusión pero me hizo caso, a decir verdad yo tampoco estab muy segura de lo que hacía pero estaba ebria y bueno, no soy yo misma cuando estoy ebria.
Me hinque sobre la cama cuando el estuvo más cerca. No se movio, solo me miro mientras esperaba que dijera algo más.
"Bésame, bésame"
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Cupido me mintió
RomanceTras un trágico accidente Ada se queda sola en el mundo, por fortuna los mejores amigos de sus padres le ofrecen un hogar, ahí todos la reciben con los brazos abiertos, excepto alguien; Robert, el hijo mayor del matrimonio y gemelo idéntico de Dante...