Capitulo 10

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10

Me miro con sus ojos grises y de inmediato me puse nerviosa.

—Solo me aseguro de que nadie nos moleste. —murmuro dibujando una sonrisa ladina y avanzo hasta a mi.

—Bueno, si desea podemos seguir concretando las cuestiones de los cursos en los que lo apoyaré, profesor Thiers. —decidí salirme por la tangente y recordarle que si estaba ahí era solo cuestiones académicas.

—En realidad, deseaba hablar contigo sobre otras cosas. —cuando lo sentí más cerca de mi decidí alejarme y rodee el escritorio para ver por el ventanal. Aún así escuche sus pasos detrás de mi. —¿Huyes de mi? —cuestiono con voz dura.

—No, solo...no sé que pretende, profesor.

—Lo sabes, lo sabes muy bien.

—En realidad no y ya que veo que no se trata de cuestiones académicas me voy. —me di la vuelta para ir hacia la puerta pero me tope con el de frente.

—Adalieve, necesitamos hablar...de lo que paso en el verano. —sentí una sensación extraña en el estomago y baje la mirada, no estaba lista para esto.

—No sé de que hablas.

—Deja de fingir que nada paso, sabes perfectamente lo que sucedió y lo que te hice sentir. —su mano se alzó hasta mi mentón y lo tomo entre sus dedos, sus yemas acariciaron la piel de mis mejillas y luego mis labios.

Había extrañado su toque.

—Robert...—quise pedirle que no hiciera eso, no de nuevo. Pensé que todo había acabado ya y sinceramente no estaba lista ni emocional ni físicamente.

—Quiero que sepas que estoy demasiado molesto contigo. —Mierda, mierda.

Desvié la vista pero él giro mi rostro para que lo mirara. Cuando sus rostro se acerco al mio deje de respirar por la anticipación de sentir nuevamente su labios sobre los míos.

Pero eso no pasó.

—Veo que me has extrañado. —su tono me molestó demasiado y aparte su mano de golpe.

—Esto es inapropiado, me voy. —dije decida a apartarme de él pero me lo impidio tomando mi muñeca con su mano.

—¿Por qué eres tan...exasperante? —parecía estresado cuando lo dijo.

—¿Desesperante yo? No fui quien me dejo en la cama semi desnuda. —si, su acción me había humillado en cierto modo. —Deberías ir a un psicólogo ¿Sabes? Tienes problemas de personalidad.

—Es graciosos que me reclames lo que paso, todo fue culpa tuya. —me recrimino.

—¿Culpa mía? Eres increíble, Robert Thiers. —le respondí enojada. —Creo que lo mejor será que le pidas a alguien más que te ayude con las clases, nuestro trato siempre ha sido imposible y lo sabes, si hiciste esto es solo para molestarme, como siempre y yo renuncio...renuncio a este trabajo y a este juego tuyo. —jale mi brazo para que me soltara y lo hizo, pero solo para tomar mi rostro entre sus manos y estampara sus labios en los mios.

Me beso con urgencia mientras yo trataba de separarlo de mi, trató de abrirse paso entre mis labios pero se lo impedí, me resistí contra el deseo que sentía de abrazarme a él y responder ese beso.

Finalmente se alejó de mi de golpe, en sus ojos había furia y me señalo con un dedo.

—Tú, Adalieve, vendrás rogando porque te besé y te juro que haré que olvides el nombre de mi hermano porque te haré gritar el mío cuando este entre tus piernas. —advirtió y luego entrecerró los ojos sin dejar de mirarme.

Cupido me mintióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora