Capitulo 9

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—Ada...mi falda rosa no me queda. —se quejó Nath al borde del llanto mientras entraba a mi habitación en unos shorts holgados y playera de pijama, su cabello escurría gotas de agua indicándome que recién salía de la ducha.

—Ponte otra cosa. —murmuré tratando de restarle importancia al tiempo que cerraba el ultimo botón de mis jeans negros.

—Nada me queda...me estoy poniendo gorda. —puse los ojos en blanco y negué acercándome a ella.

—No te estás poniendo gorda, estas embarazada—susurré en su oído y la lleve hasta mi armario—Puedes tomar lo que desees. —Si, mi hermana tenía un cuerpo muy pequeño, yo era al menos una o dos tallas más grande que ella así que ahora mi ropa era la mejor opción.

Me puse la blusa rosa de botones con un lacito en el cuello y los tacones mientras Nath se adentraba a mi armario. Para cuando termine de cepillar mi cabello, rizar mis pestañas y poner glitter en mis labios Nath se miro en el espejo vistiendo mi falda beige y mi blusa azul marino.

—¿Qué te parece? —me pregunto con un mejor semblante.

—Te ves estupenda...solo recuerda no usar tacones—hizo una mueca pero su buen estado de animo o cambio.

—Te veo abajo. —después de que saliera de mi habitación tome mi bolso, me pareció algo extraño que pesaba más que la noche antes cuando me aseguré de poner dentro todo lo que necesitaba. Abrí el bolso y mire dentro, todo parecía estar en orden hasta que vi el pequeño y gordo libro que no había puesto ahí. Se trataba de la constitución actualizada del país con tapas duras y con filo dorado en las hojas.

Me quede admirando el libro, olía a nuevo y realmente me encanto, al abrirla me encontré con una nota escrita por alguien de quien no conocía su caligrafía.

"Hazlo, Camelia"

Al leer esas dos únicas palabras supe quien había estado detrás de ese regalo, en mi rostro se dibujo una estúpida sonrisa y no puedo negar que sentí emoción por ese gesto. Después de casi un mes sin tener contacto con él su regalo fue algo muy grato en mi día.

Nath condujo hasta la universidad mientras yo me lamentaba internamente el no haber podido ver a Robert antes de irse al trabajo para agradecerle, tampoco logré ver a Dante quien me envió un mensaje deseándome suerte en la universidad.

—Ya se quien es el chico—dijo de repente Nath sacándome de mis pensamientos.

—¿Quién es? —cuestione intrigada mirando su perfil, se notaba ansiosa.

—Su nombre es Jackson, está en nuestra universidad...en contaduría, es hijo de un viejo amigo de la universidad de nuestro padre. —explicó ella.

—¿Lo buscaras?

Nath frunció los labios y pensó por un momento.

—No. —respondió decidida. —Quiero traer a este bebé al mundo y lo haré sola, el decirle al padre solo sería un problema, si no lo quiere ¿Qué hare cuando mi hijo o hija pregunte por que su padre no esta presente en su vida? Será horrible decirle "Tu papá o te quiso nunca" y si quiere estar presente en la vida del bebé tendrá que ser un tiempo compartido, mi bebé no será completamente mío y no quiero eso. Debo aprender de este error y sacar lo mejor de el...así que me comportaré como una adulta y esta noche les diré a nuestros padres...buscaré un empleo, dividiré mi tiempo entre la universidad y el trabajo y para cuando nazca mi bebé te necesitaré más que nunca—desvió la vista por un momento y me miro peor tuvo que devolverla al frente.

Cupido me mintióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora